La investigadora del CONICET La Plata, Jimena Rodríguez, viajó a la Universidad de Arizona, Estados Unidos, para para incorporarse a un grupo de trabajo que desarrolla dos programas de observación del telescopio James Webb. El objetivo es procesar y analizar las primeras imágenes que tomó este potente instrumento desarrollado en colaboración entre veinte países.
La fotografía más nítida del Universo profunda fue la elegida por la NASA para difundir los primeros resultados del telescopio James Webb. A la primera imagen le siguieron otras cuatro que, con una resolución de detalles, colores y brillos jamás antes alcanzada, mostraron nubes en la atmósfera de un lejano planeta; estrellas que se apagan en una nebulosa planetaria; un quinteto de galaxias interactuando entre sí a 300 millones de años luz; Júpiter y tres de sus lunas; entre otras cosas.
Ahora, los expertos estarán a cargo de analizar estos registros y así encontrar más información del Universo. “El primero de ellos busca estudiar 19 galaxias relativamente cercanas a la nuestra, ubicadas a menos de 20 megapársecs (MPC), la unidad de medida empleada en astronomía para medir distancias. Específicamente, nos centraremos en lo que se conoce como regiones de formación estelar embebidas. Esta semana comenzó a llegar la información de dos de ellas, y en el transcurso de este año y comienzo del próximo iremos recibiendo todo lo relativo al resto”, manifestó Jimena Rodríguez, investigadora del Instituto de Astrofísica de La Plata (IALP, CONICET-UNLP).
Su estadía en el país del norte se prolongará por un año, tiempo en el cual tendrá la tarea de procesar las imágenes y analizar los datos que servirán como insumo científico a distintos proyectos de investigación de todo el mundo. “Las regiones de formación estelar embebidas son aquellas en las que actualmente están naciendo estrellas pero que todavía se encuentran rodeadas por la nube molecular que las creó, entonces solo pueden observarse en el espectro infrarrojo, que es el rango que cubre el telescopio James Webb”, describió.

En ese sentido, explicó que estos procesos se había logrado ver “en detalle dentro de nuestra galaxia, pero nunca en otras más lejanas como podremos hacerlo ahora”. El segundo programa de observación del grupo de trabajo de Arizona se centra en las mismas “guarderías estelares” pero en tres galaxias mucho más cercanas: entre uno y tres megapársecs, con lo cual las expectativas de lo que pueda descubrirse allí son muy grandes.
Cabe mencionar que el volumen de datos enviados por el telescopio es enorme y la tarea de procesarlos e interpretarlos, muy exhaustiva. A su vez, la información recibida se cruzará con otras tomadas por el observatorio ALMA, en el desierto de Atacama, Chile, y el telescopio Hubble.

El grupo de investigación lo completan Janice Lee, jefa científica del Observatorio Internacional Gemini sur, ubicado en Chile. Gemini es un consorcio internacional financiado por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Corea del Sur y EEUU que les permite a estas naciones utilizar dos gigantescos telescopios de 8 metros de diámetro e instrumentos de última generación ubicados uno en cada hemisferio. La unidad administrativa en el país es la Oficina Gemini Argentina (OGA), perteneciente al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación (MINCyT), cuya sede funciona en el IALP.