En uno de los subsuelos del Teatro Argentino, más de 30 metros bajo tierra, están oculta dos increíbles obras de arte que rinden culto a dos históricas figuras del fútbol argentino: Carlos Salvador Bilardo y Diego Armando Maradona. Ahí, en donde no llega el sol y el frío se hace sentir enserio, el artista platense Damián Carrillo aprovecha sus tiempos libres en el Taller de Escenografía para realizar bocetos para sus próximos proyectos. A pesar de no contar con un espacio propio para exponer sus brillantes obras, sus cuadros pueden ser admirados por los visitantes que participan del recorrido guiado por el imponente edificio de 50 entre 9 y 10. "Encontré el kiosco. No forma parte de la visita, pero cuando la gente lo ve se acerca y me pregunta cómo lo hice", le dijo entre risas a 0221.com.ar.
"Yo trabajo en Comedia de la Provincia desde el 2011 y compartimos el taller de escenografía con el del Teatro Argentino, es un espacio en común para una tarea muy específica. Es un flor de taller, es un espacio que te motiva para hacer cosas creativas y a hacer lo tuyo, en los momentos en los cuales no hay trabajo. Lamentablemente hay menos de lo que tendría que haber pero uno aprovecha los ratos libres para darle un uso digno al lugar", comentó Carillo.
Fue en esos ratos, que el joven artista puso manos a la obra para darle origen a un cuadro que llama la atención de cualquiera que llega hasta ese lugar, por la mezcla de imaginación, color y, por qué no, perfección. "El subsuelo es un lugar tranquilo, que se presta para pintar. Yo salí para el lado del fútbol porque crecí viendo eso y siempre quise jugar bien a la pelota", explicó.
Las obras que pueden verse en el taller son dos: el partido de Maradona ante Inglaterra en México '86 y un homenaje al Narigón Bilardo. "El tema de Diego siempre lo consideré con demasiado respeto porque es un personaje preponderante que atraviesa a todos los argentinos desde hace años y me parecía que no se podía tocar con liviandad", le contó con este portal.
En la imagen se puede observar una panorámica del Estadio Azteca y todos los movimientos que realizó el Diez, tanto en la primera como en la segunda etapa, donde dejó su sello para toda la vida con el mejor gol de la historia de los mundiales y, por supuesto, la Mano de Dios. "Cuando uno lo ve por imágenes de video, no siempre se ve el recorte de la cámara que persigue al jugador y yo quería que se viera todo el campo, como si uno hubiese estado en el Estadio Azteca. Ese fue mi objetivo, darle vida al escenario completo", sostuvo y agregó: "Lo empecé a fines del 2013 y terminé a fines del 2014. Está hecho con acrílicos y me llevó tres meses de boceto antes de comenzarlo a pintar".
Además de estos cuadros que se encuentran en un subsuelo del Teatro Argentino, Carillo fue convocado para pintar un mural del flamante Estadio Jorge Luis Hirshi, algo que significó mucho por su fanatismo por el León y por la expectativa de los hinchas por la vuelta a UNO. "El año pasado me convocó el colectivo cultural Alejandro Sabella para hacer el homenaje a Bilardo. Gracias a ese cuadro pude seguir participando con ese colectivo, que me permitió estar en el mural del frente del nuevo Estadio Pincha. Ese mural fue algo muy lindo por toda la expectativa que había alrededor de la inauguración. Fue un orgullo para mí estar ahí por ser hincha y por todo lo que genera", confesó.
Ahora planea seguir pintando, pero sueña con trabajar con imágenes de discos de música o situaciones de la vida cotidiana. "El tema del fútbol me generó muchas ideas que estoy a punto de concretar. Quizás no lo pienso para toda la vida, me encanta, pero también quiero ilustrar discos de música o trabajos que me lleven a otros terrenos", concluyó.
