El FSO Nabarima, un monstruoso buque de la petrolera venezolana Pdvsa que transporta más de un millón de barriles de crudo pesado, se encuentra en un peligroso estado de deterioro.
Si bien se desconoce la magnitud de los daños, según aseguran expertos marítimos, si no es reparado pronto podría hundirse y desencadenar un desastre ambiental gigantesco, contaminando las aguas azul turquesa a lo largo de las costas venezolanas y de varias naciones vecinas del Caribe.
Pdvsa ahora planea descargar parte del crudo a bordo a través de una transferencia de barco a barco, involucrando al Aframax de su flota. También se espera que la barcaza con bandera venezolana, Inmaculada, participe en la operación STS, que conlleva sus propios riesgos, según una persona familiarizada con el asunto y un documento visto por Reuters.
La situación que sufre el buque Nabarima no es nueva. Fotos recientes de la embarcación muestran cómo, día a día, va sumergiéndose un poco más.

Trabajadores petroleros opuestos al régimen del gobierno de turno, como Eudis Girot, director de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela, iniciaron una campaña para que el dictador Nicolás Maduro preste atención a la situación.
El Nabarima, de bandera venezolana, es un navío de 264 metros de largo que se cree está lleno casi a su capacidad máxima con 1,4 millones de barriles de crudo, una cantidad casi cinco veces mayor a la que derramó el Exxon Valdez en 1989.

El buque se utilizaba como plataforma estacionaria anclada en el Golfo de Paria con el objetivo de ayudar a la exportación de petróleo venezolano, pero quedó inactivo tras el reciente desplome en la demanda de energía a nivel mundial a causa de la pandemia y de las sanciones de la Casa Blanca contra el régimen de Maduro, las cuales han ahuyentado a posibles compradores del crudo pesado que produce Venezuela.
Los críticos de la deteriorada petrolera estatal señalan que el buque de doble casco -construido en 2005 por la surcoreana Samsung para ConocoPhillips- es sólo un ejemplo de la corrupción y malas gestiones del chavismo que han llevado a la quiebra a la industria petrolera, que por décadas brindó prosperidad al país.

Actualmente, dicha embarcación presenta una peligrosa inclinación de más de 5 grados hacia su costado derecho, señaló el ejecutivo. Datos de rastreo marítimo indican que también se ha hundido unos 14,5 metros, justo hasta la línea de flotación, un indicio de exceso de peso.
Un posible derrame en el mar poco profundo que Venezuela comparte con Trinidad y Tobago podría dañar los frágiles manglares, al igual que santuarios marinos y de aves. La situación ha causado alarma en Trinidad y las cercanas islas holandesas de Aruba, Bonaire y Curacao. Esta sería la segunda emergencia marítima reciente para Venezuela luego de un derrame en la refinería El Palito, producido en agosto pasado, que cubrió de crudo un tramo de 15 kilómetros de playas prístinas en el Caribe, a unas cuantas horas de distancia de la capital Caracas.