Como en torno a un fuego, el público se agrupa alrededor de los músicos, que están sentados en ronda, en una tarima apenas elevada del piso. La gente canta, baila y ríe con ellos en un incipiente ritual que se repite cada lunes en los atardeceres del verano de Montevideo, Uruguay, desde noviembre de 2024, cuando irrumpió la Rueda de Candombe.
La invención de la Rueda
La Rueda de Candombe debutó en noviembre de 2024 pero su origen estuvo varios meses antes, cuando dos amigos, Caleb Amado -DJ- y Rodrigo “Rolo” Fernández -músico, productor y compositor- viajaron a Río de Janeiro, Brasil, atraídos por su música. Allí conocieron las rodas de samba de los barrios, una costumbre muy arraigada en ese país, donde los músicos se sientan en círculo en plena calle para interpretar temas del cancionero popular mientras alrededor la gente baila y canta con ellos.
“Nos llamó mucho la atención la fiesta se armaba alrededor de su música”, cuenta Caleb Amado a 0221.com.ar y agrega: “Nos encontramos con una sociedad que tiene mucho orgullo de su tradición y su identidad. El samba lo escuchás en la esquina, en el club, en la calle, en los bailes y es algo que atraviesa generaciones: personas de 60 años cantan la misma canción a los gritos que un pibe de 20”.
Ante esas fiestas populares, ambos se preguntaron por qué no había algo semejante en Uruguay, donde nació el candombe, de las manos de los esclavos traídos de África en la época colonial. “Se nos ocurrió que estaría bueno hacer algo así para mostrar nuestra cultura, nuestra identidad, y ver qué pasaba si replicábamos ese mismo formato y ese amor por la música nacional que tenían ellos, pero en Montevideo”, recuerda Caleb.
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Rolo (izquierda) y Caleb viajaron a Brasil y volvieron con una idea que revolucionó el verano uruguayo.
A su regreso, comenzaron a dar forma a la idea. Querían que el repertorio tuviera candombes originales y no canciones de otros géneros versionadas. A los tres tambores les sumaron una instrumentación acústica que incluía acordeón, guitarra y guitarrón, buscando generar calidez. Los temas tenían que sonar enganchados, como en las rodas, y quienes los interpretaran debían cantar juntos, conocer el repertorio y tener su peso específico dentro de la cultura del candombe, cuya tradición Rolo y Caleb querían dejar en claro que tomaban en serio. “Nosotros, dentro del candombe, somos convidados”, aclara Rolo, “ninguno viene de familias candomberas y es algo que tratamos con mucho cuidado y respeto”.
Su selección incluyó a Alejandro Luzardo, guitarrista, cantante, compositor, creador de La Candombera, banda de referencia del candombe fusión; Hernán Peyrou, pianista y compositor, integrante del trío La Ventana, para el acordeón, y Rolo, que es bajista en La Candombera, para el guitarrón; Darío Terán -jefe de cuerda de la comparsa Valores de Ansina y miembro de la banda de Rubén Rada- para el tambor chico; en el tambor piano, Diego Paredes, fundador y director de la comparsa Valores de Ansina y, en el repique, Claudio Martínez: cantante en La Candombera y con su proyecto solista.
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La Rueda de Candombe se convirtió en un fenómeno muy convocante.
Foto: Juan Andrés Nin
Todos de una intensa trayectoria musical y fuertes vínculos con las comparsas y el carnaval que, además, se conocen desde hace años y varios de ellos comparten o han compartido otras agrupaciones como El Combo Candombero y La Calenda Beat.
En cuanto escucharon la idea de Rolo y Caleb, todos dijeron que sí. “Son grandísimos referentes para nosotros”, reconoce Rolo: “Para mí, tocar con ellos es como estar en el dream team”.
Como los cumpleaños de negros, a puertas abiertas
Con un repertorio que incluía 32 canciones que iban desde las consagradas “Amándote”, de Jaime Roos y “Tengo un candombe para Gardel”, de Ruben Rada, hasta las perlas “Mi Identidad”, de Eduardo Da Luz y “Bomba H” de Jorginho Gularte, pasando por los éxitos de autores más recientes como “La noche”, de Alejandro Luzardo, la Rueda de Candombe debutó la tarde del lunes 11 de noviembre de 2024, en el Bar Santa Catalina de la Ciudad Vieja.
