La Veterinaria San Roque rompió el silencio tras el escrache por el perro "bañado de sangre" y emitió un duro comunicado en el que aseguró haber sufrido todo tipo de ataques y amenazas. Los trabajadores se expresaron luego de que una mujer difundiera que llevó a su mascota por una gastroenteritis y se la devolvieron al borde de la muerte, lo que derivó en hechos de violencia contra el lugar.
Según anticiparon, fueron víctimas de difamación, mentiras y amenazas de muerte, al tiempo que también se produjo un ataque en el que estallaron los vidrios del establecimiento. En ese sentido, remarcaron que iniciarán las acciones legales correspondientes: "Decidimos realizar un único comunicado por el caso viralizado que nos provocó hecho de violencia en nuestro establecimiento (estallaron los vidrios de nuestro frente), amenazas de muerte personales, amenazas telefónicas, violencia verbal, violencia ética, violencia moral, difamación, calumnias e injurias. Escrache público, seguimientos y una cantidad de mentiras difundidas incontables", empezaron en el escrito.
"En nuestra veterinaria sentimos profundo amor por nuestra profesión, la cual elegimos y dedicamos años de estudio. Para curar. Lamentamos la pérdida de todo animal pero esta semana nos fue imposible trabajar con tanto miedo, tanta amenaza, ataques. Y tanta desprotección", agregaron, y sostuvieron que "se realizarán las acciones legales para todo aquel que corresponda. Y seguiremos dando lo mejor de nosotros. Día a día. Como hasta ahora. Para eso nos formamos. Gracias a todos los que nos acompañan y nos apoyan. El equipo de Veterinaria San Roque".
El comunicado se dio luego de que la dueña de un bulldog inglés de tres meses publicara un video en el que increpaba a los profesionales, acompañado de un relato en el que cuenta el destrato y negligencia que vivió en el lugar: "El domingo por la mañana llevé a mi cachorro bulldog inglés de tres meses a la veterinaria San Roque de 1 entre 74 y 75. Lo llevé por una gastroenteritis, por recomendación de mi veterinaria de cabecera: era solo para hidratarlo", escribió Bri García en sus redes. "Desde el primer momento sentí el destrato y la falta de humildad de la señora C.S.", explicó la joven, que también informó del caso a este medio.
"Me dijo que, como era domingo, hasta el lunes a las 11 no iba a tener parte médico ni saber de él. Le reclamé que es un hijo para mí, que yo necesitaba saber algo en el transcurso del día y se negó rotundamente; dijo 'si no te gusta como nos manejamos anda a otro lugar'. Como mi gordo necesitaba ser hidratado de inmediato, no tuve opción y lo dejé", siguió.
Al día siguiente, la usuaria volvió a la veterinaria y aseguró: "Me dicen que sigue igual (no me dejaron verlo), volví a la tarde y estaba sucio, con vómito, acostado sobre su propia materia fecal con mucho olor y una sonda naso gástrica por dónde le realizaban lavado de estómago. Ese día lo dejé, preocupada, y mientras averiguaba de otra clínica para trasladarlo, el martes por la mañana voy de nuevo para que me den el parte y me atiende otra persona (aclaro que las veces que fui siempre fueron personas diferentes)".
"La que me pasó el parte diciendo que sigue igual y con sonda nasogástrica para alimentarlo, le dije que esa sonda era para lavar el estómago y me dijo 'no sé, yo lo uso para eso, no sé lo que hacen los demás en sus turnos'. O sea fue un manoseo terrible, desde el domingo 30/10 hasta ayer 1/11 pasaron más de seis personas en sus respectivos turnos y ninguno sabía lo que el otro había hecho con mi gordo, a lo que le reclamé que ellos deberían tener una historia clínica donde conste cada procedimiento, me mostraron una PC donde está la historia clínica y estaban cargados los estudios de otro perrito, nada que ver con el mío", agregó la joven.
Disconforme "con todo este manoseo, falta de humildad y empatía, decido trasladarlo a otra clínica, y cuando lo fueron a buscar de la jaula a dónde lo tenían, el cachorro lloraba de dolor. Me lo entregaron bañado en sangre que salía de su boca, llorando le pregunto qué es esa sangre y me dice que es vómito, claramente no lo era; eran chorros de sangre. Salí desesperada a la otra clínica donde lo ingresaron y lo encontraron con líquido en los pulmones (sangre) ahogándose en su propia sangre, en menos de una hora mi gordo entro en paro y murió".
"Ellos, Veterinaria San Roque, jamás me informaron del cuadro tan grave que estaba teniendo. Lo retiré a las 14 y la visita era a las 18, si iba a esa hora lo iba a encontrar muerto y ellos jamás me dijeron que es lo que le había pasado. Le lastimaron el esófago y se tragaba su propia sangre, con mi gordo ya muerto volví a reclamar el porqué de todo ese cuadro, y me atiende LR.....y le digo, '¿sabías que tenía sangre en los pulmones?'. Me dijo que no sabía. ¿Entonces qué tipo de atención le dieron? Lo tiraron ahí, lo dejaron morir y mientras me cobraban $4.100 por día más medicamentos", aseguró la usuaria. "Esto no puede quedar así, ayúdenme a que por lo menos se haga viral y nadie más deje ahí a su mascota ya que para muchos no es un animal sino un bebé, un integrante de la familia", pidió la joven.
En línea con la visibilización del caso, el Colegio de Veterinarios salió al cruce y envió un "repudio a la agresión a un veterinario", específicamente a uno de los que atiende la sindicada veterinaria. "Necesitamos que cese la violencia contra nuestra profesión", escribieron junto a un flyer en el que repudiaron la agresión.