lunes 17 de noviembre de 2025

¿Qué consecuencias de salud afrontan los pacientes que se recuperaron del coronavirus?

Muchos de los 730 mil recuperados en el mundo experimentarán consecuencias en su salud por el paso del virus o por los medicamentos recibidos en terapia intensiva, según aseguraron científicos a la revista Science.

--:--

Son más de 730 mil las personas en el mundo que se recuperanon de COVID-19, muchas de ellas hospitalizadas con sintomatología grave y conectadas a respiradores artificiales durante semanas. Todos intentan reanudar sus vidas en forma normal, pero según expertos en medicina en EEUU, muchos de ellos deberán atravesar efectos persistentes del virus y de los tratamientos de emergencia que les permitieron sobrevivir.

"El problema con el que nos enfrentaremos más en los próximos meses es cómo vamos a ayudar a estas personas a recuperarse del COVID-19 grave", precisó Lauren Ferrante, médico pulmonar y de cuidados críticos en la Facultad de Medicina de Yale en la revista Science.

Según él, las prácticas hospitalarias que mantienen a los pacientes lo más lúcidos y móviles posible, incluso en medio de su enfermedad, podrían mejorar sus probabilidades de superar la enfermedad sin secuelas a largo plazo. Pero muchos médicos de la unidad de cuidados intensivos (UCI) dicen que la tensión de la pandemia en los hospitales y la naturaleza infecciosa del virus están haciendo que sea difícil cumplir con algunas de esas prácticas.

Aunque el COVID-19 está enviando incluso a personas jóvenes y previamente sanas a las unidades de terapia, son los adultos mayores quienes tienen un mayor riesgo de enfermedad grave y discapacidad a largo plazo, indicó Sharon Inouye, geriatra de la escuela Hebrew SeniorLife Health de Harvard Medical School. "Nos ha llevado mucho, mucho tiempo desarrollar algunas de las mejores prácticas para la atención geriátrica en el hospital y la UCI, y veo que todo eso se erosionó durante esta crisis".

Según relatan los médicos, el COVID-19 primero se dirige a los pulmones, pero la falta de oxígeno y la inflamación generalizada también pueden dañar los riñones, el hígado, el corazón, el cerebro y otros órganos. Aunque todavía es demasiado pronto para decir a qué consecuencias duraderas se enfrentarán los sobrevivientes de COVID-19, las pistas provienen de estudios de neumonía grave, una infección que inflama los alvéolos pulmonares, como lo hace COVID-19.

"Algunas de estas infecciones progresan al síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), en el cual esos sacos se llenan de líquido. Esa condición a veces conduce a cicatrices que pueden causar problemas respiratorios a largo plazo", afirmó Ferrante, aunque los estudios muestran que la mayoría de los pacientes con SDRA finalmente recuperan su función pulmonar.

Después de cualquier caso grave de neumonía, una combinación de enfermedades crónicas subyacentes y una inflamación prolongada parece aumentar el riesgo de enfermedades futuras, como ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y enfermedad renal, advirtió Sachin Yende, epidemióloga y médica de cuidados críticos de la Universidad de Pittsburgh.

Los pacientes que pasan mucho tiempo en una UCI, independientemente de la enfermedad que los puso allí, también son propensos a una serie de problemas de salud físicos, cognitivos y mentales después de salir. El nuevo coronavirus podría poner a los sobrevivientes de la UCI en un riesgo particular de algunos de estos problemas, aseguró Dale Needham, médico de cuidados críticos de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.

Por otra parte, muchos pacientes con coronavirus que necesitan un ventilador nunca se recuperan. Aunque las tasas de supervivencia varían según los estudios y los países, un informe del Centro Nacional de Auditoría e Investigación de Cuidados Intensivos de Londres encontró que el 67% de los pacientes reportados con COVID-19 de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte que recibieron "soporte respiratorio avanzado" murieron. Y un estudio en un grupo de pacientes más pequeño en China encontró que solo el 14% sobrevivió después de usar un ventilador.

Quienes sobreviven durante un período prolongado con un ventilador son propensos a la atrofia muscular y la debilidad. Mantener en movimiento a un paciente gravemente enfermo —alzando los brazos y las piernas, y eventualmente ayudándolo a sentarse, pararse y caminar— puede reducir esa debilidad y sacarlo del respirador más rápido, algo que resalta la importancia de la kinesiología en las unidades de terapia. Pero debido a que el SARS-CoV-2 es tan infeccioso, traer especialistas en rehabilitación a las habitaciones de los pacientes puede ser un desafío, alertó Needham.

Una de las soluciones a este problema sería un programa de rehabilitación basado en tabletas para personas que tienen un deterioro cognitivo después de ser hospitalizados por una enfermedad crítica, o medidas de atención para pacientes con neumonía y sepsis alta que incluye monitorearlos usando computadoras y teléfonos inteligentes y visitarlos en casa o tratarlos de forma remota con la esperanza de evitar el reingreso al hospital. 

Dejá tu comentario

Las más leídas

Te puede interesar