La realidad de cientos hombres y mujeres que realizan trabajos domésticos en la ciudad es cada vez más preocupante. Aunque jardineros, plomeros, electricistas y otros rubros vinculados al hogar fueron considerados como actividades esenciales, no sucedió lo mismo con las trabajadoras domésticas, muchos de los cuales se encuentran sin percibir sus sueldos desde que comenzó la cuarentena.
Aunque el Gobierno argentino dispuso que todos los trabajadores en relación de dependencia deberán seguir cobrando sus salarios, la realidad es muy distinta en un sector en el prima la informamalidad. "Hace mucho que estoy sin trabajar y yo lo necesito para vivir", le dijo Ana Soria a 0221.com.ar, dando cuenta de la difícil situación que le toca vivir tras cincuenta días de cuarentena.
Camila Homs mostró la ecografía 4D de la hija que tendrá con el jugador de Estudiantes de La Plata, José Sosa, y la publicación conmovió a sus seguidores.
Choferes, empresas y amantes de los micros de La Plata y zona Sur se darán cita en Ensenada, en una exposición de unidades restauradas y exhibiciones únicas.
Así como otros tantos, el trabajo doméstico es también un sector fuertemente golpeado por la crisis que ocasionó el aislamiento social, preventivo y obligatorio, pero en muchos casos se trata de los pocos ingresos que hombres y mujeres pueden llevar a sus hogares. "Si yo no trabajo no cobro. Yo trabajo en distintas casas y ellos aceptan que yo vaya a trabajar, pero no puedo porque no puedo salir de mi casa", contó a este medio Glays Castillo.
Y en esa misma línea Claudia Aguirre remarcó "las que están en blanco pueden seguir cobrando, pero muchas trabajamos por hora y en negro". La realidad que viven es preocupante y cada vez más crítica: "La ayuda del Gobierno no nos alcanza para vivir. ¿Cuánto vamos a tener que esperar?", se preguntó.
Las autoridades sanitarias argentinas solo habilitaron una específica cantidad de actividades. Buscan evitar que la mayor cantidad de gente posible salga a la calle y, a la vez, no generar aglomeraciones de personas en el transporte público. Sin embargo, muchos de las trabajadoras domésticas anticipan otras opciones y aseguran que, una buena parte, tiene otras maneras para movilizarse, sin ponerse en riesgo utilizando los micros de la ciudad para movilizarse.
La crisis golpea con fuerza a uno de los sectores más necesitados y la informalidad y pandemia se conjugan para complicar aún más su situación.