Los resultados de la PASO en La Plata con la ratificación del intendente Julio Garro como el candidato más votado dejaron mucha tela para cortar, especialmente porque el jefe comunal se impuso a Juan Pablo Allan en la interna de Juntos por el Cambio pese a que en la ciudad la boleta presidencial que cosechó más electores fue la de Patricia Bullrich, candidata en la que se sostenían las chances del senador provincial.
El corte de boleta fue tal vez la estrella del domingo electoral y el propio intendente se encargó de remarcarlo y celebrarlo durante la conferencia. En su caso lo hizo resaltando las virtudes propias de salir a militar en el electorado la necesidad de respaldar la continuidad de una gestión más allá de las preferencias provincial y nacional.
No habló –lógicamente– del aporte que recibió de parte de un adversario que no encontró los caminos de contener y aprovechar una candidatura nacional que evidentemente le jugó a favor. Parte de las explicaciones de ese fracaso son buscadas –hacia el interior del sector– en un equipo que no estuvo a la altura de la contienda.
Poco antes del cierre de listas del 24 de junio, cuando Allan ya había blanqueado sus intenciones de disputarle a Garro la intendencia, hizo la presentación en sociedad de lo que él mismo denominó “el equipo de orden”. No faltan quienes identifican en el grupo de creadores de ese espacio a los mariscales de la derrota, quienes no supieron o no pudieron aprovechar la ola bulrichista en la interna amarilla.
Reportan allí como ejemplo de armadores, entre otros, el vecinalista Gerardo Jazmín, quien desempeñó un rol de jefe de campaña; el expresidente del Concejo Deliberante Fernando Ponce, otrora creador de la Juventud PRO; y el compañero de bancada de Allan en el Senado bonaerense, Marcelo Daletto, un exalakista que nunca pudo hacer pie por peso propio en la ciudad y recaló en la Legislatura por la lejana cuarta sección electoral.

Los números que explican el contexto son claros y contundentes. En La Plata, Patricia Bullrich obtuvo 71.077 votos (el 51,68%) contra 66.451 (el 48,31%) de Horacio Rodríguez Larreta, el candidato presidencial que llevaba la boleta de Garro.
Pero los resultados en el cuerpo de boleta de los intendentes demuestran que la fuga de votos de la candidata ganadora hacia el actual intendente fue imparable: Allan, que iba con Bullrich, sacó 55.148 votos y Garro 91.382.
La explicación con otros números: Allan sacó 15.929 votos menos que su candidata a presidenta, los cuales en su inmensa mayoría habrían ido a parar a Garro, quien cosechó 24.931 sufragios más que el jefe de gobierno porteño que era su candidato presidencial. Más allá de que las matemáticas plantean que, además del de Allan, el intendente obtuvo voluntades de otros sectores, permiten inferir que en buena medida le debe a ese corte de boleta la posibilidad de volver a competir por la intendencia.

LOS MARISCALES
Uno de los que aparece en la foto de presentación del “equipo del orden” que Allan presentó en la Plaza Moreno caminando en sentido hacia la Municipalidad es Gerardo Jazmín, quien no apareció en ninguna lista pero se erigió en una suerte de jefe de campaña.
Se trata de un exconcejal que viene de decepción en decepción como candidato vecinalista en elecciones anteriores. La última fue a concejal en 2021, por el Frente Vamos con Vos que lideraba Florencio Randazzo. Aunque en esa oportunidad logró superar las PASO, la falta de respaldo de sus contrincantes en la interna le permitieron sumar un pobre 4,5% en las generales.
Fundador de Acción Vecinal Platense ya había tenido un bajo rendimiento como precandidato a intendente en 2019, cuando no pudo superar las PASO al obtener apenas 0,71% de los votos. Algo parecido le había ocurrido en 2017 cuando intentó reelegir como concejal con una alianza que tampoco superó las PASO pese a que contaba con el respaldo del Sindicato de Camioneros.

El desgranamiento de su electorado puede estar vinculado a lo zigzagueante de su carrera. Su rol como concejal fue difuso, primero como opositor al bruerismo terminó acompañando algunas de sus decisiones. Más adelante acompañó al macrismo en el ballotage de 2015. Y con Julio Garro en el poder municipal mantuvo un posicionamiento cercano al oficialismo.
Su militancia plena en el oficialismo platense se concretó en la cita electoral del último domingo, aunque eligió para ello trabajar para el bando que resultó derrotado con sus servicios como parte del equipo estratega y sin poder reportar votos vecinalistas a la causa.

Otro de los operadores de la lista de Allan es el actual senador bonaerense por la Cuarta sección electoral Marcelo Daletto, un chacabuquense que comenzó su militancia en el peronismo, sector en el que estando en La Plata se acercó durante el mandato del ahora candidato de Unión por la Patria, Julio Alak.
Aunque accedió por primera vez a una banca en la legislatura en 2015 (ya como parte del macrismo) como diputado por el distrito de nacimiento, siempre intentó sin éxito crecer con un armado en la capital bonaerense como la pata peronista del macrismo, por su ligazón con Emilió Monzó. Fue por esa relación que fue apartado de las listas en 2019 con cuestionamientos a la gestión de María Eugenia Vidal, pero volvió en las legislativas de 2021, cuando fue electo senador, otra vez por la sección de su distrito de nacimiento.
Con oscilaciones permanentes en su relación con el intendente Garro, el acercamiento de Monzó a Bullrich llevó a Daletto a enrolarse con fuerte protagonismo detrás de la precandidatura a intendente de su compañero de bloque Allan. Con los resultados en la mano puede concluirse que poco pudo hacer para retener los votos de la candidata presidencial.

El expresidente del Concejo Deliberante y exhombre de confianza de Garro, Fernando Ponce, aparece como el tercer integrante de la tríada de armadores de Juan Pablo Allan que poco hicieron para garantizarle un triunfo que en los papeles debiera haber logrado con el arrastre de los votos de Patricia Bullrich.
Fundador de la Juventud PRO que consolidó el armado del actual intendente en su primer mandato, Ponce rompió lanzas sin hacer ruido después de las elecciones legislativas de 2021. No hubo motivos visibles, pero la relación rota redundó en su reaparición –después de un breve retiro de la política– en el equipo de campaña de Allan y como promotor de la candidatura para la reelección como concejal de Romina Cayón.
La lectura territorial fina dentro del armado cambiemista pone en deuda a Ponce por la floja actuación de Allan en el Casco Urbano, un lugar clave de la definición de la elección y donde se profundizó el corte de boleta. Podría leerse en función de ese resultado que después de la división de la Juventud PRO el control de esa zona en la que el PRO viene siendo fuerte desde 2015 se lo quedó la diputada provincial Julieta Quintero Chasman.
Más allá de las facturas que puedan correr de un lado a otro tras las PASO, poco reproche podrá hacer el propio Allan al leer las planillas del barrio por barrio (graficados en el mapa que acompaña esta nota) que lo muestran sufriendo las peores derrotas en las localidad de la zona norte del distrito, en los que en otros tiempos fue un peso pesado.