El pasado 15 de agosto, la Secretaría de Energía, a cargo de Gustavo Lopetegui, fijó el valor de naftas y gasoils para reducir el impacto de la crisis económica luego de la abultada derrota del oficialismo en las PASO y la corrida cambiaria. Lo que parecía una buena medida para traer un alivio al bolsillo de los argentinos, dejó los valores con un atraso del 20% con respecto al que deberían tener.
"Los precios de los combustibles están atrasados un 20%", sentenció CEO de YPF, Daniel González, durante la Exposición Internacional del Petróleo y del Gas que se realiza hasta el jueves en el predio de La Rural en Palermo. En ese sentido, el empresario explicó que el año pasado se registraron mayores diferencias entre el precio que YPF paga por el petróleo y el que abonan los clientes cada vez que consumen los combustibles de la empresa estatal.
Según explicaron desde el directorio de la petroquímica, parte del desfase se debe al congelamiento que impuso el Gobierno Nacional. También juega un papel importante el precio internacional del crudo, que este miércoles cerró a US$ 63,07, pero en la Argentina su valor fue fijado en US$ 59 hasta el 15 de noviembre.
En este contexto, el Gobierno también garantizó un tipo de cambio para el dólar mayorista a $49,30 que ahora quedó desfasado, sobre todo porque cerró a $56,90 el martes de esta semana.
"Ya tuvimos un atraso del 20% en las naftas en momentos anteriores y no es difícil de gestionar, ya lo hemos hecho, con disciplina", expresó el presidente de YPF, Miguel Gutiérrez, quien apareció junto con González.
Las medidas que denotan la "disciplina" de la empresa fue fijar el tipo de cambio para pagar todos los servicios que les brindan sus proveedores, e invertir dentro de las posibilidades reales.

"Estamos recién iniciando el proceso de planeamiento del año próximo. En muchos proyectos tenemos socios con los cuales hay que consensuar. Puede que haya menos perforaciones, pero también estas son más productivas y no necesariamente implique una caída en la producción", enfatizó González.
Sin embargo, la principal duda de todos los argentinos es si habrá nuevos aumentos en las naftas que, inevitablemente, terminarán impactando en las góndolas de los supermercados.