“Argentina, 1985”, la película de Santiago Mitre que narra el juicio a las Juntas Militares, tiene un guiño que fue advertido casi al instante los fanáticos del cine nacional: el reencuentro de Alejo García Pintos con el personaje de Pablo Díaz, uno de los sobrevivientes de "La Noche de los Lápices", a quien el actor platense encarnó en la película del mismo nombre.
En esta oportunidad, el actor platense interpreta a uno de los jueces de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal que juzgó a las Juntas Militares (Guillermo Ledesma era el juez aunque en los créditos aparece Losada). En esa escena, escucha con atención el testimonio del mismo personaje que hace 35 años atrás, hizo para la película de Héctor Olivera, que narra los sangrientos secuestros y asesinatos de estudiantes secundarios de La Plata que peleaban por el boleto educativo.
En diálogo con 0221.com.ar, García Pintos se refirió a este “guiño” para los espectadores y todo lo significó estar en el elenco de “Argentina, 1985”, la película que este domingo irá en búsqueda del tercer premio Oscar para el cine de nuestro país.
-¿Qué sentiste al ser convocado para este proyecto?
-Fue una alegría muy grande, yo fui convocado a este proyecto hace casi 4 años, cuando estaba comenzando y se estaba armando el elenco. Tuve una reunión en la que me convocaron para este personaje, ya sabía que iba a ser uno de los seis jueces que integraron el tribunal. Me comentaron de este guiño (sobre el encuentro con el personaje de Pablo Díaz) que íbamos a hacer. Un poco en homenaje a la persona y un poco en homenaje a la película que se había filmado 35 años antes. Es una nueva oportunidad de quedar para siempre porque las películas se pueden ver en una plataforma o en un video cassette, como se veía antes. La película siempre está dando vueltas y formar parte de "Argentina, 1985", que habla sobre nuestra historia reciente pero tan importante, a mí me llena de orgullo.

-Es una película que ya se está viendo en escuelas y universidades…
-Está pasando lo mismo que con "La Noche de los Lápices". Las dos películas que son muy proyectadas en colegios y universidades y otros ámbitos vinculados a los derechos humanos. Es un ejemplo de lo que fue, en el caso de “Argentina, 1985” un juicio histórico, ejemplar, fundacional, porque fue el primer juicio en el mundo de un país enjuicia a sus propios genocidas. “La Noche de los Lápices” muestra lo que fue concretamente el terrorismo de Estado, la monstruosidad con la cual fue llevado a cabo, que incluye secuestro, desaparición, tortura y posterior muerte de muchas personas. Además del robo de bebés. Son películas que son parte de nuestra historia reciente, pareciera que muchos andan pasando “basta de hablar de la dictadura” y lamentablemente hay que seguir enfrentándose con ese tipo de discursos mostrando eso: con películas objetivas que muestran lo que pasó. Te guste o no te guste lo que se muestra en estas películas sucedió de verdad y está probado en la Justicia. Siempre aparece algún trasnochado que dice o quiere instalar la teoría de los dos demonios. Acá desaparecieron 30 mil personas y las personas que murieron en algún atentado terrorista no tuvieron la oportunidad de ser enjuiciadas.
-¿Cómo se vivieron esas jornadas en la sala donde se hizo el juicio a las Juntas Militares?
-Fue muy impresionante sentarnos en esas butacas, en esos sillones tan altos y grandes. Los primeros días nos sentíamos todos tan chiquitos al lado de esos sillones pero fuimos ganando confianza y ocupamos esos espacios que parecían gigantes. Parecía una ilusión óptica. Era estar sentado en el lugar donde ocurrió verdaderamente el juicio y tocar a los actores que interpretaron a los jueces o presidir algunas de las jornadas de juicio. El presidente principal era León Arslanian (interpreato por Carlos Portaluppi), el resto de los jueces se iban rotando la presidencia porque así lo indica. La verdad que estar sentado presidiendo la toma de un testimonio o un alegato, realmente fue muy fuerte. Es casi inexplicable pensar que 30 años atrás había sucedido eso, fue muy fuerte y conmovedor.
-¿Qué sintieron al escuchar los testimonios de las víctimas del terrorismo de Estado, como en el caso de la declaración de Adriana Calvo?
