martes 04 de noviembre de 2025

Pese a la intervención, la violencia nunca se apagó en UOCRA La Plata

La escalada de violencia entre los sectores en pugna parece no tener fin y todo apunta al interventor Carlos Vergara por su falta de conducción gremial.

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La escalada de violencia que se vive en la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) seccional La Plata mantiene en vilo a las autoridades judiciales de la capital provincial. La muerte de César “Titi” Navarro, quien fue baleado en Berisso, avivó las llamas de un conflicto que nunca encontró paz, pese a la intervención que está a punto de cumplir tres años y nunca logró pacificar el conflicto.

El gremio se encuentra intervenido por Carlos Vergara, una de las personas de máxima confianza del líder nacional del gremio, Gerardo Martínez, quien fue personal civil de inteligencia durante la última dictadura cívico militar.

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La intervención del gremio se dio luego de la detención del líder gremial de entonce, Juan Pablo “Pata” Medina, junto a su hijo y heredero sindical, Cristian “Puly” Medina. La gestión de Vergara nunca logró pacificar la interna, al contrario, recrudeció, por la falta de respuestas concretas a los miles de trabajadores del sector que cayeron en la desocupación, pobreza e indigencia, ante la mirada pasiva del gremio.

Tal como viene informando 0221.com.ar  muchos empresarios, off the record sostienen que siguen los pedidos de pagos de extorsiones "para garantizar la paz social y laboral en el sector", pero no se atreven a radicar la denuncia penal correspondiente por temor a represalias.

El conflicto entre el gremio y el empresariado no es nuevo: el 26 de septiembre de 2017, Medina fue detenido y procesado por varios delitos, entre los que se destaca el de ser el presunto jefe de una asociación ilícita. Tras la turbulencia, su lugar fue ocupado por Vergara, un todo terreno del sindicalismo, que cerró la sede histórica que el gremio poseía en avenida 44 entre 4 y 5, quitó las estatuas de Juan y Eva Perón para mudar el comando gremial a calle 50 entre 3 y 4.

Antes de llegar a La Plata, Vergara encabezó otras intervenciones. En 2008, fue enviado a la sede en Quilmes luego de que los sectores liderados por Juan "El Lagarto" Olmedo se tirotearan con sus pares de Lomas de Zamora.

En 2013, fue enviado como interventor a la UOCRA Rosario y mediador en la seccional San Lorenzo, donde se registraron denuncias por irregularidades de todo tipo. Hace poco más de un año, dos colaboradores de su gestión fueron baleados, uno de ellos murió.

El 10 de octubre de 2019, un fallo de la justicia Laboral dejó en evidencia a la intervención del gremio por la conducta desplegada en el conflicto desatado a fines de agosto de ese año en la Destilería local. Luego de varias episodios de incertidumbre y alta tensión el conflicto se judicializó. El Tribunal de Trabajo 4 de La Plata ordenó la inmediata restitución de los delegados elegidos por los trabajadores. En la resolución los magistrados entendieron que el gremio atentó contra la libertad sindical de los trabajadores.

Carlos Gabriel Juárez y el fallecido Navarro fueron electos representantes gremiales por el voto directo de los trabajadores de la empresa AESA. Pero los delegados fueron desconocidos por el gremio quien intentó imponer una persona ligada al interventor Vergara. Esa situación sumada a una incorrecta liquidación de haberes hizo estallar el conflicto que puso en riesgo más de 180 puestos laborales junto a una inversión millonaria.

A pocos días de haber estallado el conflicto, Vergara buscó apoyo político en el gobierno de María Eugenia Vidal. Se reunió con el jefe de Gabinete Federico Salvai para internar frenar la interna entre los trabajadores de la construcción desatada desde la detención de Medina. Luego el feroz enfrentamiento  entre las facciones que responden a la intervención y los leales seguidores del ex secretario general. El corolario fue el atentado a balazos del que fue blanco la sede gremial ubicada en calle 50 entre 3 y 4.

Un dato no menor. Vergara responde directamente a la conducción nacional del gremio y en la actualidad tiene sintonía fina con el Frente de Todos. Si el interventor no logra la paz social los ecos del conflicto pueden sacudir en los estamentos más altos del poder en Argentina.

El 3 de septiembre de 2019 los trabajadores llevaron sus reclamos ante un puñado de dirigentes gremiales que conforman la CGT La Plata y señalaron a Vergara como el fogonero del conflicto. Los damnificados aseguraron que, en este caso particular, no se trató de una interna sindical en UOCRA La Plata, sino que existió una cesantía de la defensa de los trabajadores por parte de la intervención que encabeza Vergara, a quien señalan como el mayor responsable del conflicto.

La comitiva de cuatro trabajadores que fueron a plantear el problema y buscar ayuda de la CGT local juró ante los dirigentes gremiales que los recibieron que no tienen nada que ver con una interna sindical. "La intervención de Vergara nos abandonó, no tenemos nada que ver con el Pata Medina y nos acusan de quilomberos, lo único que queremos es elegir a nuestro delegado, que nos paguen lo que nos deben y volver a trabajar", dijeron los despedidos.

"Los trabajadores en solidaridad con nosotros pararon la obra, vino gente de la intervención de Vergara, con barras y amenazó a los trabajadores para que retomen" las tareas "pero no se dejaron apretar y nos siguen acompañando", expresó entonces otro de los despedidos ante los sindicalistas.

Vergara fue denunciado por el homicidio de Navarro. Los denunciantes sostienen que entre sus filas hay integrantes de la barra brava de Estudiantes de La Plata que, armas en mano, siembran el terror a quienes se atrevan a desafiar la actual conducción sindical.

 

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