Las calles arboladas de la ciudad de La Plata volverán a ser escenario de un proceso institucional clave para la justicia bonaerense. A pocos metros de Plaza San Martín, entre la cúpula del Senado y los despachos de la Suprema Corte, se definirá el destino de la jueza Julieta Makintach, hasta hace poco una de las tres magistradas que encabezaban el juicio oral por la muerte de Diego Maradona. Fue apartada y ahora enfrenta tres denuncias por mal desempeño que podrían costarle el cargo. Todas tramitan en la Secretaría Permanente de Enjuiciamiento de Magistrados, el órgano encargado de juzgar la conducta de los jueces y funcionarios judiciales de la provincia de Buenos Aires.
El trámite no será inmediato, pero la decisión final llegará desde la capital bonaerense. La misma ciudad donde Maradona fue idolatrado como DT del Club de Gimnasia y Esgrima La Plata, en su última etapa como figura pública. La misma ciudad donde ahora, irónicamente, se resuelve el juicio político contra la jueza que debía investigar los hechos que rodearon su muerte.
Denuncias en fila
Las paredes del Tribunal Oral N°2 de San Isidro comenzaron a crujir el mismo día en que Julieta Makintach pidió encarcelar a un testigo por falso testimonio. El 26 de marzo, mientras las cámaras seguían el juicio por el fallecimiento del excapitán de la Selección, la jueza votó a favor de detener a Julio César Coria, ex custodio personal de Maradona. Fue la primera señal de un giro inquietante: el juicio entraba en un terreno inexplorado.
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Diego Maradona y la ciudad de La Plata vuelven a estar unidos
Coria, con representación del abogado Gastón Marano, presentó entonces una denuncia formal contra Makintach. La acusó de haber perdido imparcialidad y pidió su juicio político. Luego llegaron dos más: una, impulsada por los diputados de La Libertad Avanza, Florencia Retamozo, Agustín Romo y Fernando Compagnoni; y otra, firmada por Fernando Míguez, de la Fundación por la Paz y el Cambio Climático.
Las tres denuncias convergen en una misma dirección: la Secretaría de Enjuiciamiento, en La Plata. En términos legales, los escritos se unificarán en un expediente único, con la jueza como sujeto denunciado y con faltas coincidentes. Según confirmaron fuentes judiciales, es probable que se sumen nuevas presentaciones.
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En el centro, la jueza Julieta Makintach
Las acusaciones incluyen desde el incumplimiento de los deberes del cargo hasta la comisión de irregularidades procesales. También se incorporaron como prueba los videos en los que se ve a Makintach en escenas filmadas para un futuro documental, una circunstancia que, a los ojos de los denunciantes, vulnera el principio de neutralidad que debe preservar todo juez.
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Cómo funciona un jury en la provincia de Buenos Aires
La Provincia de Buenos Aires cuenta con un régimen constitucional específico para juzgar a sus magistrados por mal desempeño, delito en el ejercicio de sus funciones o por causas de indignidad. El mecanismo se inicia con una denuncia formal ante la Secretaría Permanente de Enjuiciamiento de Magistrados, un organismo con sede en la ciudad de La Plata, que depende funcionalmente del Senado bonaerense.
Una vez radicadas las denuncias —como ocurrió ahora en el caso de Makintach— la Secretaría las analiza, las acumula por sujeto y objeto, y notifica a la Procuración General de la Suprema Corte y a la Comisión Bicameral de Enjuiciamiento. Estas dos instancias deben elaborar un dictamen no vinculante, donde se evalúa si los hechos ameritan la formación del jurado o si deben ser archivados.
Si se decide avanzar, se integra el Jurado de Enjuiciamiento con legisladores provinciales, abogados con matrícula en la Provincia, y un ministro de la Suprema Corte. El juicio político se desarrolla con las garantías del debido proceso, y su resultado es inapelable. La sanción máxima es la remoción del cargo.
Por ahora, Makintach fue apartada del juicio oral por el que debía juzgar la actuación de los médicos y asistentes que estuvieron a cargo de Diego Maradona durante sus últimos días.
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La Secretaría de Enjuiciamiento de Magistrados está a cargo del experimentado Ulises Giménez
Foto: AGLP
El juicio que volvió a foja cero
Tras ser apartada por “pérdida de imparcialidad”, el juicio por la muerte de Maradona volvió a comenzar desde cero. Una rareza en los procesos judiciales. Se trata de un debate clave en términos institucionales y simbólicos: es la primera vez que la justicia penal busca establecer responsabilidades penales concretas sobre la muerte de un ícono popular como Maradona, en manos de profesionales de la salud.
En el banquillo hay siete imputados: médicos, psicólogos y enfermeros que estaban en contacto directo con el excapitán de la Selección durante los días previos a su muerte. El proceso judicial fue impulsado por las hijas de Maradona, con el acompañamiento de sus abogados, quienes también promovieron la apertura de un sumario disciplinario contra la jueza ahora denunciada.
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Las hijas de Diego Maradona y el abogado Fernando Burlando en una escena del juicio que quedó trunco
Ese expediente paralelo fue iniciado el 16 de mayo por la Subsecretaría de Control Disciplinario de la Suprema Corte de Justicia bonaerense. La misma estructura que tiene su base operativa en La Plata, desde donde se monitorea la conducta de jueces y fiscales de toda la provincia. Desde entonces, la figura de Makintach quedó en entredicho.
Maradona, La Plata y el cierre de un círculo
En el año 2019, el estadio del Bosque tembló con la presencia del Diez. Maradona debutaba como DT de Gimnasia y Esgrima La Plata y era recibido como un dios pagano. El 8 de septiembre fue presentado como DT. Debutó en el cargo una semana después. El 23 de noviembre de ese año hubo una caravana tripera en apoyo al 10, cuando puso en duda su continuidad. Recorrió la ciudad, saludó desde el palco de la cancha, y caminó las calles donde hoy se decidirá si la jueza que debía juzgar su muerte será removida del Poder Judicial.
Diego Maradona Gimnasia
Diego Maradona revolucionó el mundo Gimnasia con su llegada en 2019
Esa coincidencia geográfica no es menor. La Plata, como capital política y judicial de la Provincia, es el epicentro donde se entrecruzan las instituciones que definirán el juicio político. Allí sesiona la Comisión Bicameral. Allí tiene su sede la Secretaría de Enjuiciamiento. Y allí se activan los resortes que podrían marcar el final de la carrera judicial de Julieta Makintach.
Lo que nació como un juicio sobre la muerte de un ídolo popular, hoy se convirtió también en una causa sobre el comportamiento del propio aparato judicial. La historia dirá si este jury en La Plata fue el principio de una depuración necesaria o apenas otra escena de una larga decadencia.