-El de Adriana Calvo es el que más se ve en la película, se ha centrado mucho en ese testimonio pero los demás también eran conmovedores, incluso hasta el más chiquito. Hay una escena en la que una mujer, a quien le secuestraron al hijo, me termina preguntando: “¿Dónde está mi hijo?”. Mi personaje le contesta: “Lamentablemente no le puedo dar esa respuesta”. El testimonio de Adriana es conocido. Tuve la suerte de conocer a Adriana y hablé con ella en varias oportunidades a través de mi amistad con Pablo Díaz, con quien me sigo viendo y seguimos hablando. Pero escucharlo de nuevo me conmueve. Lo tengo muy presente ese discurso, incluso antes de filmar la película. Durante el juicio, el testimonio de Adriana junto con el de Pablo Díaz, fueron los momentos en los que los jueces se vieron conmovidos. Se los vio con un gesto distinto al que se los veía habitualmente, ellos tienen que mantener una postura imparcial. Ellos no pueden conmoverse ante un testimonio porque podría ser acusado de nulidad. Sin embargo, sé que con Adriana y Pablo fueron los dos casos emblemáticos en los cuales los jueces se mostraron conmovidos y shockeados por lo que estaban escuchando. Y eso se ve en la película también. La verdad que me alegra que se pueda ver esa humanidad.
-¿Cómo fue trabajar con Victoria Alonso (otra platense con importante participación en la producción de la película), una amiga tuya de toda la vida y presidenta ejecutiva de producción física en Marvel Studios?
-Trabajar con ella fue una alegría enorme. No trabajábamos juntos desde principio de los ’80, cuando hacíamos teatro en La Lechuza en La Plata, ambos somos alumnos de ahí. Hicimos la primaria juntos, durante la secundaria nos seguimos viendo estudiando teatro. Compartir este proyecto fue un sueño hecho realidad: poder contar una historia que a los dos nos interesaba. Cuando teníamos edad de adolescentes éramos personas que nos comprometimos con el armado del centro de estudiantes cuando, por ejemplo, todavía la dictadura estaba imperando en Argentina. Desde las sombras pudimos cristalizar algo que con la democracia pudo cristalizarse. Ella desde el Liceo y yo desde el Normal 3. Ambos llevamos adelante ese sueño de seguir militando. Es lo que dice siempre Victoria, terminó el colegio secundario y se fue a vivir a Estados Unidos y yo me fui a vivir a Buenos Aires. Los dos seguimos siempre pendientes de la lucha que llevan adelante los organismos de derechos humanos. Victoria se pudo dar ese gusto que tanto añoraba y tanto anhelaba de poder hacer algo en el cine argentino que la representara. Y como ella lo quería representar. Además de dejar como legado para su hija, familia y amigos y para la Argentina en general.
-¿Qué sintieron al ver la película en la pantalla grande junto con organismos de derechos humanos?
-La función fue el 29 de septiembre cuando volvimos de Estados Unidos. El día del avant premier le dieron un premio en la Casa Blanca y me pidió de acompañarla así que no pudimos estar para el estreno comercial. Pero pudimos organizar una función a sala cerrada y solamente ingresaron representantes de todos los organismos de derechos humanos. No hubo periodistas, actores o fotógrafos. Simplemente fue un homenaje que Victoria quiso ofrendarle a los organismos. Estuvo Estela de Carlotto, Taty Almeida, Pablo Díaz, Emilce Moler, el hijo de Julio López, e hijos de ex detenidos y desaparecidos, abuelas, madres. Fue un momento conmovedor. No voló una mosca. No hubo nadie que se levantó para ir al baño o lo que fuere. El aplauso fue emocionante. Creo que el mejor premio que la película puede tener es ese aplauso final. Ese agradecimiento de parte de los organismos de derechos humanos con la película y la producción, en este caso a Victoria. Realmente están muy felices que esta película haya salido a los cines y las plataformas, con el objetivo de reflejar y refrescar la memoria, que a veces pareciera que a algunos se les borra.
-Una película que fue elogiada por grandes figuras del cine y de otros ámbitos, como Lionel Messi.
-El apoyo de las personalidades tan mundialmente conocidas como Messi, Ricky Martin, Pedro Pascal, Salma Hayek…tantas personalidades extranjeras que apoyan la película es claramente un mimo enorme. Te da una palmada de aceptación y de un gran deseo de que ojalá el domingo se cristalice y podamos ganar ese premio tan importante. Una vez más, el mundo premiando una producción que cuenta parte de la terrible historia que hemos vivido.
-¿Cómo están viviendo los días previos a la gala del domingo?
-Lo estamos viviendo con tranquilidad porque creo que terminó la votación, ya están enviados -los mails por parte de cada votante. Ahora hay que esperar que se abra el sobre y ver qué dicen cuando presenten la mejor película extranjera. Estamos con mucha expectativa y esperanza. Sabemos que es difícil toda la competencia porque todas las películas que compiten son muy buenas, extraordinarias. Esperando que se dé la tercera, como ocurrió en diciembre con el Mundial. Esperando y diciendo: “Elijo creer”.