Pablo Colaci, doctor en Medicina distinguido como egresado ilustre por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), fue acusado de abusar sexualmente de 17 pacientes en su consultorio, pasó casi dos años en el penal de Olmos, espera el juicio oral en prisión domiciliaria y ahora obtuvo el mayor galardón de la medicina argentina.
Su trabajo sobre la reincidencia en tumores de riñón, que llevó a cabo junto a un equipo científico, le otorgó en abril el reconocimiento más importante de la medicina en el país. "Hace 17 años que estudio esto. Desde que era chiquito y mi mamá sufrió cáncer tres veces y salió viva gracias a actuar tempranamente, eso lo traté de volcar en mi profesión. Siempre dije: ‘Tengo que encontrar algo que permita prevenir el cáncer’", relató Colaci en diálogo con Clarín.
El urólogo se encuentra en su casa de Barrio Norte, en La Plata, desde fines del 2019, cuando la Justicia reconoció su derecho a prisión domiciliaria después dos años de prisión preventiva. Desde allí recibió la noticia del “Premio Academia Nacional de Medicina”, el galardón médico más importante en Argentina por la investigación que desarrolló junto a cuatro urólogos del Hospital Evita Pueblo de Berazategui y dos investigadoras de la Cátedra de Histología de la UNLP.
Cada año, la Academia Nacional de Medicina elige el mejor trabajo original e inédito realizado en la República Argentina sobre temas médico-científicos. La investigación premiada se refiere a una nueva vía para prevenir la reincidencia del cáncer de riñón en la cual el equipo de Colaci diseñó un mecanismo para prevenir la reaparición del tumor.

El profesional aclaró que el desarrollo fue llevado adelante sin subsidios ni financiamientos especiales, solo contaron con el presupuesto público del Hospital Evita Pueblo de Berazategui.
Colaci se incorporó en 2004 al equipo de Flavio Santinelli, pionero en intervenciones laparoscópicas de cáncer de riñón, para formarse como urólogo. Para su tesis de doctorado, analizó con microscopio los vasos sanguíneos en los tumores de riñón que extirpaban en el hospital. Su investigación radicó en descubrir las causas de la reaparición de la enfermedad en un lapso máximo de cinco años en un promedio de tres de cada diez pacientes operados.

Durante el 2008, el doctor en urología tuvo la idea de aplicar a los tumores que analizaba en el microscopio, una sustancia que estimulara la generación de vasos sanguíneos. Así podría detectar los tumores más agresivos. El tejido de los tumores cambió de color en la visualización, en algunos casos se tiñeron de marrón claro y en otros, de marrón oscuro.
Así formuló la hipótesis que condujo el trabajo del equipo entero: los que se teñían de marrón oscuro generaban más vasos sanguíneos, es decir, correspondían a los pacientes que volverían a desarrollar la enfermedad porque el cáncer era más agresivo.

Para comprobarlo, el equipo de urólogos realizó un seguimiento de los pacientes que operaron entre 2008 y 2018. Los llamaron para controlarlos cada seis meses. En el futuro, si los tumores oscurecidos coincidían con aquellos que habían vuelto a enfermarse, se comprobaría la hipótesis.
“Me trajeron las cosas de la Facultad de Medicina para que siga en actividad, colaborando con la cátedra, con el hospital, yo nunca paré”, explicó el doctor y agregó: “Por ahí alguna vez recibo una consulta de un paciente, preguntas, pero más que nada estoy dedicado a la investigación”.
El seguimiento arrojó resultados contundentes: ocho de los 53 pacientes operados de cáncer de riñón en el hospital Evita Pueblo entre 2008 y 2013 habían fallecido por metástasis. A fines del 2017, en el laboratorio de la Cátedra de Histología de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNLP, Colaci cotejó las historias clínicas con los tumores que según su observación, se habían teñido de claro y de oscuro: los tumores oscurecidos correspondían a los pacientes fallecidos.

El descubrimiento fue importante, el equipo estuvo en grado de predecir si los tumores extirpados podían generar metástasis en el organismo.
“Cuando vi que los datos de los tumores y de los pacientes coincidían no lo podía creer”, relató Colaci y agregó: “Los tumores nos estaban avisando. El tumor es como un libro, hay que aprender a leerlo. En sus tejidos hay información. No hay muchas cosas así en la medicina, porque esto no es matemática”.
En paralelo al estudio de los tumores de riñón en el hospital junto a Santinelli y equipo, y su especialización en pene y uretra, Colaci comenzó a trabajar en un consultorio privado en la Clínica De La Ribera, en Ensenada. En 2015, le practicó una penescopía a un hombre de 51 años que nunca antes se había hecho un control urológico. Colaci le dijo que era para descartar HPV y el hombre acusó al profesional de haberlo masturbado. Dijo que lo había acostado en la camilla y le había anestesiado la zona pélvica.
Ese fue el antecedente de las 17 denuncias por abuso sexual efectuadas contra él. Todas hechas por pacientes que se atendieron en su consultorio privado entre marzo de 2015 y enero de 2018 bajo acusaciones similares.

La investigación judicial avanzó y en 2018 Colaci quedó detenido por “abuso sexual gravemente ultrajante para la víctima por las circunstancias de su realización”. Las pericias psicológicas durante su detención indicaron que “posee una acentuada estimación de sí mismo. Cuenta con una personalidad de base en la que se destacan rasgos narcisistas y obsesivos”.
En dos años que pasó detenido en la Unidad Penal N°22 de Lisandro Olmos, Colaci completó el trabajo científico sobre cáncer de riñón que lo hizo merecedor del mayor premio argentino en medicina.
Aún no se estableció la fecha para la entrega del premio. Tampoco les otorgaron el dictamen con la argumentación de la elección de su trabajo, pero el médico sabe que a cada miembro del equipo le corresponderá un diploma por su participación.

Mientras tanto, la fecha del juicio oral todavía no está definida. Por la gravedad de las acusaciones, Colaci tuvo la posibilidad de elegir y optó por un juicio por jurados. El castigo máximo al que se enfrenta el médico son 15 años computables por cada caso de abuso sexual ultrajante y 20 años por un caso de abuso con acceso carnal, esto significa que el ganador del Premio de la Academia Nacional de Medicina podría ser condenado a una pena de hasta 260 años de prisión.