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Los Hermanos Makana, la banda platense que marcó las fiestas en los 90

Los músicos tocan, cantan y se mueven alocados; varios de ellos están vestidos con pantalones pata de elefante y llevan pelucas afro de colores. Bajo el escenario improvisado el salón arde de pura algarabía; todos bailan, saltan, se divierten.

Promedian los años 90 y la escena se repite cada fin de semana: ellos, Los Hermanos Makana, hacen furor en las fiestas de los platenses. La banda se había armado a fines de la década anterior y era, primero que nada, un grupo de amigos que disfrutaba de tocar juntos. Luego incursionaron en los covers, primero con temas de autores del rock nacional y más tarde con hits de la música disco.

En su primera etapa los Makana exploraron un perfil con canciones propias y una gran creatividad en un contexto en el que se destacaban bandas como Los Peligrosos Gorriones, Los Peregrinos -luego Estelares-, Míster América, Las Canoplas, Elefante Violeta, entre otras.

Todo comenzó en una terraza donde había un altillo frente a Plaza Italia donde vivía Pablo Massa. Después de salir del colegio, a la hora de la siesta se encontraron allí Roy Pérez Migueles, en guitarra; Juan Borda, en teclado, Larry Moore, en batería; Kubilai Medina, voz; Ramiro Sagasti, guitarra y voz; y el propio Massa en bajo. Tenían entre 17 y 18 años. El cantante “Kubo” Medina, hijo del ex Manal Alejandro Medina, era compañero de Massa en el Instituto St. Michael´s School donde estudiaban inglés. Pérez Migueles asistía al Normal N° 3. A Sagasti, “El Flaco”, el grupo lo conoce de la escuela “Musideas”, una academia de música por entonces en 55 entre 6 y 7. Luego se sumarían Hernán Ascóniga, saxofonista y Gastón de Pierris, baterista.

Los integrantes de la banda platense Los Hermanos Makana arrancaron en la adolescencia con un repertorio de temas propios.

“Empezamos a juntarnos a tocar ahí, generalmente ensayábamos después de la escuela, a la hora de la siesta en el altillo de la casa de Pablo”, comenta Kubilai, hijo de  hijo del ex Manal Alejandro Medina. Y evoca: “Éramos pibes teníamos ganas de tocar, de hacer música, de hacer canciones, de divertirnos, y a raíz de eso nos hicimos muy amigos. Así que los Hermanos Makana, además de ser un grupo de música, terminó siendo una barra de amigos que íbamos juntos para todos lados”. 

En aquellos inicios quienes motorizaron la idea de formar un grupo y empezar a armar letras fueron el propio Medina junto a Pérez Migueles y Massa, que aportaron las primeras letras de canciones a las que luego se sumaron temas de Sagasti.

Todo empezó a fluir y pronto los ensayos adquirieron una periodicidad casi diaria y se mudaron a la casa de Hernán Ascóniga, que vivía con sus padres y tenía una sala en el piso superior que era como un loft con todo lo necesario. Ascóniga recuerda que se enganchó después de ver a los Makana en un show en el Club Universitario. Hicieron una presentación espectacular con un recinto lleno de gente”, cuenta.

Sagasti, Borda, Ascóniga, Kubilai y Eduardo Benito. Detras De Pierris y Massa.

Las influencias del grupo iban desde los Fabuloso Cadillacs, hasta los Twist hasta los Stray Cats. Según sus integrantes el género que representaban era “entre Rockabilly y Ska”.

DEBUT FALLIDO

Llegó el día de la primera presentación; pero las cosas no salieron como se esperaba. Era la fiesta de fin de año del Liceo Víctor Mercante, dependiente de la Universidad Nacional de La Plata. Se habían alquilado las instalaciones del Teatro Bar para hacer el festejo y Los Hermanos Makana lograron ganarse un espacio en el escenario. “Era la fiesta oficial del colegio, y nosotros tocábamos segundos. Bueno, lo que pasó fue que el cantante de Los Apóstoles se bajó los pantalones arriba del escenario frente a todos los adolescente… Se armó un despelote bárbaro. Y no pudimos tocar Se canceló la fiesta. Se canceló, se canceló la tocada. Bueno, igualmente fue divertido”, recuerda el Flaco Sagasti, encargado de conseguir aquella fecha.

