El asesinato de Morena Domínguez es uno de los casos de inseguridad más impactantes de la historia argentina reciente. La nena de 11 años estaba a punto de ingresar a su escuela en Lanús, cuando repentinamente fue asaltada por motochorros que la golpearon y arrastraron por la calle para llevarse su celular con el fin de comprarse droga.
El caso estremece a la población en general y, en particular, a la de Villa Giardino en Lanús Oeste donde ocurrió el hecho. Morena fue velada en las últimas horas en la casa de su padre Hugo, en la calle Itapirú a 500 metros de la Escuela Primaria N° 60 donde pasó todo.
La víctima es un vecino de Berisso que solicitó un auto en una app de transporte para viajar a La Plata y terminó siendo asaltado por el chofer.
El pequeño se dirigía a la escuela junto a su abuela cuando fue víctima del trágico accidente de tránsito. La mujer sufrió importantes heridas.
Morena hubiese cumplido 12 años el 17 de diciembre. Era hincha de River y "muy divertida y chistosa", dijeron sus compañeros. "Era como mi hermana ella. Era buena, graciosa. Siempre jugaba conmigo. Yo la amaba mucho. No puedo con tanto dolor", dijo entre lágrimas Priscila, una compañerita de la nena, desde la puerta del colegio.
La familia de Domínguez estaba compuesta por su madre, quien vive en Salta y está separada de su padre Hugo; tenía tres hermanos: Bruno, de 15 años, que juega en las divisiones inferiores de Huracán, una nena de 8 y una bebé. Actualmente, vivía con su abuela.
A Morena le gustaba escuchar música trap y tenía ganas de empezar a practicar taekwondo y kickboxing. Educación física era una de sus asignaturas favoritas y quería ser agente policial. "Una vez la maestra nos preguntó qué queríamos ser cuando seamos grandes y ella respondió 'policía'", recordó otra de sus compañeras de curso.
Su mejor amiga tuvo que recibir la triste noticia de boca de su madre: "No sabía cómo decírselo. Cuando le dije que le habían robado, ya se puso mal. Y cuando le dije que murió, fue un llanto desconsolador", dijo la mujer.
Mientras una multitud se reunía el miércoles en la puerta del colegio y expresaba su bronca y dolor, eran detenidos en Pompeya los hermanos Madariaga, los motochorros culpables del crimen.