Todo comenzó el 9 de octubre del 2014. Juan Sebastián Verón asumía como la máxima autoridad de Estudiantes y como legado se encontraba con un Mauricio Pellegrino al mando del plantel. El ex defensor de Vélez había arribado a la institución avalado por Verón pero cuando ejercía el cargo de Secretario Técnico del club.
La estadía en el Pincha del actual entrenador del Leganés, fue de dos años. Llegó en abril del 2013, pero durante la gestión de la Brujita dirigió 37 encuentros, redondeando una efectividad del 42,34%. En dicho lapso, el equipo ganó 18 partidos, empató 8 y perdió 13. En ese ciclo surgieron y pasaron grandes jugadores como Carrillo, Correa, Duvan Zapata, Cerutti, Franco Jara y hasta el propio Verón, entre otros.
La salida de su cargo se dio de manera abrupta y tras una serie de malos resultados, la CD le comunicó que lo echaban. "Es injusto, me hablaron una hora de fútbol porque no se animaban a decírmelo", fue la frase de Pellegrino apenas terminada la reunión en City Bell en la cual se interrumpió su vínculo con el León.
Una solución inmediata fue poner a Nelson Vivas, entrenador de la Reserva en aquel momento, para dirigir el compromiso frente a Rosario Central, el cual terminó empatado y en donde jugaron mayoría de chicos del club. Las puertas del club se abrían para un hombre que surgido en el riñón de otra escuela, pero que era del gusto del presidente: Gabriel Milito.
El hombre de cabellera ruluda, es uno de los que mejor efectividad tuvo en el banco albirrojo en los últimos tiempos. Un 62,22% de puntos en 30 partidos disputados, fue lo que cosechó el Mariscal, producto de 16 victorias, 8 empates y 6 derrotas. Claramente los números no eran el problema. Sin embargo, la mala relación con una parte de los hinchas y las continuas rispideces que tenía con la prensa, causaron un desgaste en el DT que lo llevaron a tomar la decisión de dar un paso al costado.
Su pasado en Independiente y la identificación con un estilo de juego, a priori, alejado del Bilardismo, fueron los motivos del descontento general para con el DT. "Fueron 8 meses muy duros y sentí que era el momento de cerrar esta historia. No siempre los ciclos tienen que terminar con malos resultados”, decía Milito tras haberle ganado a Olimpo por 4 a 0, clasificando al equipo a la Copa Sudamericana.
De cara al inicio del 2016 y tratando de seguir con una línea de trabajo propuesta desde las divisiones formativas, Verón y compañía decidían confirmar como entrenador a Nelson Vivas. Definitivamente, el Chango, fue quien encabezó uno de los ciclos más efectivos de la gestión actual, sacando el 60,11% de los puntos. Fueron 56 los compromisos dirigidos, con un total de 29 triunfos, 14 empates y 13 derrotas.
Con un rendimiento que fue claramente de mayor a menor y habiendo promovido a juveniles como Santiago Ascacibar y Juan Marcos Fotyh, el equipo de Vivas tenía características que se acomodaban al paladar del hincha y convencía a la dirigencia. Sin embargo, cuando todo se encaminaba a una renovación del vínculo, una durísima derrota frente a Pacífico Sport Club, en los 32avos de la Copa Argentina, hizo cambiar de opinión a la CD. Desde la Secretaría Técnica le comunicaron, a falta de tres partidos para que se termine el campeonato local, la decisión de no renovar el contrato, a lo que el DT contestó con la renuncia.
De allí en más, fueron pocas las cosas positivas que sucedieron en el ámbito futbolístico. Con la salida de Vivas el que se perfilaba para reemplazarlo era Lucas Nardi, sin embargo fueron sus publicaciones “anti bilardistas” la que hicieron estallar a un grupo de hinchas en la sede y obligaron a dar marcha atrás a la decisión tomada por Verón. El presidente derramando lágrimas en una conferencia, sin encontrar explicaciones a lo sucedido y poniendo a Leandro Benítez a cargo de un nuevo interinato. Los tres encuentros que faltaban para finalizar el torneo, el Pincha los ganó y así se clasificó a la Copa Libertadores.
En esta etapa de la gestión es quizás donde más desorientados se vieron a los dirigentes y una muestra de ello fue la contratación de Gustavo Matosas. El uruguayo era un técnico que por sus características no encajaba en el estilo de trabajo y juego propuesto por la CD desde su llegada al club. Siete partidos fue lo que duró Matosas, con una efectividad del 47,61%, producto de 3 triunfos, un empate y 3 derrotas. El DT presentó la renuncia tras ser eliminado de la Copa Sudamericana y nadie de la dirigencia hizo fuerza por retenerlo.
Un partido más como interino tuvo el Chino Benítez, en el que terminó cayendo frente a San Lorenzo por 3 a 1. A los días, Verón hizo otra apuesta arriesgada en su carrera como presidente y contrató a Lucas Bernardi, un nombre con poca experiencia y que venía de ser echado de Godoy Cruz por la mala imagen que demostraban sus dirigidos en cancha. En el Pincha no se vio algo muy distinto a eso.
Fueron 26 los partidos que estuvo al frente del plantel albirrojo. Diez triunfos, seis empates y diez derrotas, fueron los resultados que sacó el rosarino, quien redondeó un 46,15%. Con la irregularidad como bandera y un pésimo funcionamiento colectivo, la continuidad de Bernardi era insostenible y en una decisión de “común acuerdo”, dejó de ser el DT del León.
La incertidumbre volvía a apoderarse de la Brujita y ante el reclamo popular de poner a “alguien del riñón y de la casa”, todas las miradas cayeron nuevamente sobre Leandro Benítez, pero esta vez para utilizarlo no como interino.
Claramente el ciclo del Chino fue de mayor a menor. Victorias resonantes contra Nacional de Uruguay y Gremio, por Copa Libertadores, como así también el triunfo ante Boca por la Superliga, hicieron ilusionar al hincha y elevar la vara de exigencia. Sin embargo, de apoco el buen funcionamiento demostrado en dichos compromisos, se fue desvaneciendo con el tiempo, hasta llegar a ser un equipo deslucido, sin alma y con pocas respuestas para afrontar las adversidades que le presentaban los partidos.
Fue así como luego de 28 partidos y una efectividad del 38,9%, producto de 8 victorias, 8 empates y 12 derrotas, Leandro Benítez decidió dar un paso al costado. “Voy a dar un paso al costado, es lo mejor para descomprimir. A partir de hoy, le voy a desear lo mejor a Estudiantes como hincha”, declaró en conferencia el Chino luego de la derrota ante Talleres, en algo que confirmó lo que era un final de ciclo anunciado.
De esta forma, un nuevo entrenador deja su cargo durante la gestión de Juan Sebastián Verón. La cuenta total da que de 189 encuentros disputados desde el 9 de octubre del 2014, hasta el día de hoy, Estudiantes ganó 85, empató 46 y perdió 58. Estos números dan como resultado un 53,08%, porcentaje que cayó claramente en las últimas campañas y que lo hacen mirar de reojo la tabla de los promedios de la próxima temporada.
Habiendo confirmado a Pablo Quatrocchi en un nuevo interinato, la intención de la dirigencia parece ser repatriar a Gabriel Milito como entrenador, aunque aún faltan charlas y conversaciones entre los propios encargados de definir los destinos futbolísticos del Pincha. Lo que decida Verón y compañía será de crucial importancia para su futuro político, ya que su imagen se ha ido desgastando por la no culminación del estadio de 1 y 57, como así también por la política austera adoptada al momento de reforzarse.