jueves 12 de diciembre de 2024

Golpes, moretones y ataduras: el calvario del joven que murió en una clínica de La Plata

El hermano de Jonatan Eliazar rompió el silencio y relató algunos sucesos que habrían tenido lugar en la Clínica San Juan antes de su fallecimiento.

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Sigue la investigación por el caso de Jonatan Eliazar Carlos Marrupe Lozano, el paciente de 33 años de la Clínica Psiquiatrica San Juan que falleció el miércoles pasado tras sufrir al menos cinco paros cardíacos. En este contexto, su hermano contó los maltratos que habría recibido en el lugar, previo al trágico final.

Tras la muerte de Jonatan, quien se hallaba internado en la institución desde hacía 16 años, su familia realizó la denuncia correspondiente en la comisaría Segunda, recayendo luego en la UFI N° 15 del Departamento Judicial de la ciudad, desde donde se abrió una causa por "averiguación de causales de muerte". El abogado Christian Parodi contó a 0221.com.ar que, a pesar de esto, buscarán que la causa se considere un "homicidio" por "la negligencia o impericia de los médicos de la clínica".

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En la denuncia realizada ante las autoridades, su madre declaró que ya habían tenido inconvenientes durante la internación del joven. Fue ahora su otro hijo quien, en una entrevista con TN,  dio más detalles al respecto. Según contó, un día la pedicura que lo trataba notó algo raro en sus pies y le mandó un audio a su madre, quien vive en Río Negro, a 1.200 kilómetros de La Plata: "Jonatan estaba atado y golpeado", le dijo.

Además, le mandó una foto en la que se lo ve sentado en una silla de ruedas -cuando su patología no requería estar en una-, con un gran moretón en el ojo y distintas heridas en su rostro. Tras esto, su familia pidió explicaciones.

"Tenemos videos de Jony en los que contaba cómo una enfermera le pegaba. Cuando mi mamá se quejó, las autoridades le decían que él se había caído solo, por eso estaba lastimado y que también inventaba todo", dijo su hermano y contó otra desgraciada historia: "Una vez, fuimos y lo encontramos en estado catatónico. Estaba en una cama, consciente, pero no se movía, estaba deshidratado, tuvimos que asistirlo nosotros. A mí me agarró un ataque y revolucioné la clínica. Ese día, agarré a uno de los directores y me echaron porque empecé a gritar, estaba sacado".

Con esos antecedentes, pidieron cambiarlo de sector, cosa que lograron gracias a una persona que trabaja en el Estado: "Gracias a contactos que tenemos en IOMA, pudimos intervenir. La clínica cambió de Director y a mi hermano lo trasladaron de sector. Si no teníamos contacto, no nos daban bolilla", enfatizó.

Con el paso del tiempo, según contó el joven, la relación volvió a deteriorarse hasta la semana pasada, cuando su hermano cayó en estado crítico: "La enfermera le decía a mi hermano más chico que tenía que ir él a comprar el medicamento -para tratar el cuadro en el que se encontraba Jonatan- porque ahí no lo tenían. Él estaba así desde el mediodía y a las 22 todavía no se lo habían suministrado. Mi hermano tuvo que salir a buscar una farmacia a ver si lo conseguía. Es un remedio que vale $55.000 y que la clínica debería tener".

Por ultimo, remarcó lo que piensa su familia respecto a la muerte de Jonatan: "Falleció de sobredosis por la medicación que le daban los psiquiatras".

¿QUÉ DICE LA DENUNCIA?

En base al documento al que accedió este medio, el episodio ocurrió alrededor de las 22 del último miércoles, cuando la madre del joven recibió un llamado de un familiar, quien le dijo que había sido contactado por la clínica, ya que Jonatan "tenía la presión baja".

Ante esta situación, y estando a varios kilómetros de la ciudad, la mujer llamó de inmediato al centro psiquiátrico de 115 entre 36 y 37, y allí fue atendida por una médica que le mencionó que al joven "lo habían puesto en la cama con sus pies a 45 grados y que le habían colocado suero y oxigeno". Además, le indicaron que ante la emergencia solicitaron la presencia del personal de SUM.

Frente a este escenario, la mujer llamó a uno de sus hijos de 21 años que se encontraba en La Plata y le explicó la situación, por lo que se dirigió de manera urgente a la clínica. Una vez allí, y en base a lo que reza la denuncia, le dijeron que "necesitaba comprar la medicación naloxona para tratar la intoxicación" con opiáceos que había sufrido. Tras salir a buscarla por la zona y regresar, el chico les informó que no pudo conseguirla por ningún lado.

Estando allí también se enteró que su hermano había entrado en paro cardiorrespiratorio en cinco ocasiones. Durante todo ese lapso, el joven intentó encontrar explicaciones por parte de los médicos de la clínica, pero no las consiguió. Minutos más tarde, recibió la triste noticia de que su hermano había fallecido tras entrar nuevamente en paro, sin éxito en los trabajos de reanimación que realizaron los auxiliares del SUM.

Tal como figura en la denuncia, la madre de Marrupe Lozano explicó que ella había visitado a su hijo 12 días antes de su fallecimiento y que desde hacía poco tiempo venía arrastrando una molestia por un bolo fecal que lo afectaba.

EL ACTA DEL PROCEDIMIENTO

Según consta en el libro de actas de SUM, el emergentólogo que acudió al llamado de emergencia indicó que su arribo se dio pasadas las 22.15 y que allí encontró al paciente "en muy mal estado general" y "desmejorando".

El profesional destacó en su informe que las "pupilas puntiformes" (fenómeno que ocurre cuando la pupila se mantiene contraída, es decir, no responde a los estímulos externos de luz) del joven llamaron su atención, por lo cual consultó a la psiquiatra de la clínica para ver qué medicamento le habían suministrado y ella le extendió un papel en el que se informaba la medicación habitual. Siguiendo el relato, al consultarle a la médica por qué no le había informado de la contracción de las pupilas del paciente, síntoma de una posible intoxicación con drogas, la mujer respondió que no lo había visto.

Con preocupación creciente y ante la amenaza de una intoxicación con opiáceos, el emergentólogo pidió que se le facilitara naloxona para "revertir el cuadro agudo y potencialmente mortal", pero la profesional se excusó en que "ella no es la dueña de la clínica" y de inmediato le preguntó si él solía "comprarle la medicación" a sus propios pacientes. El médico la urgió entonces a conseguir el medicamento cuanto antes, pero la mujer le pidió que no levantara la voz y se retiró del lugar mientras él le recordaba que no podía alejarse de su paciente. Según consta en el relato presentado ante la Justicia, durante las siguientes 3 horas y 25 minutos, el médico y el enfermero que lo acompañaba atendieron al paciente.

En el acta el profesional informó que en la clínica "no hicieron esfuerzo alguno" por conseguir la droga necesaria y que, en cambio, fueron el chofer de la ambulancia y el hermano del paciente quienes debieron recorrer farmacias y hospitales de la zona durante 30 minutos, aunque sin suerte para conseguir la medicación que podría haberle salvado la vida a Jonatan. Finalmente, de acuerdo a lo que consta en el escrito, a la 1.25 de la madrugada se consiguió la derivación que él mismo había solicitado a otro centro de salud, pero 20 minutos después el paciente falleció.

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