Una vecina de La Plata denunció que "una señora" puso arroz envenenado en varios árboles del Parque San Martín para matar gatos y perros. Agregó que ya lo hizo varias veces y compartió fotos en las que se puede ver el extraño compuesto que apareció en las plantas este domingo.
La grave acusación llegó este domingo a 0221.com.ar. "Recién en Parque San Martín estuvo la señora que pone arroz envenenados en varios árboles", dijo la frentista y aseguró que la misma ya ha hecho lo mismo anteriormente.
"Llenó varios árboles. Les digo para que avisen y tengan precaución", escribió en el mensaje que llegó acompañado de varias fotos.
WhatsApp Image 2024-10-20 at 10.23.32 (2).jpeg
El compuesto supuestamente envenenado apareció en varios árboles de Parque San Martín.
En las imágenes se puede ver el arroz mezclado con un elemento color rosa, que está colocados en el tronco de varios árboles del parque ubicado en 53 y 25. Según informó la mujer, además de comunicarse con este portal, hizo la denuncia policial.
El antecedente de Plaza Güemes
En julio de 2023 varios casos de envenenamiento generaron conmoción en la zona de Plaza Güemes, donde decenas de frentistas pasean a sus mascotas diariamente. En aquella oportunidad, se viralizó una advertencia en redes sociales hecha por la dueña de un perro que había muerto envenenado tras pasear en la plaza.
La mujer además afirmó que la veterinaria a la que lo había llevado “confirmó” el problema que atravesaba dicha plaza. A eso se suma que habría, por lo menos, un gato fallecido en las mismas circunstancias. Desde la Municipalidad de La Plata informaron iban a investigar la zona aunque era necesario que se realizara la denuncia formal para poder revisar las cámaras.
“No lleven a sus perros a pasear a Plaza Güemes de 19 y 38, hay veneno. Ayer falleció mi labrador, fue fulminante. El veterinario me confirmó lo de la plaza”, aseguró Gabriela en un posteo publicado el miércoles 26 de julio en un grupo de Facebook dedicado a información sobre perros perdidos en La Plata. Según relató a 0221.com.ar, el perro era un labrador longevo, que vivía con ella y también en la casa de su hermano. Ella lo había rescatado cinco años atrás, “en un estado deplorable”, y cuando se recompuso se dio cuenta de que era “muy territorial” y se le hizo cada vez más difícil tenerlo en su casa, por lo cual su hermano se lo llevó en 2020 y desde entonces lo compartían.
Gabriela llevó al perro a un control de rutina porque ya estaba teniendo los problemas que trae la vejez. Notó que su mascota estaba bien solo que “más avejentado”. La veterinaria lo revisó, le recomendó un gel y otros cuidados para sus articulaciones y el perro regresó a su casa “contento”, asegura Gabriela. Pero a las pocas horas lo empezó a notar inquieto y desorientado. A la noche no quiso comer y eso le llamó la atención. Luego comenzó a tener arcadas, a babear y vomitar. Tras atenderlo y cambiarle el colchón, Gabriela dejó al perro durmiendo y, a la mañana siguiente, lo encontró casi agonizando. Buscó a su hermano y, al regresar, encontraron que el perro había defecado con sangre. A la media hora, falleció.
“Ninguno de los dos entendía qué había pasado”, afirma Gabriela. Por eso se comunicó con la veterinaria para preguntarles cómo podía ser que no hubieran detectado nada y los profesionales le explicaron que el perro no había presentado síntomas. Entonces Gabriela les preguntó si podía haber sido envenenado y le respondieron que les habían llegado comentarios sobre envenenamientos en Plaza Güemes, donde el perro había paseado el domingo previo a su muerte.