El legado del Chuby Leguizamón, el militante rebelde del peronismo de La Plata
Llegó a ser virtual viceintendente de La Plata, pero reivindicó la militancia barrial y una rebeldía que lo llevó a enfrentarse a la estructura partidaria.
La voz gruesa de fumador de tiempo completo, el tono recio pero amable para marcar su punto de vista, su pasión política muchas veces desgastada por no pocas desilusiones y una rebeldía que nunca lo abandonó pese al paso de los años. Rubén “Chuby” Leguizamón murió este jueves a los 81 años, pero quienes lo conocieron no lo olvidarán y tendrán en su memoria sus propias pinceladas, marcadas por el momento en el que se lo cruzaron.
El militante de la Juventud Peronista en los duros años 70, el que buscaba la renovación en los primeros 80 o el que llegó a ser concejal, viceintendente y presidente del Concejo Deliberante. El que se reveló contra su propio oficialismo y partió el bloque o el que ya en el 2000 volvió por sus fueros a la patria chica y se convirtió en el único delegado elegido por el voto popular.
Pero seguramente todas las miradas confluirán en que con su muerte se pierde a uno de los históricos peronistas platenses, esos que entendían a la política como una herramienta para cambiar al mundo, pero empezando por la propia cuadra, en su caso, Tolosa. Y más específicamente el barrio La Favela.
El Chuby sabía cómo moverse en el palacio, porque los conocía a todos y varias veces le tocó ocupar algún despacho. Pero su hábitat era la calle, el territorio, donde su palabra era una referencia. Mucho más que un puntero –una figura de la cual renegaba–, era un militante ejecutivo que siempre buscaba estar para quien lo necesitaba.
Chuby Leguizamón 14
El Chuby Leguizamón al asumir por primera vez como concejal en 1987
Solía llegar a las redacciones cuando desde el llano se enfrentaba a los peronistas que estaban en el poder. Eran tiempos sin redes sociales ni breaking news y el tiempo no volaba como ahora. Había más margen para la charla con periodistas y él lo aprovechaba para explicar sus posturas, incluso en la interna, cuando tantas veces enfrentaría a Julio Alak, pese a que también lo acompañó como primer candidato a concejal en 1991, para derrotar a la UCR por primera desde el regreso a la democracia.
De cuna peronista
Hincha de Gimnasia apasionado, Rubén contó muchas veces que la militancia la mamó desde muy chico, a través de su padre. Era un adolescente y apenas podía se escapaba a la unidad básica para escuchar al General, cuando mandaba grabaciones desde el exilio. “Aprendí de los mayores, hombres que tenían muchos principios y valores”, dijo en algún momento e intentaba replicar esa historia.
“El militante ama una causa, equivocada o no, según el concepto que se aplique, y lucha por ella”. La sentencia de Leguizamón está forjada por la experiencia. Alguna vez renegó de los “punteros” a quien comparaba con mercenarios comprados para la ocasión y según su conveniencia personal.
El militante ama una causa, equivocada o no, según el concepto que se aplique, y lucha por ella El militante ama una causa, equivocada o no, según el concepto que se aplique, y lucha por ella
Y sintió hasta el final que ese legado echó raíces en Marcelo Leguizamón, quien llegó a una banca en el Senado bonaerense por el PRO después de haber acompañado a Julio Garro en la gestión municipal. Su hijo, además de la pasión por la política heredó el apodo. Y él acompañó o respetó sus pasos, según el caso, incluso cuando no estuvo de acuerdo.
Chuby Leguizamón 15
Rubén Leguizamón militando en una esquina de Tolosa, en épocas en que su hijo Marcelo era candidato del Frente Renovador
El Chuby, un referente
La figura del Chuby creció a mediados de los 80 como uno de los principales referentes barriales del peronismo, con fuerte presencia en los barrios Atepam IV y V, más conocidos como “La Favela”.
La calle de la Unidad Básica de su agrupación Esencia Justicialista era una parada obligada de los candidatos peronistas y los actos se volvían verdaderas fiestas callejeras en la que la figura del Chuby se detectaba a la distancia.
Por aquellos años participó del Frente de Renovación Unidad Peronista (FRUP), acompañando la candidatura de Néstor Sarlo, en un período en que el justicialismo buscaba reorganizarse tras el retorno de la democracia. Aquel compromiso lo posicionó tercero en la lista de concejales de 1987 y accedió por primera vez a la banca, pese a la derrota con el radical Pablo Pinto.
Boleta de Néstor Sarlo
En la siguiente elección de intendente el peronismo se impuso y Julio Alak arrancaría su primer período de gobierno que se extendería durante 16 años. El Chuby fue el primer concejal y como tal se convirtió en un virtual viceintendente, reemplazante en los períodos de licencia del jefe comunal.
Sin embargo, no siempre cultivó una buena relación con quien actualmente 16 años después, volvió a ser jefe comunal. En alguna oportunidad se reveló y llegó a romper el bloque oficialista. Llegó incluso a enfrentarlo en la única elección directa que se hizo de los delegados de las distintas localidades del distrito en el año 2000. Referencia ineludible en Tolosa, El Chuby se impuso al candidato promovido por el palacio de calle 12.
Chuby LEguizamón 4
Rubén Chuby Leguizamón, un militante de ley, en algún acto del peronismo
Aquella afrenta subió sus acciones en la consideración del intendente, quien una vez vencido el mandato lo designó como Subsecretario General del Municipio (2005–2006) y Secretario de Participación Comunitaria (2006–2007).
Su militancia en el Justicialismo se mantuvo hasta 2022, momento hasta el que fue Congresal provincial partidario, un cargo que había asumido en 1986.
Pese a que seguramente nunca lo convencieron del todo los pasos de su hijo fuera del peronismo, recién después de dejar esa responsabilidad partidaria, el Chuby apoyó explícitamente los pasos de su hijo en el armado del PRO en La Plata, con Julio Garro a la cabeza.
Chuby Leguizamón y Garro
Rubén Leguizamón murió este jueves a los 81 años, acompañado de sus hijos, sus nietos y su compañera de la vida Graciela Brown, con quien también compartió la militancia. Nunca abandonó Tolosa y nunca lo abandonará, porque su legado sigue vivo y su imagen es mural desde hace tiempo en las calles.