Una vez consumada la victoria de Estudiantes sobre Boca en el Estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba, que le valió la clasificación a la final de laCopa Argentina por primera vez en su historia, Eduardo Domínguez vivió un momento muy particular y lleno de amor.
Tras el pitido final de Yael Falcón Pérez, los jugadores invadieron el campo de juego pero Eduardo Domínguez no lo hizo y luego de un mesurado festejo junto a parte de su cuerpo técnico, se dirigió rápidamente hacia la zona de vestuarios para brindar la habitual conferencia de prensa.
El DT pincharrata, sin embargo, fue interceptado por su esposa, Brenda Bianchi, la hija de Carlos Bianchi, con quien se fundió en un tierno abrazo y le dio un beso felicitándolo por su trabajo al frente de Estudiantes, donde llegó con un equipo sin alma ni una idea de juego, golpeado por los malos resultados, y hoy lo tiene peleando todos los frentes en el fútbol argentino, y con vistas a un gran 2024 que se avecina.
Luego, llegó momento de tomar la palabra en conferencia de prensa, donde comenzó analizando lo que fue el desarrollo del partido ante Boca pero, sobre todo, lo hecho por Estudiantes: "Por errores nuestros y por la jerarquía del rival se puso en ventaja. Fue evidente. Pero creo que el equipo mantuvo la calma. No se desesperó. El equipo se hizo cargo de la situación. Cuando quedas con uno menos, la situación se la dejas al rival. Y Estudiantes estuvo a la altura y fuimos justos vencedores. Hay que seguir trabajando para lo que viene".
A la hora de hablar de los referentes y del rol que cumplen dentro del equipo, Domínguez no dudó en destacar que "Mauro Boselli sigue escribiendo nuevas páginas para el club". "Es grandioso. Tenerlo en el plantel es un orgullo y aprendo mucho con él, como con Fede (Fernández), José (Sosa), Mariano (Andújar) o Guido (Carrillo). Uno los tiene que escuchar porque ellos son Estudiantes. Están todos muy contentos, los saludé uno por uno", añadió.