Todavía continúa la conmoción por el crimen de José Francisco Barboza (39), el remisero que estaba desaparecido desde el 28 de octubre pasado y fue hallado sin vida a la vera de la Ruta 36 a la tura de 416, en el límite entre La Plata y Florencia Varela. Tal como informó 0221.com.ar, el resultado de la autopsia preliminar arrojó que al vecino del partido de Bosques lo asfixiaron con una bolsa y a golpes.
En ese marco, la fiscal a cargo de la causa María Eugenia Di Lorenzo analiza todas las pistas para dar con los autores de este crimen con sello mafioso. Esta hipótesis es en base al estado en que fue encontrado el cuerpo de Barboza, envuelto en una frazada y con un moño colocado en la parte superior. “Era como si fuera un regalo”, le dijeron a este portal fuentes policiales.
El crimen se produjo el pasado 19 de noviembre en una vivienda de Melchor Romero. Tras una investigación encubierta, la Policía detuvo al acusado.
El episodio se registró el miércoles por la noche en 140 y 63, Los Hornos. Los implicados escaparon con una bicicleta y una mochila.
A su vez, trascendió que la fiscal citó a declarar a la mujer de la víctima y a la última persona que vio al remisero con vida. Se trata de Diego, un amigo que lo iba a ayudar a comprar un vehículo que estaba a la venta a través de del Martketplace de Facebook.
En su denuncia, Roxana -esposa de Barboza- aseguró que había vendido una camioneta la semana anterior a su desaparición y tenía en su poder más de un millón de pesos para comprar el otro automóvil. Sin embargo, el remisero volvió a la cuadra de su casa unas horas después en el auto de su amigo, sin haber concretado la transacción. Esto se pudo corroborar a partir de los registros de las cámaras de seguridad de la zona.
"Diego lo trajo a José a casa, entró en el estacionamiento y después de ahí no se ve más nada", contó en aquel entonces a Telenueve, al tiempo que agregó que a su amigo "no lo veía desde hacía ocho años". Además, recordó que recibió un llamado anónimo: "Fue a las 11.45 de la mañana en el que una mujer me decía: 'Yo sabía que iba a pagar'".
En este punto aparece una de las primeras dudas de los investigadores. Es que tanto Barboza como su allegado y su pareja cuentan con antecedentes penales por los delitos de desarmado y venta de autopartes. A esto se le suman algunas contradicciones de los testimonios de los testigos y los familiares de Barboza. Estas pistas y el moño metalizado hallado en la escena del crimen abrieron la posibilidad de que el crimen haya estado relacionado a un ajuste de cuentas.
Antes de irse a vivir al barrio La Pepsi de Bosques, José residía en Ingeniero Allan a 10 kilómetros de distancia. De allí se mudó hace algunos meses y, a raíz de su desaparición, un viejo vecino declaró que el hombre de 39 le confesó: “Tengo que desaparecer de acá”.
Por otro lado, la fiscal duda de las declaraciones de Roxana y Diego con respecto a la situación a la situación personal de Barboza. Su amigo manifestó que José no tenía trabajo, dinero, deprimido y en crisis con su pareja. La mujer, en tanto, no hizo mención al tema.
Allegados a la causa indicaron que familiares del remisero describieron que la relación entre ambos era “tormentosa” aunque desconocían si atravesaban problemas maritales o de otra índole.
El pasado 2 de noviembre, la Provincia emitió una alerta de búsqueda a través de la cuenta de Personas Desaparecidas en Buenos Aires, en las redes sociales.
Tras varios rastrillajes, la Policía halló el cuerpo de Barboza a la vera de la Ruta 36. Tras la recolección de las primeras pistas, y por las características del escenario, los investigadores creen que podría haberse tratado de un ajuste de cuentas o un crimen con sello mafioso.
El hecho generó una gran conmoción entre los vecinos de la zona. Es que, tras un llamado al 911, efectivos policiales acudieron al lugar del hecho y montaron un importante operativo para evitar que se contamine la escena y lograr que los peritos trabajen con tranquilidad para hallar pruebas.
Fuentes judiciales le dijeron a 0221.com.ar que identificaron el cuerpo de José por los tatuajes del nombre de sus hijos: Tiziano, Tobias y en el pecho se podía leer Oriana. Además, tenía un trébol de cuatro hojas en su muñeca derecha. Es por eso que se comunicaron con el fiscal de Florencio Varela, Hernán Bustos Rivas, quien tenía a su cargo la causa por la desaparición del remisero.
Rápidamente, los familiares de Barboza se trasladaron a la morgue judicial de La Plata para reconocer el cadáver. "No solo los tatuajes y las características de la vestimenta coincidían, sino que en el bolsillo de su pantalón se encontró el DNI y el registro", agregaron.
La causa fue recaratulada como "homicidio" y es instruida por la UFI N° 17 del Departamento Judicial de La Plata, a cargo de la fiscal María Eugenia Di Lorenzo.