Muchos son los casos de jugadores que supieron desempeñarse en la Primera del fútbol argentino hace varias décadas atrás, tuvieron su pico de popularidad y en la actualidad se desempeñan en diferentes rubros muy alejados de las canchas o la pelota N° 5.
Un ejemplo de esto es quizás el cordobés Héctor Ártico, quien fue campeón con un histórico equipo de River, pasó por Estudiantes y muchos otros equipos de la elite argentina, cosechando una fortuna que se desvaneció y hoy trabaja manejando un remís. "Con 74 años, laburo de lunes a lunes y no tengo ningún problema", confesó el Gringo Ártico, quien sumó poco más de 30 partidos con la camiseta Pincha, marcando un solo gol.
Fue parte importante del River campeón en 1975. "Yo vivía en Colonia Caroya y un día vino Talleres a disputar un amistoso al club San Martín, porque estaba haciendo la pretemporada. Se armó un equipo con pibes de la zona, de entre 16 y 17 años, y fuimos varios los que, por suerte, tuvimos una buena actuación. Al terminar se hizo un asado, como era tradicional y fue allí donde el entrenador me preguntó si quería empezar a entrenar con ellos, a los que le respondí que sí, pero que yo trabajaba en una bodega y tenía que pedir permiso. Al otro día, el presidente de Talleres fue el que se comunicó con mis empleadores, me autorizaron y a los dos meses, compraron mi pase", detalló en una entrevista con Eduardo Bolaños, publicada en Infobae.
A Estudiantes llegaría a fines de los '70, proveniente del Fortín. "Conocía de Vélez al profesor Kistenmacher y para 1979 fue para Estudiantes y me recomendó. El técnico fue un fenómeno como Juan Urriolabeitia, que me decía 'sé que le gusta atacar, pero usted se me queda en el fondo, porque adelante lo tengo a Patricio Hernández y Gottardi, quédese tranquilito atrás (risas)'. Hice dupla de centrales con el Tata Brown. También estaban Abel Herrera y Miguel Russo, varios de los que serían la base del equipo campeón con Bilardo unos años más tarde. Me quedó un lindo recuerdo, porque si bien no fuimos campeones, les ganamos a Independiente, Racing y también a Boca, en un inolvidable 6-4 en La Plata", recordó con cierta nostalgia el defensor.
A mediados de los '80, Ártico tuvo su experiencia en fútbol internacional y dejó el Pincha para irse a Colombia: "Me fui al Unión Magdalena de Santa Marta en pleno Caribe". Luego, los idas y vueltas de la vida del futbolista lo hicieron volver y radicarse nuevamente en Argentina.
En la actualidad, cerró un círculo, dado que otra vez se afincó en su tierra. Luego de su paso como jugador, intentó mantenerse con distintas inversiones. "Tuve un negocio de comidas que estaba muy bien ubicado, a cuatro cuadras de La Rural en Palermo y había hecho interesantes inversiones, al punto que llegué a tener siete departamentos en la zona de Belgrano. El tema se complicó cuando a mi papá, que me había cuidado y aconsejado mucho, le detectaron un cáncer y yo quería que lo atendieran los mejores médicos. Fue un tratamiento oneroso, que duró tres años y para ello vendí cuatro de las siete propiedades. Las otras tres se las quedó la que era mi pareja de ese momento, que, de un día para el otro, decidió terminar la relación y hasta cambió la cerradura de la casa donde vivíamos. Fue un momento muy duro, pero salí adelante con trabajo. Al poco tiempo, comencé a manejar un remís. Primero en Buenos Aires y, actualmente, es lo mismo que hago acá en Colonia Caroya, con una situación muy particular. Un día me vine para pasear, me encontré con unos amigos, fuimos a un asado y allí conocí a un hombre que necesitaba un chofer para llevar y traer motores. Entonces, me quedé acá e hice eso hasta la pandemia y ahora sigo con el remís", dijo Ártico, contando cómo se desarrolló su vida, lo que tuvo que afrontar y cómo se encuentra hoy.
Más allá del presente y sus actividades, el fútbol sigue corriendo por sus venas. Quizás el hincha de Talleres es quien más latente tiene su nombre, y siempre en un constante agradecimiento: "Me siguen recordando hasta el día de hoy. Siempre mencionan aquella transferencia junto a Comelles, donde nos vendieron muy bien y el club aprovechó para muchas cosas".