El horizonte político Luis Federico Arias volvió a asomar en el mismo momento en que el jury confirmó su destitución por su actuación en distintas causas, muchas de ellas con impacto directo en el poder institucional de la ciudad y la provincia de Buenos Aires. Apenas tres meses después estaba planeando su desembarco en la carrera electoral como uno de los aspirantes a ser precandidato a intendente de La Plata por el espacio kirchnerista. Lo hizo acompañado por las organizaciones sociales que integran el frente Patria Grande y la figura que lo respaldó fue la de Juan Grabois. Por una vía alternativa volvía así a acercarse al peronismo, el movimiento al cual adhirió con fuerza como militante en su juventud, pero con el que se enemistó severamente cuando estuvo a cargo del Juzgado Contencioso Administrativo y varios de sus principales dirigentes se vieron afectados por sus sentencias.
Algunas de las fotos en las que Arias aparece en un encuentro reciente en el PJ platense es todo un síntoma de las consecuencias que tendrá el camino elegido. Muy cerca está el ex intendente Pablo Bruera, una de las figuras más cuestionadas por él cuando era juez e investigaba las responsabilidades durante la trágica inundación del 2 de abril de 2013. En el mismo recinto había varios exfuncionarios, tanto de la Municipalidad como del gobierno bonaerense de Daniel Scioli, contra el cual también accionó en muchos de sus fallos.
“Hay que comprender los roles” interpreta ahora a la distancia, con algo de pragmatismo, cuando se lo expone a esa observación. Y apela a una anécdota relacionada con su paso a la función judicial en 2003. El antecedente laboral inmediato había sido una asesoría legal, con jerarquía de gerente, en la Ceamse. Ese trabajo había producido una relación de estrecha amistad con Carlo Hurst, el presidente del organismo, lo cual –asegura– no se vio alterada cuando uno de sus primeros fallos como juez fue ordenar el cierre del relleno sanitario de Punta Lara algo que -por otros motivos- no se concretaría.
De todos modos considera que hay algo de “paranoico” en la política. Tal vez eso es lo que hizo que su llegada al kirchnerismo sea a través de un carril paralelo, las organizaciones sociales que constituyen el frente Patria Grande. Y a través de él su apuesta es que se consolide un Frente Patriótico que resuelva las candidaturas a través de una PASO.
Arias lanzó su candidatura en el La Salamanca, el tradicional centro cultural y folclórico de la ciudad. No es casual, la música es otra de sus grandes pasiones. Compone y canta y en el último festival de Cosquín participó como parte del grupo de Milena Salamanca.
EL INCILIO PATERNO
El peronismo quedó marcado a fuego en el juez desde su infancia por el relato de su padre Oscar, un salteño que vino a Buenos Aires gracias a uno de los programas de la fundación Eva Perón. “Él primero y yo como su hijo somos exponentes de la movilidad social que trajo el peronismo a la Argentina” analiza el precandidato.
Pero el ex juez es ciento por ciento platense. Nació cerca de El Mondongo (2 entre 62 y 63) donde vivió hasta los 11 años, pero una etapa que lo marcó a fuego fue la de su adolescencia en El Churrasco, a donde se mudó la familia (523 entre 119 y 120). Detrás de la 120 había laguna y la calle era un potrero permanente para disfrutar con los amigos.

Pero también aparecieron las sombras. Son muy vívidos los recuerdos de cuando en plena dictadura el ejército rompió la puerta en busca de su padre. Antes había habido amenazas y advertencias varias que lo obligaron a irse de la ciudad. Oscar no tenía una militancia concreta en las agrupaciones de origen peronista pero sí una afinidad manifiesta. También relaciones personales, cultivadas cuando comenzó a estudiar Derecho, con referencias políticas y sindicales como los no docentes de la UNLP desaparecidos, Rodolfo Achem y Carlos Miguel, a quienes conoció trabajando en el Comedor Universitario.
El intento de exilio terminó siendo interno. A Oscar lo atraparon cuando intentaba cruzar en balsa el Río Paraná para huir por Paraguay hacia México. Terminó a disposición del Poder Ejecutivo Nacional primero y ya liberado se quedó en Misiones hasta la caída del gobierno militar.
El resto de la familia siguió en La Plata y Luis Arias hizo la primaria en la Escuela 15 de 4 entre 62 y 63 y la secundaria en el Comercial San Martín de 46 entre 2 y 3. “Igual que Cristina”, bromea hoy al recordar el paso de la ex presidenta por ese establecimiento secundario.
AMOR Y ODIO
Podría decirse que la “subjetividad” de Arias fue marcada en sus años de formación por aquella relación familiar con el peronismo. Todos los relatos de su padre, fallecido en 2018, formaron parte de su acervo y cuando ingresó a la vida universitaria no tardó en involucrarse con la Juventud Universitaria Peronista (JUP). Más tarde eso se tradujo en las primeras experiencias laborales con su especialización en derecho administrativo. La función pública, la mayoría de las veces sin ocupar cargos, fue parte de aquellos primeros años de trayectoria.
Fue así hasta los ‘90, cuando las políticas neoliberales de entonces produjeron su primera gran enemistad con la política. Aquella decepción fue una de las causas que lo llevaron a concursar para juez, aunque sin estar muy convencido. Corría 1998 cuando logró la designación, pero estuvo cuatro años sin poder asumir. El fuero contencioso administrativo había sido creado pocos años antes y la Constitución de 1994 le impuso fecha pero nadie lo ponía en funcionamiento.

