martes 18 de noviembre de 2025

"Berni pide pista para organizar una derecha bolsonarista en el Frente de Todos"

El dirigente del PO tiene chances de desembarcar en la Legislatura y cargó duro contra Kicillof. Asegura que la sorpresa estará en los Concejos Deliberantes.

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Si hay un lugar de la provincia de Buenos Aires desde donde el FIT Unidad puede sumar diputados a la Legislatura provincial, es la populosa Tercera Sección electoral, donde el dirigente del Partido Obrero, Guillermo Kane, encabeza la lista. Es ese territorio el que ya le permitió ocupar la banca por dos períodos consecutivos y con el esquema de rotación cada dos años que esa alianza de izquierda implementó desde su creación. Primero en 2015, cuando reemplazo a Christian Castillo, quien había encabezado la lista dos años antes, y después en 2017, cuando él mismo fue el primero de la nómina y cedió su banca a la segunda, María Trimarchi.

En las PASO del 12 de septiembre, las dos listas que compitieron en la interna juntaron el 6,23% de los votos, bastante más que el 5,55% que se requiere para acceder a una banca y mucho más que el 3,59% que la fuerza consiguió en 2019. En su paso por la redacción de 0221.com.ar, Kane atribuyó esa performance al "desencanto" que invadió a buena parte del electorado del Frente de Todos, al que acusa de constituir un gobierno "ajustador" y "hambreador" en función de su política económica "basada en el acuerdo con el FMI.

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Pero también lo acusa de haberse derechizado y, en ese punto, carga contra el gobernador Axel Kicillof: "Para elogiarlo o pegarle decían que era de izquierda", recuerda y cuestiona el sostenimiento de Sergio Berni como ministro de Seguridad, a quien le dedica los párrafos más duros: "Pide pista para organizar una derecha bolsonarista", afirma y recuerda cuando el funcionario "se jactaba de la cantidad de familias que había desalojado de una toma de tierras".

¿Cuál es tu lectura de la situación electoral de la izquierda teniendo en cuenta el resultado de las PASO?

—El resultado que sacamos es uno de los datos más importantes de esta elección. Somos tercera fuerza a nivel de diputados nacionales en la provincia y eso se replicó en la Tercera sección, donde además hay un montón de municipios que están por encima de la media provincial. Son distritos donde la oposición de derecha no hace tanto pie y donde generalmente gana el Frente de Todos. Entonces, nosotros aparecemos como una oposición a ese manejo de los intendentes y del aparato del PJ, con un trabajo que está muy consolidado en los barrios, en los sindicatos, en las juventudes y en el movimiento de mujeres. Es una realidad que no se conoce en los grandes medios nacionales, porque no han querido darle mucho espacio. 

¿Aunque son espectros ideológicos opuestos, no ves una competencia con la extrema derecha por el electorado enojado con los espacios políticos tradicionales?

—Aparece eso en el escenario, pero yo no creo que sea una disputa directa por el voto, que alguien oscile entre inclinarse por la ultraderecha o por la izquierda. Pero sí es cierto que se configura un nuevo mapa político donde la extrema polarización de 2019 se quebró con mucho malestar con las fuerzas que se vienen alternando en el Gobierno. Y que en ese marco aparecen nuevas fuerzas opuestas. La derecha es un desgajamiento del macrismo aunque vemos que ahora también (Sergio) Berni pide pista para organizar una derecha bolsonarista que viene del Frente de Todos y parte de una crisis del gabinete provincial de (Axel) Kicillof.

¿Vinculás a Berni como un emergente con ese perfil político?

—Yo creo que el proyecto político que Berni viene tratando de armar tiene mucho que ver con un ángulo represivo, de mano dura y todo su aparato publicitario así lo indica. Un aparato del cual nos hemos enterado en estos días que cuenta con una parte de "ciber patrullaje". No son casuales tampoco los elogios que se tiran con Patricia Bullrich ya como una costumbre. 

¿Pero la izquierda entonces no pelea los votos en ese sector de jóvenes descontentos que tal vez fueron por el espacio de Javier Milei y José Luis Espert?

