Una nueva muerte por COVID-19 puso en alerta al reconocido hospital San Martín. Una mujer de 66 años falleció el pasado domingo y dos días después se determinó que padecía el virus, que ya se cobró la vida de 319 personas en todo el país. Lo más preocupante, sin embargo, es que la paciente nunca estuvo aislada y compartió una habitación de emergencias con otros personas internadas en el centro de salud.
Todo comenzó el 2 de mayo, cuando la paciente ingresó de urgencia al ex Policlínico de 1 y 70 tras haber sufrido un accidente cerebro vascular (ACV). La mujer permaneció ocho días en el área de urgencias, hasta que falleció el pasado domingo.
Fuentes oficiales confirmaron a 0221.com.ar que la mujer nunca estuvo aislada, dado que no presentó síntomas compatibles con la enfermedad y había ingresado presentando otra patología médica, lo que no hizo sospechar a los especialistas que la trataron para intentar mantenerla con vida.
En esa línea, también explicaron que el 6 de mayo se le realizó un hisopado para constatar la presencia de "gérmenes comunes", pero este martes recibieron un resultado que los sorprendió: había padecido coronavirus.
El hallazgo puso en alerta a las autoridades del hospital, quienes debieron aislar a otros seis pacientes que compartieron la misma habitación. Según confiaron las mismas fuentes a este medio, además, cuatro de esas personas ya se encontraban conectadas a respiradores artificiales, lo que hace de la situación aún más preocupante.

Ahora los expertos en epidemiología realizan una extensa investigación para determinar qué cantidad de trabajadores del hospital deberán aislarse en cuarentena tras haber tenido contacto estrecho con la paciente. Todos los empleados y personas que atendieron o estuvieron con la mujer deberán permanecer al menos 15 días aislados, puesto que podrían haber contraído el virus.

Se trata de la segunda víctima fatal del COVID-19 registrada en la ciudad, luego de que se confirmara el fallecimiento de Omar Trippel, de 72 años, quien se encontraba internado en el hospital San Juan de Dios tras haber contraído la enfermedad en una clínica privada de Brandsen.