Luego de que se detallara el complejo cuadro de salud que afronta la elefanta Pelusa y que el director del santuario de Brasil afirmara que el animal se encuentra en la etapa final de su vida, en distintos ámbitos comenzó a circular el rumor de que sería sacrificada. Fue el subsecretario de Gestión Ambiental de la Municipalidad de La Plata, Germán Larrán, quien salió rápidamente a descartar esa alternativa.
En diálogo con 221 Radio, el funcionario aseguró que hasta el momento no se barajó esa posibilidad. “Mientras ella esté tranquila, descansando, no va a hacerse nada. Los signos vitales son buenos, pero sí es un animal enfermo. Si ella no manifiesta un espasmo violento, como no lo está haciendo, no vamos a hacer nada en ningún sentido”, dejó en claro.
En cuanto al duro momento que se vive en el zoológico platense, Larrán destacó el trabajo de todo el equipo abocado exclusivamente a la atención del animal, que lleva más de 48 horas recostado. En ese sentido, la elefanta permanece dentro de un gazebo calefaccionado y, teniendo en cuenta el clima frío, también continua cubierta con mantas para que no pierda temperatura. Además, hay tres veterinarios y personal del santuario de elefantes brasileño, además de especialistas de la Fundación Franz Weber siguiendo de cerca el minuto a minuto la situación de Pelusa.

“Luego de que se recostara, estuvo un día y medio consciente. Ayer al mediodía mostró signos de desmejora, estaba sin motivación. Si ella no manifiesta la voluntad de levantarse, no podemos forzarla, sería contraproducente”, remarcó. A su vez, indicó que no hay un tiempo específico para aguardar que se ponga de pie: “Con ella no tenemos parámetros porque es parte de un proceso particular por el problema en sus patas. Eso le da miedo de no poder levantarse”.

Por otro lado, el funcionario municipal subrayó que las demoras burocráticas jugaron en contra de la elefanta: “La caja de transporte llegaba justamente esta semana, solo faltaba un trámite para la importación de Pelusa. Se había hecho todo perfectamente, pero faltó el compromiso de las autoridades brasileñas para que ella entrara al país. Las leyes y procesos administrativos de otros países, no del que dona, sino del que recibe, no son ágiles”.

En sintonía con las reflexiones Scott Blais, el director del santuario de elefantes de Brasil, sobre las consecuencias del cautiverio, el subsecretario de Gestión Ambiental, sostuvo que el caso de Pelusa sirve para repensar todo lo que se está haciendo mal con la naturaleza. “Hay una transformación en el mundo sobre la concepción del zoo, muchísimas cosas tenemos que cambiar. Que los animales estén encerrados significa que nosotros estamos destruyendo su hábitat, que se quedan sin ambiente. La caza y la presión del hombre sobre estos animales son muy intensas, se está distorsionando la naturaleza”, destacó.