“Mi abuela se casó con el Rey del Dulce. Y eso que en aquella época las reuniones y casamientos se hacían generalmente en las casas particulares, no se utilizaban los salones como ahora, pero el servicio de catering era una fija”, contó Mariana Di Fonzo a 0221.com.ar, resaltando que habían pasado ocho décadas de aquel día en que su abuela contrajo matrimonio y que en esos tiempos, el Rey del Dulce ya era sinónimo de calidad, si de gastronomía se hablaba. Mariana, trabaja hace 20 años en esta emblemática empresa platense, que abrió sus puertas un 16 de octubre de 1928, siendo una fábrica de caramelos, para transformarse luego en una tradición dentro de nuestra sociedad.
Con un local ubicado en calle 47, entre 8 y 9, la familia Diacinti construyó un negocio que fue creciendo al ritmo de la ciudad y que trascendió las fronteras de La Plata, haciéndose conocer en todo el territorio bonaerense. Durante 85 años el Rey del Dulce fue pasando por las distintas generaciones de Diacinti. Hoy, Pablo Sabathie y Luciano Deltell son los dueños y quienes se encargaron de aggiornar la marca, sin perder la esencia y calidad del servicio.
“Trabajábamos en la empresa, éramos parte del grupo contable y cuando quisieron poner en venta la firma, no lo dudamos y nos hicimos cargo”, explicó Pablo a este medio, nombrando a Luciano como su socio y mejor amigo que le dio la vida.
“Cuando decidimos ponernos al frente del Rey del Dulce, absorbimos automáticamente todos sus empleados y empezamos un proceso de aggiornamento del lugar, el producto y profesionalización de las áreas del negocio”, detalló Sabathie al mismo tiempo que destacó la importancia de haber mantenido esas cosas puntuales que tiene este emprendimiento y por las cuales la gente lo adoptó como hito dentro de sus ceremonias y festejos. En la actualidad ya no solo se encargan de la comida, sino que también ofrecen un servicio integral de organización de eventos.

ESTILO INCONFUNDIBLE Y PIONERO EN SERVICIOS DE CATERING
“Lo primero que se implementó en el servicio de lunch, fue los sandwich de miga y masas finas. De a poco se fueron agregando otras cosas e innovando”, aseguró Mariana, quien aparte de ser la encargada del staff de producción, es conocedora de la historia de este fantástico negocio. Ella ingresó a trabajar en 1998: “Nunca pensé que iba a estar tanto tiempo acá, pero cuando uno se dedica a lo que le gusta se te pasa volando”, contó Di Fonzo, mientras miraba a uno de sus compañeros que la asentía con la cabeza, como ratificando lo que ella estaba diciendo.
Entre tantas cosas y características que fueron distinguiendo al Rey del Dulce en estos 90 años, hay una difícil de olvidar y que el punto de partida para que las demás empresas intentaran copiarla. “Fuimos pioneros en bailar y hacer un espectáculo cuando servíamos la comida. La gente se sorprendía y era algo que animaba la fiesta”, detalló Francisco Da Silva, recordando sus tiempos de mozo a fines de los años noventa. Hoy en día trabaja en el área de producción, pero no olvida esas coreografías que realizaba con la bandeja en la mano y que se transformaron en un sello distintivo de la empresa.

“En algún momento llegamos a hacer 25 fiestas en un fin de semana, con un promedio que iba de entre 80 y 120 personas. Eran jornadas interminables de trabajo”, dijo Mariana al hablar sobre la época de mayor auge, a comienzos de los 2000. En todo evento de presentación o inauguración de las grandes marcas, el Rey del Dulce era siempre el elegido para el servicio de catering. “Tengo muy presentes las fiestas de YPF porque eran multitudinarias. A veces se hacían dos en una semana y asistían entre 600 u 800 personas a cada una”, aseguró Di Fonzo sobre uno de los eventos más convocantes en los que le tocó trabajar.

Los mencionados Mariana y Francisco, junto con Diego Ojeda, Gabriela Torres y María Inés Di Fonzo, son los cinco trabajadores del área de producción que vienen desde hace años juntos y se fueron adaptando a los cambios que tuvo el negocio, como el de trabajar sin contar con un lugar de venta directa al público, algo que ocurre desde el 2016.
En cuanto a la elaboración del producto específicamente, Mariana sostuvo: “Nos fuimos aggiornando mucho en lo artesanal y las exigencias de la gente hoy en día, que es más diversa en relación a lo que se buscaba”. Si bien es algo fundamental la mano de obra calificada que tiene el Rey del Dulce, los mismos empleados de la marca coinciden en que “uno de los mayores secretos es trabajar con materia primas de primera calidad”.

