Con un extenso recorrido en la promoción, exhibición, producción y enseñanza de la más diversas manifestaciones artísticas, la Peña de las Bellas Artes de la provincia de Buenos Aires, con sede en esta ciudad, se erige como una de las instituciones más relevantes en el espectro cultural platense. Aqui se resume parte de su historia.
Promediaba a década del 30 del siglo pasado. La Plata era una ciudad pujante que crecía alrededor de la Universidad cuando surgió la idea de fundar un espacio que cobijara bajo un mismo techo todas las expresiones artísticas. El legado que aún hoy sostiene plenamente su vigencia apunta a impulsar y difundir el arte como una forma de mejorar la calidad de vida. O, más sencillamente, disfrutar de lo bello.
Con el objetivo de fomentar la cultura local, un grupo de artistas fundó el 20 de junio de 1936 la Peña de las Bellas Artes de la provincia de Buenos Aires. Desde entonces, y pese a todas las vicisitudes y avatares de la historia nacional, el espacio ha acompañado con un sinnúmero de iniciativas y actividades, la evolución de las más diversas manifestaciones del arte platense.
Impulsaron la iniciativa los pintores Roberto della Croce, Gerardo Olmos Cárdenas y el dibujante Jose Julián Saiñas. Los acompañó un nutrido y variado grupo de exponentes del arte local entre los que estaban Eleonora Petit Bon, Cleto Ciocchini, Arturo González, Francisco Dell'Erba; Carmelo Yorio, José María Maliandi, Guillermo Ruótolo y el sacerdote José Mutti. Reunidos en el atelier de Faustino Brughetti los fundadores definieron el carácter de la entidad que apuntaba a generar actividades culturales en un contexto en el que no existían organismos oficiales que lo hicieran. Entre otras cuestiones que fueron explicitadas entonces se dejaba afuera del nuevo ámbito toda discusión política religiosa o racial concentrándose exclusivamente en el arte.
José María de la Torre fue elegido presidente de la primera comisión directiva acompañado por Dolores López Aranguren como vicepresidente. Varios de los antes mencionados ocuparon luego la presidencia y otros cargos directivos.
Nació así una institución señera dedicada, sin ánimo de lucro, a la enseñanza y fomento de todas las artes. Una vez formalizada “La Peña” -asi a secas como la llaman todos- los primeros encuentros se realizaron en un local del Conservatorio Chopin de Maliandi. Para las exposiciones pictóricas se usaba el salón de la sucursal del diario La Prensa mientras que los conciertos y recitales poéticos se hacían en la sede del Jockey Club, donde lucía el tradicional piano de cola Rönisch que en 1948 fue donado a la institución, una joya que aún se conserva con orgullo.
En septiembre de 1936, a poco de establecida la Peña, la Universidad Nacional de La Plata cedió el ámbito del Colegio Nacional para llevar a cabo un homenaje al educador Francisco Legarra. Al año siguiente el gobierno bonaerense facilitó las instalaciones del Teatro Argentino para celebrar, el 12 de agosto del 37, el “Día de la Reconquista de Buenos Aires”. Fueron actos que se extendieron durante horas en los que se conjugaron discursos, música y declamaciones poéticas.
Desde sus inicios se apuntó a trascender la ciudad. Se estableció un programa con salones dedicados a las artes plásticas al tiempo que se brindaban cursos, conferencias, mesas redondas, lecturas compartidas y exposiciones. Se instituyeron anualmente cuatro salones oficiales: Salón de Mayo, Salón Aniversario de la Peña de las Bellas Artes, Salón de Primavera, Salón Aniversario Ciudad de La Plata.
Con el paso de los años se incorporaron además seis salones no oficiales: Salón de la Mujer, Salón de Otoño, Salón Amigos del Arte, Salón de Invierno, Salón FamiliArte, Salón Fin de Año. Últimamente se sumaron sendos certámenes de Pintura y de Fotografía que la Peña organiza también a nivel provincial y un salón para muestras individuales y colectivas de instituciones culturales.
Entre mayo de 1937 y noviembre de 1939 La Peña editó el periódico El Grillo, un órgano oficial y gratuito con un tiraje mensual que alcanzó los cinco mil ejemplares. En sus páginas se daban a conocer las actividades, y se publicaban novedades culturales, entrevistas, críticas de arte, fotografías de obras y publicidad con la que lo sustentan muchos comercios platenses. Años después, entre 1948 y 1952, se editó la revista La Peña, de similares características.
También contó con espacios de difusión de las artes, comentarios y entrevistas en programas emitidos por las radios Universidad, Provincia y Splendid de Buenos Aires, con envíos conducidos por el periodista y socio de la Peña, Francisco Guerrero.
Era muy común que la prensa de la época, incluso diarios porteños como La Nación o La Prensa se ocuparan de las actividades realizadas por la Peña otorgando páginas enteras y grandes espacios en sus suplementos a fotografías de las obras y a extensas valoraciones críticas de los artistas.
