En la mañana de hoy se conoció la noticia de que Carmen Caprile, más conocida como Chichita, la abuela fanática de Estudiantes, murió a sus 93 años luego de tener una vida ligada al Pincha, ya que, cuando tenía solo 6 años, fue por primera vez a 1 y 57 y desde entonces nunca dejó de hacerlo.
En este último tiempo, había tomado notoriedad por sus tatuajes, y tal como había hecho en 2020, cuando con 89 años sorprendió a todos tatuándose el escudo pincharrata, esta vez había generado revuelo al sumarse la estrella de la Copa Argentina al dibujo tatuado hace casi 4 años atrás.
Había cumplido con la promesa realizada si el equipo conducido por Eduardo Domínguez se terminaba coronando campeón, como finalmente ocurrió ante Defensa y Justicia. Como si esto fuera poco, también se dio el lujo de verlo campeón de la Copa de la Liga.
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La abuela de Estudiantes en el Estadio UNO, su lugar en el mundo.
Foto: AGLP
Chichita, la abuela de Estudiantes
En febrero del 2020, Carmen le había contado su historia a 0221.com.ar en el propio Estadio UNO. El inicio de este fervor por el Pincha se remonta a mediados de la década del '30, cuando la reconocida abuela con 6 años conoció los tablones del Estadio Jorge Luis Hirschi.
Embed - Chichita, la entrañable abuela Pincha con 83 años de cancha
"Me hice hincha por mi familia. Mi papá, mi hermano, mi tía eran todos de Estudiantes. Con ella empecé a venir, nos traía a mí y a una prima", le decía Chichita a 0221.com.ar. Siempre yendo a la cancha en el sector de calle 55, Chichita recordaba: "Nos acostumbramos a ir de ese lado".
Para ir hasta el estadio Jorge Luis Hirschi se tomaba el tranvía 16 en 41 y 17. "Daba toda la vuelta y agarraba después el diagonal y ahí bajábamos e íbamos caminando porque entrábamos por calle 1. Para salir después se esperaba un poquito que termine el partido y no salir con toda la gente. A veces íbamos a la vuelta, donde salían los jugadores. Era lindo verlos salir, si ganaban mejor que mejor", contaba.
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Chichita era una fanática acérrima del León desde la década del '30 y mientras su salud se lo permitió, nunca se perdió un encuentro de su amado club.
Foto: AGLP
Su cábala, en tanto, era una sola: "Siempre salir todas juntas, tomar el tranvía todas juntas, llegar al estadio todas juntas". Si bien era otro contexto, recalcaba que nunca la hostigaron ni violentaron, aseguraba que jamás se sintió incómoda y que el León siempre fue acompañado por muchas mujeres: "Venía muchísima gente. Venían bastantes mujeres, siempre tuvimos muchas mujeres en Estudiantes", dejaba en claro.