El Concejo Deliberante de La Plata recuperó este jueves algo de su ritmo normal a partir de los movimientos que se registraron en el ala norte que da sobre la calle 51, donde se concentran las oficinas de los concejales de Cambiemos. En la presidencia de ese bloque hubo una reunión de los ediles que están en la ciudad con la elegida por el intendente Julio Garro para presidir el cuerpo, su ex secretaria de Desarrollo Económico y Urbano, Ileana Cid. Allí se analizó el escenario político previo a la sesión especial del próximo martes, donde se elegirán las nuevas autoridades.
Con especial interés se siguieron las alternativas de las charlas con la oposición, las cuales fueron encabezadas por la propia Cid en las últimas jornadas. La reasumida concejal (en rigor volverá a la banca en esa misma sesión), tomó contacto personal o telefónico con varios de los representantes opositores. Presentarse y hacer fluir la relación para facilitar la votación era el objetivo. Los resultados de las gestiones, dispares.
En el oficialismo observan con preocupación lo que pueda ocurrir en la sesión especial y las negociaciones se profundizaron con la intervención del propio jefe comunal, que tomó contacto con algunos de los sectores.
La meta de Cambiemos es asegurarse en primer término el quórum para poder sesionar. Necesita para ello trece concejales sentados y cuenta sólo con 10 asegurados. Se supone que Fernando Ponce no va a estar presente por lo que resta uno. Y tampoco hay certeza de que la radical disidente, Florencia Rollié, se siente antes de que el quórum esté garantizado.
Esa escena plantea el primer obstáculo en caso de que la oposición intente presionar con una postura dura que podría tener algún costo político por su impacto institucional. La preocupación llegó al punto de que en algún momento circuló la posibilidad de que la sesión especial podía suspenderse, circunstancia que nadie confirmó.
El segundo obstáculo será, en caso de que la sesión arranque, obtener los trece votos para elegir a Cid como presidenta.
Las miradas se posan entonces en el segmentado sector opositor, el cual tendría en las próximas horas un encuentro crucial de sus 12 integrantes para intentar consensuar un esquema común para sentarse en la negociación final con Cambiemos.
No existe, en los seis bloques opositores, un criterio único respecto de cómo encarar la coyuntura. De todos modos se consolida la idea de que la discusión es por todos los cargos y no sólo por la presidencia. El peso de los cinco concejales de Unidad Ciudadana es importante y juntos pretenden impulsar a Norberto “Chucho” Gómez, pero también lo es el hecho de que al oficialismo le alcanza con mucho menos para avanzar con su esquema: tres ediles sentados en la banca para arrancar la sesión y dos para votar las autoridades.
El punto fue analizado en la reunión de bloque de Cambiemos y existe resistencia a otorgar la línea sucesoria al kirchnerismo. Apuestan a un “tipo de gestión más moderada y responsable”, como la que ejecutó la randazzista Lorena Riesgo cada vez que le tocó subirse al estrado presidencial.
Aunque en última instancia todos coinciden en que una salida acordada será la mejor para la vida institucional del cuerpo, parece que la última palabra no está dicha, y no se dirá hasta que la sesión especial finalmente se realice.
