El civil que operó como espía de la Inteligencia del Ejército fue condenado como partícipe necesario del asesinato de Laura Carlotto, hija de Estela, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo. Lo liberaron este miércoles luego de cumplir las dos terceras partes de su condena, al mismo que tiempo que la Corte Suprema de Justicia seleccionó su caso para expedirse nuevamente respecto de un caso de 2x1 en delitos de lesa humanidad.
Batalla había sido condenado a 13 años de prisión acusado de privación ilegal de la libertad -agravada por el uso de violencia y amenazas- y por someter a tormentos a 128 víctimas, a lo que sumó los homicidios de Laura Carlotto y Olga Noemí Casado.
Se trata del segundo genocida condenado por el homicidio de la hija de la presidenta de Abuelas que recupera la libertad: el 24 de octubre pasado, los mismos jueces liberaron a Raúl Ricardo Espinoza, excivil de inteligencia del Ejército condenado a la misma pena en el mismo juicio por el centro clandestino de La Cacha. Según los registros oficiales, "el Toro" trabajó en el Destacamento de 1976 a 1987.
El Tribunal Oral Federal (TOF) 1 de La Plata dispuso la excarcelación de Batalla el pasado lunes, pero recién se hizo efectiva el martes, el mismo día que la Corte Suprema eligió su caso para fallar sobre el 2x1 a represores.
Batalla estuvo prófugo por varios meses hasta que fue detenido el 14 de julio de 2010. Así se mantuvo durante 8 años y 5 meses. El represor logró acceder a la excarcelación por la demora de la Cámara Federal de Casación en tratar la apelación de los querellantes. Cuando se la otorgaron, los jueces ponderaron la "aplicación de los cuatro meses del estímulo educativo" al que hizo lugar el Tribunal.
El fallo no está firme, ya que fue apelado por Abuelas de Plaza de Mayo, para que se lo considere coautor y no partícipe secundario, algo que haría que su pena fuera de perpetua. Según dispusieron los jueces del TOF 1 platense Pablo Vega, Daniel Esmoris y Germán Castelli, Batalla no podrá ausentarse más de 24 horas de su casa sin autorización, debe presentarse una vez por mes ante el Patronato de Liberados y no puede tomar contacto con sus víctimas.