“Puede decirse que la Peña fue in crescendo, hasta convertirse en una de las instituciones artísticas, más prósperas y activas, no solo de la ciudad, sino de la República” se consideró en un extenso artículo del diario local La Opinión, publicado el 18 de noviembre de 1943. Dicho texto agrega: “Cuenta con más de cien socios; caso único, tiene su amplio salón permanentemente abierto al público con muestras periódicamente renovadas; como si eso fuera poco, últimamente añadió a sus faenas, clases gratuitas de dibujo, pintura y escultura, que son frecuentados por ciento treinta alumnos. Es decir, se está cumpliendo el ideal de una sociedad perfecta: la mutua comprensión entre el pueblo y los artistas”.
Recién en 1942 la Peña logró alquilar por primera vez un local ubicado en calle 6 nº 870. Fue entonces que comenzaron a realizarse con mayor regularidad y empuje las actividades formativas y de enseñanza y sin dejar por ello de llevar a cabo muestras, disertaciones, conciertos en otros espacios.
La lista de artistas que han expuesto sus obras en la Peña de las Bellas Artes es una muestra cabal de la apertura con que ésta se ha manejado a lo largo de su historia. En su salón presentaron sus trabajos figuras como Antonio Alice, Benito Quinquela Martín, Alfredo Lazzari, Juan Carlos Castagnino, Antonio Berni, Miguel Carlos Victorica, Carlos Enrique Pellegrini, Mateo Mollo, Higinio Montini, Julio César Vergottini, Demetrio Urruchúa, Enrique Policastro, Justo Lynch, Ernesto Riccio, Mauricio Lasansky, entre otros notables. Hasta el famoso actor de La guerra gaucha, Enrique Muiño, que también era destacado paisajista, expuso sus óleos en las instalaciones.
Junto a los anteriores hay que nombrar también a relevantes artistas bonaerense como Salvador Calabrese, Ambrosio Aliverti, José Speroni, Miguel Elgarte, Atilio Boveri, Juan José Atencio, Francisco De Santo, Carlos Aragón, Ricardo Porto, Eugenio Pacha, entre otras figuras que integran una casi interminable lista.
A lo largo de su historia la Peña también se abocó a realizar obras solidarias. En 1944 los socios donaron obras para obtener fondos para el socorro de las víctimas del terremoto de San Juan. Al año siguiente se subastaron trabajos para contribuir a la labor de la Cruz Roja Internacional para auxilio de las víctimas de la II Guerra Mundial. El sacerdote Mutti cedió cerca de cincuenta pinturas al hospital San Juan de Dios para reconfortar a los internados.
Asimismo, la Peña ha otorgado ayudas y becas para que artistas vocacionales de bajos recursos puedan desarrollarse.
Durante mucho tiempo se llevaron adelante talleres de enseñanza destinados a personas recluidas en penales tanto de hombres como de mujeres, organizando también muestras con los trabajos de los reclusos en la sede de la entidad.
A mediados de los 80 se creó una comisión de jóvenes, que permitió la incorporación de nuevas perspectivas y un aire de renovacion cuya primera conformación integraron, entre otros, Karina Anganuzzi, Javier Tombesi y Walter Di Santo.
Años más tarde, por una iniciativa surgida durante la presidencia de René Palermo se inició la obra del Museo de la Peña, para conservar y exhibir la valiosa pinacoteca que fue creciendo por donaciones de sus socios desde su origen y hoy conforman las salas museo con ese acervo rindiendo tributo a los grandes artistas que pasaron por sus salas.
La circulación del arte mas alla de las fronteras de la capital provincial fue una idea que acompañó a los miembros de la Peña casi desde sus inicios. La primera experiencia fue cuando, durante el verano de 1943, se alquiló un local en la rambla de Mar del Plata para instalar un salón de exposición y venta de obras de los socios. La iniciativa se repitió durante los tres años siguientes y también fue llevada a cabo en Necochea.
Otros sitios visitados en aquel tiempo fueron Verónica, Moreno, Dolores, Mercedes, Azul, Pigüé y Olavarría. En este último municipio el socio y pintor Ricardo Porto realizó una exposición en el Penal de Sierra Chica con una gran repercusión en la prensa local. Con el tiempo las recorridas y actividades por la provincia se multiplicaron.
Poco a poco fue creciendo el reconocimiento a la labor de la Peña en el interior, donde no solo se desarrollaban eventos sino que también se llegó a replicar la experiencia con el surgimientos de espacios semejantes.
Además de recorrer la provincia de Buenos Aires la Peña de las Bellas Artes llevó obras a otras provincias como Santa Fe, La Rioja y La Pampa. En casi todas esas movidas se acompañaba la muestra con disertaciones sobre técnicas, estilos, literatura o arte en general.
El paso por La Pampa se concretó por invitación del gobernador Juan Paez. Acompañó las obras platenses Francisco Guerrero con la consigna de seleccionar trabajos de artistas pampeanos para ser exhibidas en el Salón de La Peña. Aquella visita dio vida a la Escuela de Bellas Artes de Santa Rosa y más tarde el Museo de Arte de dicha localidad.