En el verano del ‘89 el grupo se destacó en un festival de Punta Lara, compartiendo fechas con Caballo Loco y Década. “La primera vez que tocamos fue en Punta Lara”, aclara Kubo, algo divertido: “Fue un caos esa fecha, la verdad, tenía tantos nervios que no me acuerdo de casi nada. Además lo único que escuchaba era el teclado de Juanito y sonaba por el retorno y no se escuchaba nada más que eso”. Aún recuerdan que, en efecto, estaban tan nerviosos que al irse se olvidaron una guitarra que, por suerte, lograron recuperar.

Lo que siguió fue la etapa de empezar a “tener fechas” -como se dice en el mundo de la música a las presentaciones- en teatros y bares de la ciudad que inauguraron en el mítico Boulevard del Sol. “Fue instantáneo el hecho de largarnos a buscar fechas y, pese a que éramos muy chicos, empezamos a tocar en todos lados. No se si tocábamos muy bien pero estaban buenos los conciertos tenían una energía contagiosa”, apunta Ramiro. Y Hernán completa: “No había muchas bandas de pibes de nuestra edad en ese momento, no era común. Los otros grupos eran de gente más grande. Ahora tal vez un poco más pero en ese momento no había bandas en la secundaria. Eso también nos ponía un poco como pioneros haciendo algo nuevo.

Ascóniga recuerda que con Juan Borda compartía la curiosidad por el por entonces incipiente mundo de la informática. “Nos gustaba mucho la computación y medio jugando hacíamos programas y eso”, dice. En realidad, reconoce, tenía más interés en los programas de computación que en la música pero un día se decidió y vendió un equipo y se compró un saxo. “Eso para mi fue dar un volantazo, un cambio de timón”. Con su relato Ascóniga vuelve en el tiempo: “No existía el wifi, el internet era a través del módem. Mi viejo me compró una Commodore 64. Yo tuve de chico la compu y estudié un montón. Fundé la primera VVS (Vereti Board System) en La Plata; era como las páginas web de hoy en día. Vos llamabas por teléfono y era conexión de uno a a uno. No era una red sino que te conectabas de persona a persona. Yo lo hacía de 22 a 7 de la mañana porque ocupaba la línea telefónica de mi casa y durante el día no podía usarlo. Fui medio pionero, estaba en una asociación de operadores”, señala hoy, convertido en un reconocido técnico de sonido que tuvo a cargo la grabación de los primeros cuatro discos de “Pérez”, la banda que lidera actualmente Ramiro Sagasti. Todo queda entre amigos.

Pasaban los años y el grupo se seguía fortaleciendo, participaban en festivales y sumaban fechas por el circuito platense, mientras componían nuevas letras y melodías. “Nos dedicábamos a tocar y a estudiar, algunos a la facultad, otros también a la secundaria. Sobre el 92 o 93 por ahí sí trabajábamos, pero medio tiempo a lo sumo. En esa época nos dedicábamos bastante a ensayar, a tocar, a hacer canciones, todo el día”, suelta Kubo, sin ocultar cierto orgullo.

FESTIVAL AUSPICIOSO

En 1991 Los Hermanos Makana se anotaron para participar en el festival “La Plata Rock 91. Para los viejos miembros de la banda en aquella oportunidad se ganaron el voto del público. El evento se hizo en Boulevard y quedaron finalistas junto con Mister América, Los Peligrosos Gorriones, Peregrinos y la metalera Pantera Negra. Todos tocaron un show en el Teatro Lozano.

El evento siempre recordado entre quienes fueron miembros de la banda ocurrió en la primavera del año siguiente y fue el llamado “Septiembre Jóven”, un certamen organizado por el área de cultura de la Capital Federal donde participaron junto a otras bandas como El Río Sabe y Viejas Locas. Los Makana estuvieron entre los ganadores y llegaron a tocar  en un enorme domo montado la intersección de las calles Figueroa Alcorta y Monroe. “Salimos terceros, creo y como premio participamos de un gran evento de cierre del festival junto a Los Pericos, Horacio Fontova, y con otra banda que se llamaba Luis XV”, relata Ramiro.