“Nosotros no teníamos la necesidad de explicar, qué era el Rey del Dulce. Lo que hicimos fue absorber al personal que ya estaba trabajando y contratamos a un chef profesional para brindar mayor variedad en el servicio gastronómico”, contó Pablo Sabathie sobre las decisiones que tomaron al convertirse en dueños de la firma. Sin embargo, por más que la nueva oferta es tentadora, el público se sigue inclinando por elegir la tradicional que se ofrece desde hace años en la empresa.
“Venía gente mayor de edad que nos decía que se habían casado con el Rey del Dulce, que la hija también, que le había hecho el cumpleaños de 15 a la nieta con el Rey del Dulce y ahora quería lo mismo para el casamiento de esa nieta. A ese tipo de clientes es muy difícil cambiarle mucho el tipo de servicio”, explicó entre risas Pablo. "De ahí en más nos decidimos seguir manteniendo las dos propuestas. Una es la más aggiornada a la gastronomía actual, con un menú quizás más específico y elaborado, mientras que la otra es la que nosotros llamamos el ‘Rey tradicional que vos ya conocés’”, agregó Sabathie.

UNA NUEVA ERA
Desde hace casi 5 años, Pablo Sabathie y Luciano Deltell tomaron las riendas del Rey del Dulce con el objetivo de darle el impulso y la frescura necesaria, a una empresa histórica de la ciudad, pero que sufría los problemas típicos de un negocio de esas características.
El haber tenido que cerrar el histórico local de 47, entre 8 y 9, fue una decisión difícil de tomar para los dueños, pero los costos de mantener un lugar así eran inmensos y resultaba poco rentable. De esta manera se comenzó a trabajar específicamente a través de contrataciones y pedidos. “Hoy la empresa cuenta con una planta de 40 empleados fijos. A esto se le suma una cartera de entre 80 y 100 mozos que se van contratando de forma eventual para los fines de semana y también las distintas épocas del año”, detalló Sabathie sobre algunos de los números que manejan en la actualidad.

En un rubro donde la competencia es mucha y se va renovando constantemente, uno de los mayores problemas es la informalidad laboral, la cual termina perjudicando a los que cumplen las reglas. En relación a este tema, el dueño del Rey aseguró: “Hay algunas propuestas gastronómicas que con el precio que ellos manejan nosotros no llegamos a cubrir ni los gastos, siempre teniendo en cuenta los riesgos que se corren al momento de contratar algo de esas características. A los que trabajamos dentro de los parámetros de la formalidad, eso nos perjudica mucho”.
El Rey del Dulce es el único, de este rubro, que pertenece a la Cámara Gastronómica de La Plata y que lucha constantemente por encontrar soluciones conjuntas a problemas como la crisis económica. “Tener diálogo con nuestros competidores nos ayudará a mejorar a todos los que formamos parte de este rubro, ya sean los trabajadores, los propietarios y por supuesto siempre pensando en la satisfacción del cliente”, explicó Sabathie.

En la actualidad la oficina de recepción y atención al público se encuentra en calle 6 y diagonal 74, allí se toman los pedidos y confeccionan los presupuestos. Por otro lado, el área de elaboración funciona momentáneamente en los edificios del Jockey Club. “Estamos construyendo la nueva fábrica en calle 7 y 72. Es un lugar de 1800 m2, en donde mudaremos toda nuestra estructura”, confesó Pablo sobre uno de los principales objetivos que planteados para el futuro y que piensan hacerlo realidad en dos años.
El Rey del Dulce Catering Online, modalidad en la que podés elegir todo el servicio y solicitarlo a través de Internet, es una de las innovaciones que tendrá próximamente le histórica marca. “Nuestra intención es continuar haciendo alianzas y convenios para seguir sumando beneficios a aquellos que elijan nuestro servicios”, sostuvo uno de los dueños.

A 90 años de haber abierto sus puertas, el Rey del Dulce es una costumbre y tradición dentro de la sociedad platense. Sus trabajadores y propietarios actuales, no olvidan el legado de la familia Diacinti y continúan evolucionando, adaptándose a los nuevos tiempos. “Nosotros somos conscientes de que tenemos bajo nuestra responsabilidad momentos muy especiales en la vida de las personas y que no tenemos margen de error”, concluyó Pablo Sabathie expresando uno de los motivos por los cuales un negocio de nueve décadas, se encuentra en plena vigencia.