—Los casos puntuales son insondables. Pero, en términos estadísticos, me parece que el voto nuestro no lo peleamos ahí sino con el sector que acompañó al Frente de Todos en 2019 contra (Mauricio) Macri y (María Eugenia) Vidal y que considera que su situación ha seguido empeorando y que no va a volver a acompañar al peronismo. Eso es lo que nos dice la gente en las actividades nuestras. Nos dicen: "Yo voté a Alberto, yo voté a Kicillof, yo estaba en una organización vinculada al Gobierno y no quiero bancarlo más por hambreador", es el caso típico de los votantes que sumamos.

¿Esa lectura se ratifican en la comparación con las elecciones anteriores?

—Sí. Incluso ascensos anteriores de la izquierda tenían otra composición social, tal vez mas vinculados a una clase media opositora al kirchnerismo que, en vez de optar por la derecha, nos elegía a nosotros en el primer cordón, más fuerte en el centro que en los fondos del distrito. Hoy el crecimiento fuerte lo hemos tenido en los grandes distritos obreros y en el segundo o tercer cordón del conurbano. En Berisso, en Guernica, en La Matanza, en Varela, en Merlo, en Moreno. En lugares donde aparte estamos creciendo mucho en término de organización en los barrios, tanto ente los trabajadores ocupados como desocupados. El Polo Obrero es hoy una fuerza organizada enorme contra el hambre y la desocupación. Y renovamos la conducción del Sindicato del Neumático, uno de los pocos gremios que logró acuerdo paritario por encima de la inflación. Y lo interesante de este saltito electoral es que tiene una relación directa con esos lugares donde venimos trabajando y donde se suponía que solo entraba el peronismo.

¿Y qué perspectiva de crecimiento ves para avanzar con nueva representación institucional?

—Con los resultados de septiembre y reagrupando a otras listas que no superaron el piso de las PASO, estamos muy cerca de tener tres diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires, por lo que -además de Nicolás Del Caño y Romina del Plá- podría entrar Néstor Pitrola; podríamos ingresar más de un legislador por la tercera; pero creo que el gran tema es el ingreso a los Concejos Deliberantes, que han sido cotos cerrados de los varones del Conurbano. Vemos mucho nerviosismo de los aparatos locales porque los números nos dan entrando o muy cerquita de entrar en una cantidad de distritos muy importantes como La Matanza, Merlo o Moreno, porque abrirían una pelea muy fuerte para discutir problemas habitacionales, de urbanización y de accesos a la salud, la educación y el trabajo.

¿Y en tu caso, que aprendizaje te dejó la experiencia en la Legislatura para trabajar si volvés a ingresar?

—Es interesante que, aún teniendo una banca con un solo voto, hemos llegado a colocar proyectos de leyes que han sido acompañados por un montón de los otros bloques como el caso de la Ley de Educación Sexual Efectiva, para evitar que muchos establecimientos confesionales no dejen de dar esos contenidos. Entonces me parece que la posibilidad de los acompañamientos que llevamos no tienen que ver solo con ir a visitar otros bloque o reunirse con los diputados, sino con ver qué pasa en la calle. Qué masividad van conformando movimientos que reclaman transformaciones, qué expresión política se monta alrededor de eso. Entonces, si desde el Frente de Izquierda podemos llevar a la Legislatura temas como lo hicimos en incontables audiencias, conferencias, actos o movilizaciones, entonces de repente esa calle puede hacer cambiar los números adentro de la Legislatura. Esa es la expectativa y este crecimiento que estamos teniendo nos va a ayudar mucho.

¿Cómo definís al gobierno de Axel Kicillof, ya que es muy probable que seas opositor en la Legislatura?

—Yo creo que debe haber generado mucha expectativa en muchos sectores porque estaba sindicado por los medios y por la oposición derechista como un progresista e incluso lo llamaron marxistas, zurdo, para meter miedo o para elogiarlo, pero esa era su descripción. Se suponía que era un ala izquierda del peronismo la que se hacía de la Gobernación. Sin embargo, en su gestión no hemos visto ni medio centímetro de transformación social. Al revés, ha estado acompasado al resto de los gobernadores del PJ y chocando con los intereses populares en un marco de situación social muy grave. 

¿Es en ese marco que mencionas lo de Berni?

—La verdad que tener a un ministro de Seguridad jactándose de cuántos desalojados había en plena pandemia, cuando un trabajador eventual no tenía la posibilidad de pagar un alquiler, es lo más lejos de lo que se me puede llegar a ocurrir de una sensibilidad progresista. 

¿Y respecto de la gestión de la pandemia?

