Un "exorbitante" alquiler y la crisis económica empujaron al local de juegos de 47 entre 7 y 8 a cerrar, tras 20 años divirtiendo a los chicos de La Plata.
El local de juegos para chicos Divermanía, ubicado en 47 entre 7 y 8, baja sus persianas tras más de 20 años de trayectoria. El alto costo del alquiler y la crisis económica que atraviesa el país son los principales motivos. De esta manera, un nuevo comercio se suma a la larga lista de los que cerraron a lo largo de este año en La Plata.
"Divermanía, aquel local de La Plata donde empecé mi vida comercial hace más de 22 años, ya es parte del pasado", posteó Manuel Font, creador del emprendimiento, en sus redes sociales. "La propuesta comercial quedó sepultada por las exorbitantes pretensiones de los propietarios y las dificultades económicas que atraviesan a nuestro país", agregó el comerciante.
Al menos 16 comercios de La Plata cerraron en lo que va del año. Desde nuevos emprendimientos hasta históricos negocios que no pudieron soportar la crisis.
La sucursal de Diagonal 80 de una conocida cadena de panaderías anunció que liquida todos sus productos porque cerrará luego de cinco años en La Plata.
En diálogo con 0221.com.ar, Font explicó que fue una decisión repentina: "No tenía pensado cerrar, pero cuando vimos que ya no había más nada para hacer, empezamos a negociar la forma de salir. Nos llevó un mes el proceso".
La determinación de cerrar el histórico local estuvo impulsada principalmente por el exorbitante aumento del alquiler. A la hora de renovarlo, los propietarios -con quienes Font forjó una "muy buena relación" durante las dos décadas de vínculo comercial-, le pidieron casi cuatro veces más de lo que venía pagando y no hubo forma de negociar una baja.
Sin embargo, ese no fue el único factor: el aumento de la tarifa de luz, el insumo principal del comercio, que pasó de oscilar entre los $200 mil y $300 mil en 2023 a escalar al millón de pesos este año, redujo los márgenes de ganancias de Divermanía.
A eso se suma que el comercio ya venía "malherido" desde la cuarentena por COVID-19, en 2020, al verse obligado a cerrar durante ocho meses, lo cual produjo "un combo explosivo" -grafica Font- que derivó en que ya no hubiera "más margen para permanecer".
En cuestión de un mes, desarmaron el local, negociaron el fin del vínculo laboral con la mayoría de los cuatro empleados y entregaron la llave este mismo martes. Ahora, parte de las máquinas de juegos serán trasladadas a Pinamar, donde tiene previsto abrir un nuevo local para la temporada, con dimensiones más pequeñas.
El local de Divermanía fue el primer emprendimiento de Manuel Font, quien lo abrió a sus 24 años. Durante las dos décadas de vida del comercio vio pasar a más de una generación de chicos que se divirtieron en sus más de 70 máquinas luminosas o en la sala de juegos para los más chicos o en el pelotero.
Durante ese tiempo, Font también creció como emprendedor y su incipiente empresa se expandió por todo el país, abriendo sucursales en Mar del Plata, Catamarca, Posadas, Rosario y Santa Fe. Hoy en día esas sucursales siguen funcionando: "Todavía no tuvimos que cerrar otro local. Algunos están en una situación más delicada que otros, pero estamos peleándola", explica el emprendedor.
Aunque buena parte de la empresa sigue en pie, tener que cerrar la sucursal de La Plata fue una triste decisión para Font. "Sinceramente, no me pasaría lo mismo si tuviera que cerrar algún otro local que con este", reconoce. "Empecé a los 24 y ahora tengo 46. Antes estaba en otra etapa de mi vida y todo lo que vi pasar desde que empecé hasta que se terminó es mucho. Mucho aprendizaje, muchas cuestiones que fui experimentando, transformando lo que sabía. Formé una familia, tuve tres hijos. Desde lo emocional es un golpe, pero bueno, uno tiene que aceptarlo, no queda otra".
Los orígenes de Divermanía se remontan al año 1963, cuando el abuelo de Manuel -un inmigrante español- abrió una casa de videojuegos en Pinamar, a la que llamó "Pibelandia". Con los años fue creciendo y fueron involucrándose el papá de Manuel, al igual que él y su hermano.
Luego Font vino a La Plata a estudiar Periodismo en la UNLP, carrera que ejerció hasta que decidió abrir su propio local de videojuegos en 2002. "Estábamos en plena crisis, después del 2001, y había un montón de locales vacíos", recuerda el emprendedor y agrega: "Me acuerdo que cuando lo fuimos a habilitar a la Municipalidad nos felicitaban porque estaban todos cerrando y nosotros abriendo: era algo raro para ese momento".
Tras años de crecimiento y expansión, Divermanía llegó a su fin: "Empezamos en un momento muy complicado y nos vamos en otro momento complicado", concluye Font.