Gimnasia estaba prácticamente aferrado al empate cuando sobre el final cayó el baldazo de agua, que estuvo al borde de ser evitado.
Corrían 51 minutos del complemento en el Bosque cuando el conjunto de Gimnasia, conducido por Marcelo Méndez, aguantaba el último tirón del encuentro y prácticamente ya estaba conforme con el empate; sin embargo, un descuido del árbitro permitió que Unión llegue a la victoria en la agonía del partido.
Ocurre que las cámaras de televisión captaron el momento exacto en el que Fernando Espinoza tomó el silbato, miró hacia la mitad de la cancha con la intención de terminar el partido y no lo hizo ya que nunca se dio cuenta de que un futbolista del Tatengue tenía la pelota controlada y en situación de ataque.
El equipo de Rosario volvió a su estadio y los hinchas de Newell's se encontraron con una tribuna que fue vandalizada por los plateístas de Boca.
De haber pitado el final, probablemente el plantel visitante se le hubiera ido al humo para protestar debido a que se trataba de una jugada de peligro, sin embargo los que salieron perjudicados en esta jugada fueron los futbolistas triperos que no tuvieron más remedio que irse al vestuario con las manos vacías por el gol que terminó siendo de Jerónimo Dómina.