—Digo lo mismo. Fijate que incluso gobiernos que no llegan a tomar medidas anticapitalistas se animaban a decir "no reconozcamos las patentes de los laboratorios" o "centralicemos la atención de salud", casi como un escenario de guerra. Acá no se hizo nada. Se cerraron más de diez clínicas privadas que tenían capacidad de reacción frente al coronavirus y no se hizo nada para evitarlo, con una intervención. Entonces, creo que pasamos una situación de emergencia en la que no ha habido ninguna reacción progresista, especialmente en la segunda ola, cuando incluso evitaron repetir algunas medidas de ayuda como el IFE. Esta prueba de fuego y la política que aplicó el Gobierno, lo pinta de cuerpo entero. A eso se suman los acuerdo de la deuda externa de Kicillof con lo acreedores que siguieron aumentando la hipoteca de la Provincia que tuvo un crecimiento enorme con María Eugenia Vidal, a quien no le vamos a quitar responsabilidades aunque sin dejar de recordar que sin los votos peronistas Vidal no lo hubiera podido hacer. 

¿No le crees a Alberto Fernández cuando dice que no se va a arrodillar ante el FMI?

—Pero si lo único que hace es pagar la deuda. Y llegar a un acuerdo con el FMI es el eje de toda la propuesta económica del Gobierno. Y por eso se ha refrendado a Martín Guzmán. Todo el esfuerzo está colocado en ese sentido y el Presupuesto tiene esa misma orientación de ajuste. Tanto como el acuerdo que según los medios ya está tejiendo Sergio Massa con la oposición de Juntos, tienen como objetivo darle las garantías al FMI para un pacto que va a ser a costa del hambre popular. Por eso es tan importante una gran elección del Frente de Izquierda, que es la única fuerza política que ofrece garantías de oponerse a eso o a cualquier avance sobre los derechos laborales.

¿Ha habido acercamientos con la listas de izquierda que no forman parte del Frente y no pasaron las PASO?

—No ha habido novedades respecto a quién van a llamar a votar, lo cual ya habla de cierta mezquindad política, pero yo estoy muy convencido y por abajo lo estamos corroborando, de que la gente que los ha votado va a concentrar el voto en este frente de unidad, que es el único que tiene posibilidades de hacerse escuchar y conquistar posiciones. Es claro que el voto en blanco o no concurrir a votar es una opción para alguien que está disgustado, pero que deja que quienes vienen gobernado sigan haciéndolo tranquilos. Creo que sería correcto que las dirigencias de esos espacios llamen a votar al Frente de Izquierda. Nosotros, desde el PO, cuando no tenemos legalidad electoral en algún lado optamos por una opción de izquierda e independiente de los partidos patronales, porque esa es la conducta que corresponde. Pero no creo que pase por ahí el crecimiento que podamos tener o no, sino que la nuestra es la posibilidad de ser un canal de mucha gente que está decepcionada con los que vienen gobernando desde hace mucho tiempo y buscan una alternativa. El acto de este sábado en Plaza de Mayo tiene entre otros objetivos reagrupar a muchos miles que se quieren sumar y pienso que va a ser el acto de la izquierda en mucho tiempo y probablemente uno de los más grandes de la historia de la izquierda argentina.

¿Sostienen en el período que viene la rotación en los cargos y el cobró como trabajadores?

—Si por supuesto, son conquistas metodológicas y políticas del Frente de Izquierda que las vamos a sostener, porque es una vacuna contra el carrerismo, contra el personalismo. Que son pestes de la política argentina. Cuántos diputados o concejales conocemos que llegan por la lista A, se hacen de la lista B, el monobloque C y votan a favor del gobierno D, abriéndose al mejor postor. Entonces, creo que en estos años el Frente de Izquierda mostró una conducta. La rotación de la banca que pertenece a la fuerza política y sus integrantes más que a quien le toque ejercerla, muestra el hecho de que no venimos a un cargo a enriquecernos o a hacer una carrera personal. Seguimos parados en el mismo lugar e incluso muchos mantienen sus trabajos. Ocupamos un lugar de lucha y la garantía que podemos dar es que vamos a seguir siendo militantes, organizadores, compañeros que expresamos los reclamos populares antes, durante y después del tiempo que nos pueda tocar ocupar una banca. Entonces, abrimos la posibilidad a que otros puedan ocupar el lugar, porque todos los militantes del Frente de Izquierda respondemos a acuerdo políticos y a un programa común.

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