A menos de 50 días del cierre de listas para las PASO del 13 de agosto los ánimos empiezan a tensionarse y las ansiedades a crecer. En Cambiemos, la alianza que gobierna la ciudad, cualquier movimiento es visto como una señal, sea o no lo sea. Y quien pretende imponer el ritmo es el intendente Julio Garro, que va por su reelección y busca monopolizar -hasta donde pueda- el poder de lapicera. Se espera una señal de largada, una luz verde que algunos creen ya haberla visto y por eso empezaron a moverse.
La designación de Carolina Piparo al frente de una flamante Secretaría de Asistencia a la Vícitma y Políticas de Género, puede considerarse la movida de la semana del jefe comunal. Una decisión que a la luz pública parece tomada de un momento a otro, pero que tal vez venía siendo pensada por el intendente, sin compartirla siquiera con círculo cercano.
Casi al final de una entrevista en 221 Radio anunció la creación de una Secretaría de Género y dijo que tenía un nombre en mente. Y agregó que sería en los días siguientes. Sin embargo pasaron apenas un par de horas hasta que llegó el anuncio oficial. La secretaría en cuestión no sería se Género exclusivamente, sino que sumaría el área de Asistencia a la Víctima.
Parece una medida que excede la gestión y tienen mucho de lectura del tablero político y de los sondeos de opinión.
Piparo llega al cargo ad honorem y sin dejar la banca de diputada provincial. Algo extraño, un caso probablemente inédito para un rango que suele demandar full time, pero que ya fue utilizado por Cambiemos en otros distritos. El drama personal de la legisladora es conocido. Su dolor se transformó en acción y eso la llevó a ganarse un lugar en la discusión del delito desde la perspectiva de las víctimas. Más difusa es su competencia en políticas de género, más allá de que es presidenta de la comisión de Niñez, Adolescencia, Familia y Mujer. Por lo que se supone que el intendente necesitará “rodearla” de especialistas, si es que pretende responder de algún modo a las críticas de las organizaciones y referentes del feminismo y la lucha por la igualdad. Hasta ahora estaban la directora general de Políticas de Género y Diversidad, Lucía Ríos, y la directora de Políticas de Género Valeria Venturín.
Estas disquisiciones, no obstante, exceden el trasfondo electoral. La figura de Piparo cerca de Garro aporta por dos lados: consolida el voto del núcleo duro del PRO, aquel que -dicho en términos esquemáticos- reporta “por derecha” y a la vez tiende puentes hacia a los sectores peronistas que integran la coalición.

Desde que asumió como diputada, Piparo coordinó políticamente con los “monzoistas” Marcelo Daletto, Guillermo Bardón y Gabriel Monzó, un trío que viene experimentando vaivenes en su relación con el intendente. La diputada se mantuvo al margen de esa tensión pero de todos modos podría ser un punto de encuentro. Es Monzó quien pone su banca de senador en juego.
Hay un tercer efecto colateral positivo en términos políticos para Garro: tener más cerca a alguien que no hace mucho era vista como una potencial adversaria interna porque había llegado al armado interno de Cambiemos por una vía ajena y podía, en función de la consideración de la gobernador María Eugenia Vidal, adquirir “vuelo propio”.
SEÑAL DE LARGADA
Al margen de lo ocurrido en el gabinete, en Cambiemos siguen esperando las señales para salir abiertamente a disputar los espacios en las listas de concejales y senadores. “Hay una luz verde encendida y por eso algunos empezaron a moverse”, analizaban en el fin de esta semana allegados del intendente. Creen que en las próximas hora eso se profundizarán.

Algunos son más desembozados y ya largaron con acciones en la calle. Otros ensayan tímidos movimientos para visibilizarse. Entre los primeros aparece el secretario de Gobierno Nélson Marino, uno de los que puede sumarse a la lista. Los pasacalles con los que lanzó a la delegada de Gonnet, Virginia Pérez Cattáneo, como precandidata a concejal fue lo primero, pero después apareció como el primero en hacer pintadas con su nombre. También aumento su presencia en actos junto al intendente.

Entre los que vencen mandato en el Concejo Deliberante, quien ha intentado subido su perfil es el radical Guillermo Ronga. Su lugar puede correr riesgo si irrumpen nuevos protagonistas. Y las aspiraciones de reelección podrían correr riesgo si queda muy atrás en la nómina. Distinto es el caso de Claudio Frangul, el presidente de bloque que tendría asegurado, de mínima, seguir en el Concejo. Y esperar que a nivel provincial se resuelva si puede tener chances o no de aspira a una banca de senador. Hoy por hoy parece difícil.
Parecido es el caso de Julio Irurueta, uno de los fundadores del PRO en La Plata. Como aspirantes a suceder a Garro en 2023 pretende dar la discusión para encabezar la lista de concejales. Esa decisión dependerá del jefe comunal.
En tanto sigue la incertidumbre por la lista para el Senado a la espera de que haya un pedido formal (o no) de la gobernadora para designar al cabeza de lista. El secretario general de la Provincia, Fabián Perechodnik es el supuesto elegido pero no hay nada confirmado. Eso mantiene en una situación de parálisis a los dos varones que vencen mandato, Juan Pablo Allan, otro de los que podría presentar cartas credenciales para ir por la intendencia en 2023, y Gabriel Monzó. El lugar de la mujer es una incógnita más allá de la intención -aún no blanqueda- del intendente de hacer jugar a la presidenta del Concejo Deliberante, Ileana Cid.