El papa Francisco designó al nuevo arzobispo de La Plata, monseñor Gabriel Mestre, quien dejará su cargo como obispo de Mar del Plata para hacerse cargo de la Arquidiócesis local tras la salida de Víctor Manuel "Tucho" Fernández, quien se hará cargo de uno de los ministerios más importantes en la Santa Sede a pedido expreso del Santo Padre. El párroco, de apenas 54 años, reveló que la decisión lo tomó por sorpresa y adelantó cómo se prepara para asumir su nuevo rol.
"Fue algo sorpresivo, porque uno podía intuir porque había algunos nombres dando vuelta pero podía darse como que no. Y con mucho gusto acepté cuando me llegó la oferta, pero con sentimientos encontrados porque fui obispo de la diócesis en la cual nací y maduré", contó el flamante arzobispo al aire de La Cielo.
El nuevo arzobispo de La Plata es licenciado en Teología con especialización en Sagrada Escritura por la Universidad Católica Argentina (UCA) y miembro de la comisión de Catequesis, Animación y Pastoral Bíblica en la Conferencia Episcopal Argentina.
Aunque todavía se encuentra en la ciudad balnearia en la que nació, Mestre adelantó que en la capital de la provincia le esperan varios desafíos. "La estructura de La Plata es mucho más grande, pero en cuanto a la población es similar a la diócesis de Mar del Plata. Pero en cuanto a la cantidad de parroquias, escuelas y sacerdotes la capital provincial es más grande", remarcó.
A horas del anuncio, adelantó que será un "'ser anunciador de la paz', o como dice el Papa Francisco 'artesano de la paz', en todos los ámbitos. Es dialogar con todos los sacerdotes, con la sociedad civil, políticos y sindicalistas para construir una patria de la paz". "Tenemos que ser pluralistas con los creyentes no creyentes buscando el bien común", concluyó al respecto.
LA GRIETA Y LA POLÍTICA
A poco más de dos semanas de un nuevo proceso electoral, el flamante arzobispo se refirió a las cada vez más comunes posiciones que expresan otros obispos o incluso el propio Francisco y fue categórico al respecto: "Yo creo que son interpretaciones de la realidad, yo creo que tanto Francisco como cualquiera de los ministros de Dios estamos claramente al servicio del bien común y al servicio de todos y lo he vivido claramente en Mar del Plata donde tuve un excelente relación con todo el espectro de los partidos políticos", sentenció. Y en la misma línea dejó clara su postura: "No estoy ni de un lado ni del otro de la grieta porque eso no le hace bien a nadie".

No obstante, aclaró que las diferencias existen siempre, incluso en el Vaticano, "hay acentuaciones dentro de la Iglesia pero no hablaría de grieta", sostuvo al respecto y cerró: "El evangelio de Jesús lo va encarnando el magisterio de cada Papa, entonces lo que pienso es que el papa Francisco nos invita a estar más cerca de las personas más alejadas o en las periferias. El anterior Arzobispo de La Plata hizo eso y yo me encolumno detrás de esa línea y soy al Papa que esté y que venga"