Medina y Sagasti, siempre unidos por la música

A su turno Hernán considera que “uno los shows más memorables fue uno que hicimos en La Glorieta de la Plaza San Martín frente al Pasaje Dardo Rocha. Fue un gran show, con mucho público. Momento cumbre, estábamos tocando mucho, estábamos reafilados y la banda sonaba súper bien”, relata Hernán Ascóniga quien poco tiempo después se mudaría a Venezuela donde instaló su estudio y llegó a integrar, entre otras bandas, el grupo Desorden Público donde tocó durante diez años. “En una oportunidad cerramos el festival Vive Latino en México junto a Gustavo Cerati”, comenta.

La banda tuvo dos estapas. En la segunda se dedicaron a hacer covers con los que hacían furor en las fiestas platenses.

Aquel show en La Glorieta, sin embargo, cerró una etapa. Ocurre que los caminos de la vida fueron abriéndose particularmente para cada integrante de la banda. Algunos empezaron a dedicar sus energías al estudio, otros salieron de gira por Latinoamérica y así el grupo se fue desinflando. Pero la semilla germinaría nuevos proyectos más adelante.

“Yo empecé a estudiar diseño, y empecé a hacer otras cosas, y medio que un poco dejé de tocar -relata Kubilay Medina- y después siguieron los chicos, siguieron un poco más con el Flaco Sagasti como único cantante, pero se terminó diluyendo un poco porque algunos de los músicos se empezaron a dedicar a otras cosas, y después ya costó de vuelta encontrar los personas indicadas para hacer sobre todo lo que Los Makana tenían como idea inicial”, cuenta Kubilai.

LA HORA DE LOS COVERS

Años más tarde, tras el desmembramiento del grupo original surgió la propuesta de rearmarse para tocar en base a una lista de canciones populares y dedicarse a tocar en eventos sumando fechas casi todos los fines de semana. “Hicimos un repertorio de covers de rock nacional y nos fuimos a tocar al sur”, relata Ramiro. En simultáneo nació un proyecto alternativo centrado en covers de música disco y pensado, más que nada, para la animación de fiestas.

La formación era la misma pero la llamaron “Also Starring”. Kubilai dice: “Viste cuando ves una película, bueno la traducción sería actuaciones secundarias o actores secundarios. Hacíamos música disco, nos buscamos un vestuario medio psicodélico como setentoso con pelucas afro. Generalmente tocábamos en fiestas, nos contratan e íbamos”.

Las presentaciones de los músicos disfrazados interpretando a los Bee Gees o Michael Jakson generaron un gran impacto y mucha gente quería tenerlos en sus celebraciones.

“Tocamos en muchas fiestas. Casamientos, celebraciones particulares. De hecho mucha gente nos conoció más en esa época”, comparte el Flaco Sagasti.

Kubilai Medina también rememora aquella etapa: “En esta época la música disco estaba muy de moda, entonces dijimos que eso también sea una banda de música disco, y ahí fue cuando empezamos a sacar las canciones que estaban de moda, y nos empezamos a disfrazar; tocábamos mucho en el Sport Café o en Metrópolis que eran lugares importantes y muchos, muchos, pero muchos casamientos y cumpleaños”. Fue una experiencia importante y también todo un aprendizaje: “Todos los fines de semana teníamos dos y a veces tres presentaciones. Fue una linda escuela también, a mí me ayudó mucho para aprender a cantar”, reconoce Medina hoy vocalista de Mostruo. Durante algún tiempo Sagasti y Medina armaron la banda Roto, donde también toca Faustina hija de Sagasti, otro proyecto que los unió en estos años.

Con su breve e intermitente existencia Los Hermanos Makana fueron plataforma para el crecimiento musical de sus integrantes e inscribieron un sello propio en la ciudad de las diagonales, siempre prolífica en grupos y músicos innovadores.

Al ser preguntado sobre el significado que hoy tiene para ellos aquella experiencia Sagasti resume: "los Hermanos Makana son importantísimos para mí. Es la primera banda con la que salí a tocar a bares, boliches, colegios, clubes. Fue una época hermosa. También con ellos aprendí a componer de la manera que más me gusta, que es de forma colectiva. Aprendí muchísimo de armonía, me mostraron un montón de bandas y artistas que me abrieron la cabeza. Son sumamente importantes. Tan importantes que siguen presente en la obra actual; muchas veces cuando hago un tema y se lo muestro a quienes conocieron a los Makana me dicen: "Uy eso es re Makana". Así que los Hermanos Makana siguen vivos en nuestras canciones y la frutilla del postre es que forjamos una amistad hermosa". 

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