"A escasos días de finalmente ser aprehendido, el cura Raúl Sidders, procesado por los delitos de abuso sexual agravado y reiterado y corrupción de menores, solicitó al juez de garantías Agustín Crispo ser beneficiado con una prisión domiciliaria, con fundamento en que se halla estresado y requiere ingerir vitamina B12", aseguraron los abogados Juan Pablo Gallego y Pía Garralda que asesoran a Rocío, la principal denunciante por abuso sexual del párroco católico.
Según indicaron, Sidders manifestó que "desea hacerse chequeos" que hasta ahora no había hecho, ya que mientras vivía en Misiones no disponía de "centros médicos de excelencia".
"La solicitud de Sidders y la presión del Arzobispado de La Plata que viene maniobrando intensamente sobre la causa se produce horas después de que Sidders involucrara en su declaración al Obispo Emérito Héctor Aguer y al sacerdote Bernardo Conté Grand, denunciado públicamente en el año 2014 por padres y madres del Colegio San Juan Bautista de la granja por conductas inapropiadas con menores de edad", manifestaron los abogados en un duro comunicado que fue dado a conocer en las últimas horas y encendió alarmas sobre la posibilidad de que el cura pueda recibir el beneficio que pide tras haber sido detenido, acusado de diversos casos de abuso sexual en el colegio San Vicente de Paul en La Plata.
El pedido de prisión domiciliaria por parte de la defensa de Sidders fue "sorpresivamente" acompañado por el fiscal interviniente, Álvaro Garganta, según denunciaron. En ese marco los letrados indicaron que "Sidders tiene tan solo 59 años y las cuestiones de salud que imprecisamente invocó son perfectamente atendibles en cualquier institución carcelaria" y a la vez recordaron el pedido de prohibición de salida del país que solicitaron, "ya que no se justificó tanto desde el la Iglesia Católica ni desde el Ministerio de Seguridad qué función eclesiástica o pública cumplía en la triple frontera, donde tuvo y tiene los recursos para fugarse y frustrar el proceso".
Los abogados también recordaron el antecedente del cura católico Eduardo Lorenzo, quien una vez probada su culpabilidad y pedida su detención, finalmente se quitó la vida de un tiro en el pecho. "Sidders expresó que ya había tenido el perdón de Dios y de la Justicia Divina -en directa alusión al respaldo de Víctor "Tucho" Fernández-, y ahora esperaba que también la justicia terrenal, de segundo orden, lo declare inocente", aseguraron Gallego y Garralda.
En esa línea, advirtieron que "la cárcel común es la única garantía de que no se entorpezca la investigación que pesa sobre Sidders y que se eviten los riesgos procesales que ya se configuraron en la causa". "Sidders emigró a la Triple Frontera cuando supo que iba a ser requerido por la Justicia y volvió a hacerlo tras conocer el reciente pedido de detención. Es de gravedad institucional que se dé curso a una maniobra de excarcelación que ni la Defensa ni el propio Sidders pudieron justificar en otro punto que no sea el de su supuesta necesidad de consumir Vitamina B12, que le puede ser suministrada en la Alcaldía en que está muy cómodamente alojado y atendido", finalizaron.
