jueves 21 de marzo de 2024

"La pequeña Italia" de La Plata: cuál es el barrio que todos eligen por su tranquilidad

Concebida a fines del siglo XIX por italianos y para italianos, hoy es elegida para vivir en contacto con la naturaleza.

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La ciudad de La Plata fue, desde su origen, tierra de inmigrantes. A dos años de su fundación, el 78% de sus poco más de 10 mil habitantes eran extranjeros y, de ese total, el 44% eran italianos. Esa singularidad llamó la atención de Eugenio Sicardi, uno de los primeros vecinos de la ciudad, con una larga trayectoria como funcionario público. Entonces Sicardi tuvo una idea: crear una "Pequeña Italia", como se había hecho en otros lugares del mundo, y para eso proyectó lotear tierras de su propiedad.

Ese fue el origen de Villa Garibaldi, ubicada al sur de ciudad y elegida hoy por quienes buscan vivir en contacto con la naturaleza. La historia de cómo nació y creció este barrio fue relatada recientemente en el diario La Nación por el periodista Roberto Ciafardo y la misma incluye el sueño de un visionario, el entusiasmo de la comunidad italiana y una crisis.

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Para llevar adelante su proyecto, Sicardi creó en 1888 la empresa De la Villa Garibaldi y se asoció con otros tres propietarios de tierras de la zona. Antes de rematar los lotes que conformarían el nuevo poblado, desplegaron una campaña de "marketing" inédito para la época. En marzo de 1888, el diario "La Patria degli Italiani" presentaba el plan anunciando la construcción de viviendas, hoteles, negocios, residencias, en torno a la plaza principal. Además, informaba sobre la creación de la escuela, la biblioteca, la iglesia y las oficinas de la Cruz Roja: todo en medio de paseos, asfaltos, clínicas, telégrafo, teléfonos y tranvías.

Tras construir el centro de la villa, con su monumento a Giuseppe Garibaldi, el héroe de la liberación italiana, se estableció que el remate de tierras se haría el 15 de abril con una reunión “a toda pompa”. Un día antes del remate, el diario La Prensa, en su sección "Noticias de La Plata", publicaba: "La Villa no tiene más de 45 días de existencia, es verdaderamente una creación yanquée. Hay allí una capilla de madera con dos torres, cuyas campanas se echaban al vuelo cuando la concurrencia llegaba, un teatro con su proscenio y correspondientes palcos, casa municipal, con local para la policía y demás autoridades, cinco almacenes, dos barberías, dos carnicerías, una imprenta, un hotel, una herrería y un corralón de madera".

UN REMATE EXITOSO

El remate fue todo un éxito. Centenares de concurrentes, en su mayoría italianos, llegaban en tren a la Villa. Se vendieron más de 40 manzanas de tierras divididas en 24 lotes cada una, variando los precios entre 60 y 130 pesos. Ese mismo día fue bendecida la capilla, se mostró la construcción de madera que serviría como escuela elemental, se sirvió un almuerzo para las mujeres en el hotel Muzzani y los hombres comieron un asado con cuero bajo la tupida arboleda de la Villa.

Como parte de los festejos, la colectividad italiana entregó al señor Sicardi una medalla de oro y brillantes que llevaba grabada la inscripción: al "Héroe de dos mundos". Desgraciadamente, la crisis financiera de 1890 hizo que cayeran los valores y la demanda inmobiliaria, afectando seriamente el desenvolvimiento de estas empresas y también la continuidad de los bancos oficiales.

Con la paralización de las obras y la falta de trabajo de la mayoría de los compradores, la Villa Garibaldi sufrió ocupaciones, pero lentamente se fue recuperando y hoy es una localidad pujante donde muchas familias van en búsqueda de una vida con más contacto con la naturaleza y que les ofrezca otro ritmo más tranquilo que en el centro de la ciudad.

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