Por Florencia Tróccoli
Por Florencia Tróccoli
Hartos y preocupados. Así se encuentran los padres de los alumnos de distintas escuelas de Berisso, que al igual que los de los colegios de La Plata y Ensenada, ven alteradas sus rutinas por la imparable ola de amenazas de bomba que mantiene en vilo a toda la región. Como viene dando cuenta 0221.com.ar, este tipo de hechos ya se extendió como una plaga a más de treinta instituciones tanto públicas como privadas, que en algunos casos han interrumpido sus clases en más de una oportunidad endurante un mismo día.
Jonatan Nicolás Calderón, fue asesinado por dos motochorros a metros del Parque Saavedra de La Plata. Hermetismo en la investigación.
Un inspector de habilitaciones sufrió un brutal robo en su casa de La Plata. Lo golpearon, maniataron y escaparon con dinero, objetos de valor y su auto.
MAPA DE LAS AMENAZAS DE BOMBA
Este viernes, la ciudad que se encuentra bajo la gestión del intendente Jorge Nedela llegó a un nuevo récord de llamados intimidatorios: en tan solo ocho horas se registraron trece casos. Así lo confirmó a este portal Hugo Dagorret, subsecretario de Seguridad Ciudadana, quien agregó que los colegios que más han alterado su funcionamiento son las que cuentan con mayor cantidad de alumnos: la Escuela Media N° 1 de 10 y 169; la Técnica N° 2, ubicada en 12 y 169; y en la Media N° 2, situada en Montevideo y 35.
“Estuvimos reunidos con Francisco Pont Verges, Secretario de Política Criminal de la Procuración General, a quien le sugerimos que todas las denuncias de intimidaciones públicas estén centralizadas en una sola fiscalía. Ante la emergencia, necesitamos darle celeridad a los casos para poder dar con los responsables”, especificó el funcionario berissense.
PÉRDIDA DE PRESENTISMO
Stella Soria tiene una hija de 4 años que concurre al jardín de infantes de la Escuela San Francisco, con sede en 153 entre 13 y 14. Trabaja en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata y desde hace un mes y medio que después de dejar a la nena se pregunta a qué hora la llamarán para que pase a retirarla por una nueva amenaza de bomba.
“Hay veces que no termino de llegar al trabajo que tengo que volver, se hace insostenible. La he llevado conmigo, pero no puedo hacer demasiado o tengo que dedicarme a otras tareas, pero no puedo hacer todos los días lo mismo”, detalló este medio.
Y agregó: “A veces la cuida mi mamá o la chica del transporte que contraté la ha ido a retirar fuera de horario y no le corresponde, pero ya no se cómo hacer. No he tenido inconvenientes en mi trabajo, pero ya a mí no me da la cara por una cuestión de responsabilidad. Hay gente que ha perdido el presentismo. Esto involucra un montón de cosas”.
Si bien sabe que el mismo panorama se reitera en distintos colegios, el hartazgo la llevó junto a otros padres a plantearle al Jefe Comunal la posibilidad de que se adelanten las vacaciones de invierno como alternativa para apaciguar la situación.
TAREA VÍA WHATSAPP
Las hijas de Martín Chagas tienen 6 y 9 años, y, al igual que la nena de Stella, van al San Francisco. “El viernes amanecimos ya con cuatro amenazas de bomba, así que optamos por no mandarlas. Ya no damos más”, comenzó su relato a este medio.
Lo que comienza tan solo como un llamado al 911 o a las escuelas por parte de un bromista de mal gusto, tiene su lado B en el trajín cotidiano de miles de vecinos, que, como Martín, tienen que rebuscársela para seguir sus actividades de manera relativamente normal en la vecina localidad.
“Es una realidad, no todos tienen la posibilidad de ir a buscar a los chicos al instante. Varias veces nos quedamos más tiempo ahí con los otros nenes para que no se sientan tan solos”, contó el empleado, que en reiteradas ocasiones tuvo que recurrir a una niñera, tanto para que cuide a sus hijas o para que esté al pié del cañón para ir a retirarlas en el caso de una nueva evacuación del colegio.
Los inconvenientes no terminan ahí. En un intento por tratar mantener los contenidos pese a la cantidad de horas de clase perdidas, las maestras llegaron a enviar los deberes a los chats de papis.
“Es un dolor de cabeza. No estoy capacitado para enseñarles a mis hijas. No tengo la tolerancia, la paciencia ni me desenvuelvo de buena manera. Entonces es todo a los ponchazos, pese a la mejor predisposición”, resaltó.
Ana Massera se manifestó a 0221.com.ar en sintonía con las declaraciones de Stella y Martín. Tiene una hija de 7 años y otro de 3, que van a la escuela Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. El colegio ubicado en 20 y 167 fue uno de los últimos en sumarse a la larga lista de establecimientos convulsionados por las amenazas de bomba en Berisso y en cuestión de una semana tuvieron que evacuarlo en cuatro ocasiones.
“La última vez que fui a buscarlos recién estaban saliendo. Como ahí funcionan los tres niveles, los del secundario hacían una valla humana agarrados de las manos, para que los más chicos pudieran cruzar la calle”, describió sobre una de las escenas que se repiten cotidianamente en diferentes colegios.
En ese contexto, contó el trastorno más importante que generó una falsa amenaza: “Una mamá me dijo que estaba en plena entrevista laboral, cuando tuvo que salir corriendo a buscar a su nena. Es una locura”.
“Como los casos a veces se dan casi en simultáneo, los comandos se ven desbordados. Una de las evacuaciones fue a las 14 y recién a las 18 llegaron los efectivos a verificar. Además, los docentes tienen que esperar hasta que vayan a buscar al último nene. Es una complicación tras otra”, cerró.
PRÓXIMA REUNIÓN
Luego de haber encabezado distintas reuniones y manifestaciones, el “Grupo de Padres Autoconvocados” logró que el intendente Nedela se comprometiera a participar junto a otros funcionarios de una reunión, que se realizará el próximo lunes 2 de julio a las 17.30 en el Club Almafuerte, ubicado en 8 y 156 Norte.
Del encuentro también participaría la fiscal María Cecilia Corfield, de la UFI N° 15, que comenzaría a centralizar todas las denuncias por llamados intimidatorios.
Pese a los operativos desarrollados hace unas semanas y en las últimas horas, la pregunta que se repite en la región es la misma: ¿cuándo se acabará con este flagelo?