Un pedido de más de 10 años de prisión recayó sobre el ex policía platense Mauro Sergio Daniel Aguilera, acusado de "homicidio simple por dolo eventual" y es juzgado por la muerte de Soledad Bowers (18) asesinada por una bala policial que repelió a los delincuentes que en agosto de 2013 robaron la confitería de 9 y 54. Por su parte la defensa solicitó la libre absolución por entender que actuó en cumplimiento del deber y en legítima defensa personal y de terceros, aunque como propuesta subsidiaria planteó que el caso se encuadre como un “homicidio culposo” y se aplique el mínimo de la escala legal. El acusado pidió "perdón" a la familia de la víctima.
El 29 de agosto de 2013 la víctima y su hermana estaban en la fila para ingresar a un bar que estaba ubicado en la esquina de 9 y 53. Esa noche se presentaba Chili Fernández, uno de sus artistas favoritos de la movida tropical, cuando recibió un tiro en el abdomen. Tras el hecho el recital se suspendió y el artista expresó sus condolencias vía su cuenta de Twitter.
La bala fue disparada por el acusado quien evitó el asalto al restaurante Me Piace ubicado en la esquina de 9 y 54. Según las pericias esa bala ingresó directo al cuerpo de la joven no tuvo ningún rebote previo. Según declararon testigos y sostiene la defensa, Aguilera accionó su arma luego de que uno de los asaltantes disparó en dos oportunidades pero los tiros no se ejecutaron por razones ajenas a la voluntad de los ladrones.
La acusación sostiene que el policía actuó de manera imprudente y disparó su arma reglamentaria cuando el peligro para él y los comensales que estaban en la confitería había cesado.
El fiscal de Juicio, Martín Chiorazzi, encuadró el caso como “homicidio simple por dolo eventual agravado por el uso de arma de fuego apta para el disparo” y solicitó una condena de 10 años y 8 meses de cárcel.
Por su parte los abogados Germán Oviedo y Ariel Door, en representación de la familia Bowers, coincidieron con el planteo del fiscal pero solicitaron una pena más grande aún: 11 años y 8 meses.
El “dolo eventual” una polémica figura que no está prevista en el Código Penal vigente. Este tipo de encuadre legal indica que el autor del disparo, sabiendo que podría provocar muerte con su conducta, siguió adelante sin importar las consecuencias.
En el otro extremo del caso, los defensores Julio Beley y Bruno Strassera, entendieron que el acusado actuó en defensa propia y de terceros según establecen los manuales policiales y solicitaron la libre absolución. Como recurso subsidiario plantearon que el caso se encuadre como “homicidio culposo” (actuar de manera negligente o con impericia) y se aplique el mínimo de la pena, lo que le permitirá al ex policía recuperar la libertad. Lleva más de seis años detenido con prisión preventiva y hace poco más de cinco meses obtuvo permisos para salidas laborales, luego de varios años con arresto domiciliario.
Durante el juicio Beley recordó que Aguilera “reconoció la autoría del hecho en la declaración indagatoria” pero que se trató de un “concurso ideal de causales de justificación” previstas en el marco legal vigente.
El abogado Strassera sostuvo en su tramo del alegato que Aguilera “fue apuntado por uno de los asaltantes mientras escapaban” en ese contexto dos testigos declararon que “vieron el arma, percibieron que apuntaba a la voz de ‘tirale, tirale’ y en ese acto” el acusado “efectuó el disparo confiando en que iba a acertar actuando con un dolo de justificación”.
Al hacer uso de la última palabra Aguilera pidió “perdón” a la familia Bowers y aseguró que por este caso el dolor lo acompañará “hasta el último día de su vida”.
Los jueces Cecilia Sanucci, Hernán Decastelli y Ramiro Fernández Lorenzo están a cargo del veredicto del caso, que se conocerá el próximo 21 de octubre por la secretaría de Eduardo Orduna.
