Este miércoles se llevó a cabo una nueva marcha en apoyo a Lucas Puig. Familiares, docentes y amigos del acusado, mantuvieron vigente el pedido de excarcelación del maestro de música que fue condenado a 35 años por el delito de abuso sexual a menores dentro de Colegio San Benjamín.
La concentración se realizó frente a los Tribunales de Casación. En esta oportunidad hicieron entrega de una carta abierta de parte de los familiares autoconvocados del San Benjamín, pidiendo la libertad y la absolución del docente. Luego se dirigieron hacia la Suprema Corte de Justicia y hacia la Procuración para entregar copias de la misma nota.
En las ultimas semanas se volvieron a registrar marchas a favor de la excarcelación de Puig, encabezadas por los mismos docentes y familiares, quienes creen en su inocencia. Además, aseguraron que seguirán las movilizaciones para seguir reclamando por lo que ellos creen es "una condena injusta".
Vale recordar que la Justicia condenó a Puig por los delitos de "abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante agravada por ser encargado de su educación en concurso ideal con corrupción de menores agravado por ser encargado de su educación" en dos casos por la denuncia de dos de sus entonces alumnos y ordenó su inmediata detención. La lectura del veredicto se dio en medio de un clima de extrema tensión, que explotó en insultos entre las familias de las víctimas y allegados del acusado que estaban presentes en la sala.
En las jornadas de alegatos previas, la acusación había pedido 40 años mientras que la defensa cuestionó a los fiscales del caso para luego solicitar la absolución y que se dicte la prescripción de la ampliación de la acusación. En tanto que Puig no hizo uso de su derecho a decir las últimas palabras antes de que los jueces se retiren a deliberar.

El fiscal Martín Chiorazzi dio por probado que después de las vacaciones de invierno del año 2009 y hasta el inicio de clases del año 2010 Puig abusó de al menos dos alumnos de 3 y 4 años que concurrían al turno mañana del Jardín de Infantes del Colegio San Benjamín, una entidad escolar de la iglesia católica. El funcionario señaló que los abusos se cometieron tanto en el salón de usos múltiples como en uno de los baños del lugar. Para arribar a esa conclusión valoró los testimonios de los chicos, que hoy son adolescentes, las declaraciones de las mamás y la de peritos que dictaminaron que las presuntas víctimas tenían síntomas de abuso sexual.
A su turno el abogado Martín Bolpe, quien representa a una de las familias denunciantes, adhirió al alegato del fiscal, sostuvo que en debate "se ha desenmascarado al pedófilo Puig", argumentó sobre la "inexistencia de probanzas que avalen la versión de la defensa", recordó que las marchas de apoyo al acusado "pasaron por el frente de la casa de las víctimas" con la intención de amedrentarlas. Requirió una condena de 20 años más la detención del docente y que se investigue a la docente Silvina Díaz por el caso de la menor a la que representa.
Flavio Gliemmo en representación de otra familia denunciante puso en relieve que la madre de la menor atravesó el proceso como "templanza" y "paciencia"; expresó que la defensa "intentó montar un juicio paralelo en la opinión pública". En el momento más enérgico de su alegato, el letrado miró fijo al acusado y elevando el tono de su voz grave le reclamó: "Por qué no hablás, este es el momento de defenderte". Tras pedir las disculpas de caso sostuvo en relación al sospechoso que "es un muchacho inteligente, abusador, pero inteligente". En relación a las denuncias que los defensores hicieron sobre el fiscal, consideró que tenían el fin de "amedrentar".
Por su parte, el abogado acusador Marcelo Botindari describió que "los chicos y las familias se tuvieron que sobreponer a la imposición de un manto de silencio combinado con un ataque a las víctimas en las marchas que encabezó el depredador Puig". Para el letrado este segundo juicio oral "ha dejado desnudo a Lucas Puig con toda su perversión a la vista". También remarcó que "la nena hace 12 años que está en tratamiento médico y con apenas 16 años debe tomar medicación psiquiátrica".
Julio Beley fue el último de los profesionales de la acusación en alegar. Luego de aherir a todo los expresado por sus pares de esa parte reflexionó: "Este juicio debería haber terminado con la declaración de las víctimas". Y cerró: "Como católico me da vergüenza que lo mantengan en el colegio", donde actualmente el acusado sigue trabajando. "Puig tenía como cómplice a (la docente) Silvina Díaz que seleccionaba a sus víctimas", disparó Beley y se esperanzó en poder "devolverle algo de esperanza y tranquilidad a los chicos y sus familias".