Hace unos meses atrás, los bajos del grupo musical “Mala Fama” retumbaban en las paredes de Cubata, el mítico bar de calle 11 entre 49 y 50. Aquella noche de abril marcó el cierre de uno de los lugares más significativos para toda una generación de jóvenes platenses.
Las paredes que fueron testigos de las mejores noches de la ciudad, pasaron a ser parte de escombros y las barras no están en lugar, donde las personas se acercaban para refrescar sus gargantas, renovar energías y volver a la pista de baile. Llamativamente, cuesta ver cómo la luz del sol es la que ilumina el corazón de Cubata.
La montaña de ladrillos es la protagonista de la obra, las heladeras con las marcas de cervezas están acostadas en suelo y los baños fueron complemente demolidos. Y si bien es cierto que eran chicos, los asistentes tomaban las largas filas que se formaban como un recurso para intercambiar diálogo y conocer gente.
“Tiraron todo abajo y es un boliche nuevo”, afirma un ex empleado del bar. Actualmente, se está llevando a cabo la construcción de “Chupitos”, una franquicia que propone una manera diferente de vivir la noche. El objetivo es probar los diferentes “shots de tequila” pero con una gran variedad de bebidas.
El lugar no será el mismo. Habrá “beer-pong”, tablones largos y juegos. El viejo Cubata será recordado como una verdadera cuna de historias nocturnas, bailes a deshoras y miles de encuentros amorosos.