“La primera fecha fue espectacular”, recuerda Diego Paredes, “era lo más parecido a los cumpleaños de negros”. En esos festejos, cuenta: “Hay una mesa y hay uno cantando y todo el mundo haciendo coro y se golpean las botellas con un llavero y esas cosas ¿no?, que pasan particularmente en mi familia y sé que pasa en otras familias de negros”.
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Diego Paredes, tocador de tambor piano, en el debut de la Rueda de Candombe.
Foto: Leandro Hurtado
La propuesta de candombe puro dosificado en tres tandas con intervalos en los que Caleb -DJ Cablequemado- pasaba música de distintos géneros pero 100% uruguaya, gustó desde un primer momento a un público mucho más amplio que el candombero. Enseguida se corrió la voz y, en menos de un mes, la gente ya ocupaba toda la calle. En diciembre, la Rueda tuvo que trasladarse cerca de allí a Plaza España, a metros de la rambla.
Cada lunes se sumaban invitados de la talla de Nicolás Ibarburu, Pitufo Lombardo y Chabela Ramírez y, en febrero, sorprendió con su visita Jorge Drexler, quien interpretó entre otras, su canción “Tamborero", junto al mítico Lobo Núñez. Fascinado, ante una plaza colmada, Drexler celebró: “¡Qué idea increíble! ¡Que viva la Rueda de Candombe!”.
Embed - Tamborero - Jorge Drexler y Lobo Núñez en Rueda de Candombe
Pronto los medios uruguayos se acercaron a averiguar de qué estaba hecho el magnetismo de la Rueda. Aunque aclara que no tiene certezas, Paredes esboza algunas posibles respuestas: que sea al aire libre, gratis, en una plaza a la que se puede ir “con los chiquilines”, de 18 a 22.30, contribuyó. Que ocurra los días lunes: “Acorta la semana o, por lo menos, arranca con otro gusto”, agrega. El repertorio popularmente conocido y sus intérpretes que “defendemos las músicas de una buena manera”, también sumó. Pero, sobre todo, Paredes destaca que algo distinto se produce en la relación entre los músicos y el público: “La rueda permite que la gente se acerque alrededor. No hay un escenario en el que se está arriba y abajo, enfrentados, esperando la reacción del público o la de la banda. Hay un círculo de música que es adentro y afuera. La música gira ahí, alrededor de todos: los que estamos tocando y los que están cantando, bailando. No hay arriba ni abajo”.
De embajadores de la cultura uruguaya en el Festival de Cine de Cannes a la Argentina
Al finalizar el ciclo de verano, el 20 de abril, ante unas dos mil personas, la Rueda de Candombe anunció su primera fiesta, en la Sala del Museo del Carnaval, con capacidad para 1.100 personas y las entradas se agotaron en horas. A principios de mayo, sus integrantes partieron rumbo a Francia junto a la comitiva del José Ignacio International Film Festival (JIIFF) para representar a Uruguay en el Festival de Cine de Cannes.
Tras el retorno a su país, la Rueda seguirá en movimiento. Recientemente anunciaron en sus redes sociales que volverán a la Plaza España el domingo 8 de junio. Se trata de una única presentación, aclara Rolo: “Después de la gira por Cannes y antes de la próxima fecha en Argentina, queríamos celebrar con nuestra gente en la plaza”. Luego, explica, la intención es seguir durante el invierno en algún espacio cerrado "que permita mantener la esencia de la rueda, más libre y más popular”.
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Alejandro Luzardo en la Rueda de Candombe.
Foto: Facundo Vázquez y Cero Cero Uno productora
Tres días después, este miércoles 11 de junio, La Rueda de Candombe se presentará en La Trastienda de Capital Federal y las entradas ya se encuentran a la venta. “Hay mucha gente candombera allá que esperamos ver”, invita Alejandro Luzardo, que conoce al público de Capital y alrededores porque ya visitó el país en varias oportunidades, con La Candombera y como solista -la más reciente, en abril, cuando se presentó junto a Claudio Martínez en la fiesta de los 25 años de La Cuerda de La Plata-. “También esperamos llegarle al público porteño”, agrega Luzardo, “que de repente conoce a Jaime Roos, que conoce a Rada, pero no conoce esta parte del repertorio más tradicional y más amplio. Ver cómo lo reciben y si les llegamos también, ¿no?”.