Desde que en 1946 se realizó a pedido de la Embajada de Francia, una exposición de libros, fotografías, grabados, diarios y revistas de postguerra que fue el puntapié inicial de una serie de actividades originadas en otros países. Hubo muestras de pinturas organizadas por la Alianza Francesa, trabajos de alumnos norteamericanos, artistas del Perú, Uruguay, Bolivia, Italia, Zaire y España, entre muchos otros.
Por otra parte, en 1950 se conformó el Cuarteto de Cuerdas “Peña de las Bellas Artes”, integrado por Enrique Baldassari, primer violín; Norberto Olcner, segundo violín; Fernando Potenza, viola, y Donato Giangrade, violonchelo, conjunto que participó en varias presentaciones de gala.
Hacia fines de la década del 70 se logró adquirir una propiedad que se convirtió en la sede actual de La Pena, en calle 49 entre 12 y 13. Era una antigua casa propiedad de la socia Blanca Bourdin de Losa que dio facilidades para la operación que pudo concretarse gracias a un crédito del Banco Provincia. Después de funcionar allí largo tiempo en forma precaria, en la década del 90 se logró habilitar por completo las instalaciones con la sala principal, aulas y demás dependencias. Se cuenta, asimismo, con una filial para talleres y muestras en el Museo Indigenista “A L'Abri” ubicado en 23 y 485 de Gonnet.
Nombres que también habría que recordar en la historia de la Peña aun a riesgo de una nómina siempre injusta y parcial: Ambrosio Aliverti, Angélica Roaux, Rubén Giudice, Edgar Ortiz, Emir Migues, José Gaspar Mancuso, Nelly Prada, Jose Puddu, José Rafti, Jorge Paladini, Maricarmen Negri, Oscar Conosciuto, Alicia Dufour, Paris Cédola, Nené Destrade, Horacio Treviño, Walter Di Santo, Enrique Ferreyra, Julian Bienvenido, Eduardo Migo, Graciela Suarez Marzal y, entre otros, René Palermo, que tiene para sí el pergamino de haber retenido la presidencia de la Peña durante veintidós años, entre 1985 y 2007. Hoy el presidente es Alberto Natale.
También se debe recordar las presentaciones de Jorge Héctor Paladini quien poéticamente presentó por varias décadas las inauguraciones de los plásticos más renombrados.
Las muestras no se limitaron a la pintura y escultura. La Peña realizó el encuentro “Poetas del Mundo”, en formato digital. Participaron escritores de Argentina, España e Iberoamérica. La Peña remitió diplomas a los ganadores.
Durante la presidencia del profesor de dibujo y pintura Jorge Rama se renovó la propuesta academica lo que revitalizó la oferta de cursos y actividades.
Actulmente el Museo Patrimonial de La Peña cuenta con más de doscientas obras entre pinturas y esculturas. Asimismo con el programa “La Peña Visita” (LPV) realiza muestras o actos culturales en entidades afines o centros barriales para fomentar las artes.
No es ocioso destacar que los talleres que ofrece la institución han generado numerosos nuevos artistas y permitido a muchos conocer y entender las técnicas y, en rigor, son a lo largo del tiempo, el corazón que otorga sentido a la Peña.
Con los años la Peña ha constituido una gran comunidad que nuclea a artistas, maestros, alumnos, socios, directivos y amantes del arte que siguen sosteniendo las actividades. La confraternidad hizo que en algún momento se impulsarán salidas en grupos ya sea para asistir a actividades artísticas fuera de la ciudad o para sumarse a un viaje turístico donde muchas veces lo cultural era el eje de interés.
Como todos la Peña sufre los vaivenes de los tiempos derivados de la propia actividad y afronta hoy dificultades economicas que intenta paliar con la colabroacion de sus socios y allegados. La semana pasada lanzó un pedido de colaboracion para lo cual es posible comunicarse con el telefono de la institucon 2215419125.
La Peña ofrece actualmente los siguientes talleres a cargo de profesores especializados: Dibujo y Pintura, varios cursos paralelos, Pintura para Jóvenes y Adultos, Figura humana, Acuarela, Historieta, Retrato, Dibujo y Pastel, Artes visuales para niños, Artes visuales para adolescentes, Cerámica, Fotografía, Piano, Guitarra, Escritura
Como en los orígenes se mantiene un gran Ciclo de Conciertos con participación de músicos de relevancia nacional e internacional, aportando otra oferta cultural gratuita a la ciudad y la región.
Ernesto Cela, vicepresidente de la entidad y custodio de buena parte de la historia institucional, destaca la vigencia de la institución y resume: “la Peña de las Bellas Artes es, sencillamente, única”.
?Begum es un segmento periodístico de calidad de 0221 que busca recuperar historias, mitos y personajes de La Plata y toda la región. El nombre se desprende de la novela de Julio Verne “Los quinientos millones de la Begum”. Según la historia, la Begum era una princesa hindú cuya fortuna sirvió a uno de sus herederos para diseñar una ciudad ideal. La leyenda indica que parte de los rasgos de esa urbe de ficción sirvieron para concebir la traza de La Plata.