Hasta que asumió en diciembre de 2003 tuvo algunas experiencias en la función pública que alimentaron relaciones políticas y personales fuertes que más adelante, ya como juez, lo afectarían, al igual que en el caso de la Ceamse. Trabajó con Luis Lugones, el actual presidente del PJ y familiar directo de los hermanos Bruera, cuando era interventor en el Ministerio de Seguridad. Aquello también derivó en un estrecha amistad: el histórico dirigente peronista es padrino de uno de sus hijos.
Esos años le hicieron comprender algunos secretos del tablero político que, asegura, lo ayudaron cuando ya fue juez. “Mi discordia con el poder político no fue inconciencia ni capricho, sino la intención de cambiar la matriz política de los 90”, dice al analizar esa etapa.
LOS FALLOS
Como juez, esas posturas lo llevaron a emitir sentencias que afectaron directamente al poder político de la ciudad y la provincia durante los gobiernos peronistas o lo enfrentaron con lo que él denomina es la "corporación judicial".
En tiempos de Felipe Solá gobernador condenó al IOMA a cubrir en forma integral un tratamiento de fecundación in vitro, ordenó a ABSA dar suministro de agua a una usuaria que no podía pagar, ordenó a la policía no exhibir álbumes fotográficos de menores y al gobernador le prohibió ejecutar descuentos a docentes que habían adherido a medidas de fuerza.

Ya con Daniel Scioli emitió sentencias con duras críticas a la política habitacional y social, ordenó al Ministerio de Seguridad no detener a menores de 18 años de edad por averiguación de identidad, suspendió -a instancias del actual secretario de Coordinación del Gabinete municipal, Oscar Negrelli- un aumento tarifario del servicio agua potable y suspendió un decreto por el cual el gobierno disponía el pago del aguinaldo hasta en cuatro cuotas.

A Bruera lo obligó a señalizar “en forma comprensible” los ramales de cada una de las líneas municipales y a implementar el Sistema de Promoción y Protección Integral de los Derechos del Niño en la ciudad de La Plata. Y en una de sus sentencias más resonantes estableció, contra todos los cálculos oficiales hasta ese momento, que los muertos por la inundación del 2A en La Plata fueron 89. Vinculado con ese tema, ordenó a la Provincia y la Municipalidad de La Plata diseñar medidas tendientes a atender la situación de riesgo hídrico.
Otro fallo que lo enfrentó con el gobierno y con el poder judicial fue la prohibición de alojamiento de presos en comisarías. Y terminó de romper lanzas con la entonces procuradora María del Carmen Falbo cuando anuló las resoluciones que impedían que el defensor de menores Julián Axat ejerciera sus funciones en el fuero contencioso administrativo.
LA CONDENA
La enemistad que se ganó terminó sufriéndola en el jury que lo destituyó, en agosto de 2018, por 9 votos a 2. El respaldo que no encontró en aquel tribunal sí lo sintió de parte de las organizaciones y vecinos que movilizaron para apoyarlo.
La votación final de los legisladores y autoridades provinciales terminó 9 a 2, con votos en disidencia de los diputados peronistas Santiago Révora (Unidad Ciudadana) y Pablo Garate (Frente Renovador). Los conjueces legisladores que lo condenaron fueron el senador Roberto Costa y el diputado Walter Carusso (ambos de Cambiemos) y el diputado Jorge Donofrio (Frente Renovador). El resto son representantes de colegios de abogados además del presidente de la Corte, Julio Pettigiani.
El magistrado platense enfrentó 21 cargos en su contra, entre los cuales estaba su actuación en el conteo de víctimas fatales de la trágica inundación de La Plata en abril de 2013. En particular sus disputas por competencia con el fiscal Jorge Paolini y con el juez Guillermo Atencio, ambos del fuero Penal de La Plata.
También se lo juzgaba por las suspensiones de los desalojos en tres localidades del Gran La Plata: Gorina, Abasto y San Carlos, causas en las que durante su defensa habló de los intereses inmobiliarios y políticos.
Su acusador, el procurador general bonarense, Julio Marcelo Conte Grand, le achacó -entre otras cosas- “incompetencia o negligencia”; “graves irregularidades en los procedimientos a su cargo”; e “intervención activa en política”. Y consideró que el juez, con su accionar “pretendió crear otro sistema que, a su juicio, mejoraba la tutela de derechos” y lo consideró un “flagrante desprecio al orden constitucional”.

No obstante Arias presentó un recurso extraordinario para apelar la decisión ante la Suprema Corte bonaerense y no descarta, eventualmente, llegar con su reclamo para volver al cargo ante la Corte Suprema de la Nación. El planteo por lo ocurrido llegó a la ONU. Más allá del destino que tenga ese recurso, cuando la situación termine de definirse el ex juez ya habrá tenido su debut en la arena política.