La tensión en Medio Oriente alcanzó un nuevo punto crítico este viernes tras el bombardeo lanzado por Israel contra múltiples objetivos en Irán durante la madrugada. La ofensiva, que incluyó ataques a instalaciones nucleares y bases militares, desencadenó una dura respuesta de Teherán, elevando la amenaza de una guerra total entre ambos países.
Según fuentes oficiales iraníes, el operativo israelí causó la muerte de altos mandos militares, incluidos el jefe de los Guardianes de la Revolución, Hosein Salami, y el jefe del Estado Mayor, Mohammad Bagheri, además de seis científicos nucleares. El líder supremo iraní, ayatolá Ali Jamenei, calificó el ataque como un "crimen" y prometió una "respuesta sin límites", al tiempo que alertó que Israel se ha impuesto "un destino amargo y doloroso".
Horas después, Irán lanzó una ofensiva de represalia con cientos de misiles balísticos y drones sobre territorio israelí. En Jerusalén y Tel Aviv se registraron explosiones y columnas de humo, mientras las sirenas de alerta aérea sonaban de forma constante. El ejército israelí afirmó haber interceptado la mayoría de los proyectiles con sus sistemas de defensa antimisiles, aunque algunos lograron impactar. Jordania, país vecino, confirmó la interceptación de drones y misiles que violaron su espacio aéreo.
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Las consecuencias del bombardeo de Israel a Irán
El ataque de Israel
El ataque israelí fue descrito por el primer ministro Benjamin Netanyahu como una acción preventiva ante la amenaza nuclear iraní. La operación, bautizada "León Creciente", movilizó unos 200 aviones de combate y apuntó a unas 100 instalaciones estratégicas, incluyendo la planta de enriquecimiento de uranio en Natanz, que resultó severamente dañada. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó el impacto en esa instalación y dijo estar monitoreando posibles fugas radiactivas.
Netanyahu declaró que la ofensiva continuará "tantos días como sea necesario", mientras que el ministro de Defensa, Israel Katz, anunció el estado de emergencia y advirtió que Israel "eliminará a sus enemigos".
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Estados Unidos, por su parte, aseguró no haber participado en la operación. Sin embargo, Irán responsabilizó a Washington por las consecuencias del ataque, al considerar que no pudo haberse ejecutado sin su aval. El presidente Donald Trump fue informado previamente, y su administración evacuó personal diplomático en Irak en los días previos al bombardeo.
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La respuesta de Irán a los bombardeos y las defensas antiaéreas de Israel
Negociaciones estancadas
La escalada ocurre en un momento de estancamiento en las negociaciones entre Irán y EE. UU. sobre el programa nuclear iraní, y añade una nueva dimensión a un conflicto que ya involucra tensiones cruzadas por la guerra en Gaza y ataques previos en la región. Mientras tanto, se mantienen cerrados los espacios aéreos de Irán, Israel, Irak y Jordania, y varias aerolíneas suspendieron sus vuelos hacia la zona.
El mundo observa con creciente alarma un conflicto que amenaza con desbordarse. Irán insiste en que su respuesta "no tendrá límites", mientras que en Israel la operación recibe respaldo interno, incluso de líderes opositores. Sin embargo, analistas advierten que cualquier represalia significativa sobre civiles israelíes podría cambiar rápidamente el clima de opinión y arrastrar a la región a un escenario bélico de grandes proporciones.