Allegados a la joven de 18 años apuntan contra su pareja, un agente de la Policía Federal Argentina, y sostienen que la chica fue víctima de "manipulación".
La familia de Gisela Jorgelina Villagrán, la joven de 18 años que fue encontrada con un disparo en la cabeza en una casa de La Plata, pone en duda la hipótesis del suicidio y exige que se investigue a su pareja, un efectivo de la Policía Federal Argentina (PFA).
A través de las redes sociales, su hermana denunció que la joven era manipulada y controlada el em arco de esa relación y apuntó: "Él la convenció para que vaya, preparó su discurso y la mató".
Una joven fue hallada con una herida de bala en su vivienda de La Plata. Su pareja, un policía federal, encontró una pistola en la escena y llamó al 911.
La movilización se llevó a cabo este lunes, en Plaza Moreno, frente a la Municipalidad de La Plata. El trabajador de la salud tenía 40 años.
El hecho ocurrió el pasado 14 de febrero en una casa de 31 entre 75 y 76, en la localidad platense de Altos de San Lorenzo; y según la versión oficial Gisela se disparó a sí misma con su arma reglamentaria, lo que llevó caratular el hecho como "tentativa de suicidio" y, tras su fallecimiento, como "suicidio". Los familiares de la joven, sin embargo, rechazan esa hipótesis y piden que se profundicen las pericias.
La hermana de la joven, Dana Lemos, expresó en una publicación de Facebook sus sospechas sobre lo ocurrido y contó que ese día, tras asistir a su casamiento por civil, Gisela recibió un mensaje en su celular y salió de repente diciendo que iba a ver a un amigo, pero dos horas después ocurrió la tragedia.
El hombre apuntado le indicó a las autoridades que cuando regresó a su casa encontró a Villagrán herida, junto a la pistola. No obstante Dana cuestionó esta versión y remarcó que el oficial mintió al decir que su hermana ya le había querido sacar el arma dos veces. "Si hubiese sido así, ¿qué hacía su arma cargada?", planteó al respecto.
La hermana también aseguró que la relación entre Gisela y su pareja estaba marcada por el control y los celos. "Nosotras mismas la convencimos de que dejara esa relación que había empezado como niñera de los hijos de este tipo, porque él la controlaba todo el tiempo y la celaba y era mucho más grande que ella", manifestó. En su denuncia pública, Lemos reveló además que el policía habría hostigado y presionado a la joven para retomar su relación: "Le decía que si no volvía con él, se iba a matar. Inclusive cuando ella le estaba diciendo que no lo quería ver más, se arrodilló y le pidió matrimonio", narró al respecto.
Lemos afirmó además que el efectivo "la manipulaba para que ella volviera (con él) y le mandaba mensajes acosándola". También sostuvo que su hermana no habría ido voluntariamente a esa casa con la intención de quitarse la vida: "Gi era una nena inocente, sin maldad y llena de sufrimiento, pero yo sé que ella jamás hubiese ido a ese lugar a matarse", cerró.
Mientras tanto, el caso avanza sin pausa en la Justicia. Las autoridades buscan determinar con exactitud las circunstancias del hecho y para ello esperan el resultado de pericias que serán claves. En la escena se secuestraron una pistola Bersa TPR 9 y una vaina servida.
Por su parte, la familia insiste en que no se descarte ninguna posibilidad y reclama justicia. "El dolor no nos va a paralizar. Hasta que salga todo a la luz y él pague, y Gi pueda descansar en paz, no vamos a parar", advirtió su hermana.