En medio de la devastadora DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que azotó Valencia dejando un trágico saldo de al menos 217 muertos, una joven de 24 años oriunda de La Plata asistió a los afectados por el temporal en España y relató su experiencia.
Candela Herrera, quien vivió en La Plata hasta hace dos años, llegó a Valencia hace dos semanas tras pasar una temporada trabajando como bartender en Ibiza. En las últimas horas, junto a un grupo de amigos decidió sumarse a ayudar a los damnificados de los pueblos más afectados por la inundación.
"Decidimos juntarnos a las 8 en el punto de encuentro de la Ciudad de las Artes, porque había mucha gente. Como los buses no daban abasto, nos tomamos un Uber y fuimos hasta donde pudimos acceder, para luego avanzar a pie", relató Candela.
La joven comentó que al llegar a Alfafar, uno de los lugares más afectados por las inundaciones, "había autos por todos lados, las casas de los bajos habían sacado absolutamente todo lo que tenían adentro y lo dejaban en la puerta". En ese sentido, explicó: "La idea era ayudar, pero al final del día nos dimos cuenta de que a los voluntarios que llegaron en buses los estaban dirigiendo a otras zonas, como escuelas y centros comerciales, cuando lo principal deberían ser las casas".
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Candela Herrera, la joven oriunda de La Plata que asistió a los inundados de Valencia
Desesperación por la inundación en Valencia
En su labor solidaria, Candela y su grupo también repartieron agua y alimentos en los pueblos que más necesitaban. "Pedían platos y cubiertos descartables porque la gente hacía comidas comunitarias y no tenían dónde entregársela", agregó en diálogo con El Día.
Finalmente, dejó en claro que, aunque algunos dicen que "no se necesita más ayuda", no es tan así. "Se necesitan muchas manos y máquinas. Para sacar barro, agua, cuerpos humanos y animales, coches que tapan accesos. El mismo pueblo está salvando al pueblo, y los bomberos no dan abasto", concluyó.
Estiman que el balance de víctimas aumentará, ya que el número de desaparecidos sigue siendo elevado, sobre todo porque todavía hay cuerpos atrapados entre las montañas de vehículos que se apilan en las calles
Las tormentas del último martes arrojaron en unas horas una cantidad de agua equivalente a la que cae en un año. El fuerte temporal destruyó puentes, barrió casas y arrastró cientos de vehículos, que ahora dificultan el tránsito de los servicios de emergencia.