Luego de la recuperación de la corona de la Virgen de la Rosa Mística que había sido robada a fines de febrero, el Arzobispo de La Plata, monseñor Gabriel Mestre, se hizo presente en la parroquia Nuestra Señora de la Victoria para celebrar una nueva coronación.
Durante la tarde del miércoles, el Arzobispo encabezó una emotiva y multitudinaria misa para bendecir la corona que recuperada, restaurada y nuevamente colocada en la imagen de la Virgen de la Rosa Mística.
Al inicio de la misa, Mestre bendijo la corona y con sus propias manos la colocó a la imagen de María Rosa Mística que estaba a un costado del Altar Mayor del templo. Concluida la celebración eucarística, cientos de fieles y devotos se dirigieron en procesión hasta el camarín de la Virgen, donde en medio de cánticos la corona fue depositada en su lugar habitual.
Durante la misa, monseñor Mestre invitó a "dejarse impregnar por la luz y la paz que es Cristo, y que de manera particular nos trae María intercediendo por nosotros" y animó a que en medio de la oscuridad y las complicaciones de la vida "podamos abrirnos a Cristo que es la luz y la paz".
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El Arzobispo de La Plata recibió la invitación del padre Henry Zegarra para presidir la misa en la parroquia ubicada en 54 y 23.
Los cambios en la corona de la Rosa Mística
Según detallaron desde la parroquia, la corona fue llevada a la Catedral una vez recuperada. Allí, un especialista la pulió y al sacar las perlitas de colores descubrió un trabajo de orfebre muy preciso que hasta el momento se desconocía.
Para destacar ese trabajo, se pulió en su totalidad, lo que implica que la corona ahora tendrá un nuevo color. Mientras que con las perlitas se está haciendo una cruz que va a tener la Virgen de la Rosa Mística en la mano. A su vez, la idea es que la cara de la Virgen tenga un color menos pálido para darle más vida.
Si bien contiene la imagen de varios santos y santas, en la Parroquia Nuestra Señora de la Victoria la veneración de los fieles se centró en la de la Rosa Mística, que representa a la Virgen María como la madre de la Iglesia y "la mediadora de todas las gracias".