Los expertos planean estrategias para prever la tercera ola de coronavirus que podría llegar de cara a los meses más fríos del año y con el eventual ingreso de la variante Delta en el país.
Los expertos planean estrategias para prever la tercera ola de coronavirus que podría llegar de cara a los meses más fríos del año y con el eventual ingreso de la variante Delta en el país.
Hay dos variables fundamentales para lograr que la ola se demore: la entrada de pasajeros al país y la vacunación. La idea es que la variante Delta llegue con el mayor avance posible en la campaña de inoculación, que en las últimas semanas superó el 35% de los argentinos vacunados con al menos una dosis.

El Gobierno argentino derogó una norma que regulaba los aranceles de los colegios privados, que ahora podrán fijar los valores, salvo excepciones.
Luis Caputo adelantó tres ejes de la reforma laboral: baja de cargas patronales, deducciones en Ganancias y régimen de empleo flexible.
Primero el Gobierno nacional dispuso restricciones para el ingreso de viajeros al país, que pasó de 2.000 por día a 600, el equivalente a dos vuelos comerciales completos. Asimismo, deberán realizar cuarentena por cuatro días en hoteles a cargo propio más allá del resultado del PCR en Ezeiza.
La segunda variable es la vacunación. Este miércoles por la tarde se reunirá la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn), un comité asesor formado por reconocidos expertos en epidemiología y vacunación que guía la toma de decisiones en cuanto a la política de inmunización en el país.
La agenda del día consistirá en analizar si se adelanta el intervalo entre primera y segunda dosis y si es plausible combinar la primera etapa del suero Sputnik V con la vacuna monodosis de CanSino, en vista de la falta de los segundos componentes rusos. En marzo, siguiendo recomendaciones de la CoNaIn, el Consejo Federal de Salud, integrado por los ministros de Salud de las 24 jurisdicciones, decidió postergar la segunda dosis de todas las vacunas a un plazo mínimo de 12 semanas de la aplicación de la primera.
La evidencia mundial había comprobado que las vacunas disponibles en el país tenían una mayor efectividad si la segunda etapa se suministraba al menos tres meses después. En este marco, para avanzar con la cobertura parcial de la población, el Gobierno adhirió a la medida hasta que apareció la advertencia mundial sobre la variante Delta.
Con AstraZeneca, no hay inconveniente en combinar vacunas para dar la segunda dosis. Pero con Sputnik V, la situación no es la misma porque los componentes no son intercambiables. En este marco, el Gobierno estudiará si es posible completar los esquemas de inmunización con las monodosis de CanSino.