Benjamín, el nene superdotado de La Plata que ya hacia sumas y restas a los 3 años, tuvo una sentencia favorable y no deberá repetir el segundo grado. La familia del chico platense que tiene altas capacidades ganó la batalla judicial con la Dirección General de Educación Privada (DIEGEP) y no tendrá que retroceder de año escolar, como lo requerían las autoridades.
El conflicto se inició cuando el alumno, que ahora tiene 6 años, quedó en medio de una puja porque, pese a haber rendido el examen para saltar un curso a fines del 2020 y haber asistido durante medio año a tercer grado, el Ministerio de Educación bonaerense lo quería obligar a retroceder hacia segundo. Sin embargo, el resultado de la discordia fue positivo para Benjamín y su familia, que habían presentado un amparo judicial porque consideraban que se estaban vulnerando los derechos de su hijo por obligarlo a repetir un curso que ya rindió.
"Después de idas y vueltas, hoy se firmó sentencia y no solo ganamos nosotros después de una ardua batalla, sino que marca un precedente para todos los chicos", dijo a 0221.com.ar Soledad Heit, su mamá, y precisó que "quedó consolidada la continuidad de Benja en cuarto grado, él había terminado tercero en 2021 con presencialidad y de forma excelente".
El caso de Benjamín marca un precedente a nivel nacional para otras personas que tengan su misma condición, ya que la sentencia del juez le ordenó a la Dirección General de Cultura y Educación realizar un proyecto pedagógico adecuado a sus altas capacidades, teniendo en cuenta su parte social y emocional de cara al futuro.
La historia del chico superdotado platense comenzó cuando la maestra jardinera de salita de 3 escuchó perpleja la respuesta de su alumno a una fábula que leyeron en clase: "No puede ser. Los lobos no hablan ni tampoco se ríen", le aclaró. La mujer se dio cuenta que su cabeza trabajaba a otro nivel: en ese momento, el nene ya sabía sumar y restar y también había procesado por su cuenta la tabla del 2, cuando le preguntó a sus padres cuánto era el doble de 80.
"Lo aprendió todo en forma autodidacta, sin ayuda de nadie. En general, la gente y buena parte del sistema educativo piensa que ser superdotado es un beneficio, pero los chicos la pasan mal. Nosotros nos acercamos por la parte fea. Benja se aburría muchísimo, no tenía intereses en común con los chicos de su edad y ya empezaba a somatizarlo. Tenía vómitos cíclicos por las noches, sin ninguna razón", relató Soledad.

Por recomendación de la institución, los padres de Benjamín lo llevaron a realizar un test de psicodiagnóstico y el resultado fue concluyente: la profesional les dijo que el chico tenía superdotación con "múltiples potencialidades". El diagnóstico destacó su facilidad para las matemáticas y un alto nivel de razonamiento, inteligencia rica y creatividad.