La iniciativa, que generó gran polémica cuando fue presentada pero era un reclamo de los comerciantes de las localidades turísticas, había comenzado a regir desde diciembre pasado con un plazo de cinco meses. En ese marco, desde mayo próximo la prohibición que alcanza a almacenes, supermercados y otras bocas de expendio volverá a su horario habitual de las 21 horas.
Con el apoyo del Gobierno de María Eugenia Vidal, el ajuste buscó atender un reclamo histórico de los comerciantes que se sentían perjudicados por la restricción, a la que consideraban excesiva; y de residentes y turistas que durante el verano debían apurar el regreso de la playa si es que querían llegar a tiempo para comprar alguna bebida alcohólica.
El proyecto aprobado a fines del año pasado, tuvo el visto bueno de la Legislatura provincial, donde casi no recogió reparos. La propia Gobernadora había escuchado la demanda de directivos de cámaras empresariales y comerciales y por ello apoyó el cambio. Las únicas objeciones pasaron por la Iglesia y organizaciones como Corazones Azules Argentina, que se dedica a concientizar sobre las responsabilidades de los conductores de vehículos.
La ley 11.825 fue sancionada en 1996 por la gestión del entonces gobernador Eduardo Duhalde e intentaba ordenar la nocturnidad, entendida como la combinación de la venta de bebidas alcohólicas y el funcionamiento de bares y locales bailables. En 2009, se redujo el margen y quedó firme esta actual franja permitida de las 10 a las 21.