Después de más de dos décadas girando en el corazón del Parque San Martín, la emblemática calesita dejó de funcionar. Durante el último fin de semana comenzaron las tareas de desarme y los vecinos no pudieron evitar la tristeza ante la despedida de una atracción que marcó a varias generaciones.
Rodolfo Picone, calesitero de toda la vida, que mantuvo en funcionamiento la calesita durante 26 años, vendió la estructura tras enfrentar serias dificultades económicas. "Cuando no tenés resto económico para el mantenimiento, pasa esto", lamentó en diálogo con 0221.com.ar.
El calesitero explicó que los problemas comenzaron hace aproximadamente nueve meses, cuando se trabó el eje del poste central. "Como era tan vieja la calecita, no tenía un rulemán. Eso friccionaba sobre la misma madera. Entonces se engranó y hubo que desarmarla toda".
Los motivos del cierre de la calesita del Parque San Martín
La falta de recursos fue una constante que complicó todo el proceso. Rodolfo intentó seguir adelante como pudo: reemplazó la lona original, dañada por el sol y la lluvia, y buscó alternativas más accesibles para seguir funcionando. Terminó usando una lona reciclada de publicidades, negra de un lado, lo que le dio un toque distinto pero no solucionó los problemas de fondo.
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La emblemática calesita del Parque San Martín cerró por dificultades económicas, pero su dueño busca seguir ofreciendo diversión.
A pesar del esfuerzo, esa lona empezó a filtrar agua y el techo improvisado terminó acumulando humedad. Con el paso del tiempo, algunos tirantes de la estructura se pudrieron y eso terminó afectando el equilibrio de toda la calesita. El daño era tan grande que fue imposible seguir.
Durante 2024, además, la actividad sufrió por factores climáticos. Entre olas de calor, días de lluvia y el frío que aleja a los chicos del emblemático parque de La Plata, hubo semanas enteras sin ingresos a través de esta actividad. "Hay momento en los que un calesitero no trabaja", comentó Picone, resignado.
La decisión de venderla fue dura, y lo hizo por un monto muy por debajo del valor real. A cambio, recibió dos "robots" que ahora evalúa alquilar o poner en funcionamiento con ayuda. "Es nuevo para mí, tengo que tener una persona para que se meta dentro", explicó.
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Desarman la histórica calesita del Parque San Martín tras 26 años por falta de mantenimiento y la estructura se mudará a Lobos.
Lo más doloroso fue ver el impacto que la noticia tuvo en los vecinos. Durante el desarme, muchos se acercaron a preguntar qué pasaba, algunos entre lágrimas. Hubo quienes revivieron recuerdos de infancia o de sus hijos dando vueltas en los caballitos de colores. "Hay gente que paró llorando para averiguar qué pasaba. Vino una señora que traía a sus nenes cuando eran chiquitos y hoy son ingenieros", contó Rodolfo, que fue el primero en instalar una calesita en el Parque San Martín, cuando el lugar aún no tenía esta clase de atracciones. Su presencia se convirtió en parte del paisaje cotidiano del barrio. Por eso, el adiós movilizó tanto.
La posible instalación de una nueva calesita
En medio de la angustia, apareció una pequeña esperanza. Un vecino de la zona le ofreció una calesita que había empezado a armar en el fondo de su casa para sus nietos, pero que nunca terminó. Se la regaló con la condición de que la ponga en funcionamiento. "La buena intención de este hombre me conmovió y la voy a instalar", adelantó.
La estructura que tuvo durante más de dos décadas será llevada a la ciudad de Lobos, donde probablemente vuelva a girar. Mientras tanto, Rodolfo piensa en instalar un inflable que tiene guardado, para no perder contacto con sus clientes de siempre mientras pone a punto la nueva calesita.
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Evalúan instalar una nueva calesita donada por un vecino para mantener viva la tradición en Parque San Martín
Vecinos también impulsaron una idea que podría concretarse en los próximos días: realizar un abrazo simbólico a la calesita y presentar una nota a la Municipalidad de La Plata para pedir que se garantice la continuidad de esta tradición en el parque.
Vale aclarar que el desarme no tiene relación con las obras de recuperación del espacio verde que lleva adelante la Municipalidad de La Plata. La partida de la calesita fue una decisión obligada, atravesada por las dificultades económicas y el desgaste del paso del tiempo. Pero lejos de ser un final definitivo, Rodolfo sueña con volver a empezar: con otra calesita, más chica tal vez, pero con la misma pasión de siempre.