viernes 07 de febrero de 2025

¿Cuáles son las principales hipótesis que se investigan sobre el triple crimen en Melchor Romero?

El brutal asesinato de Graciela Holsbak (53), su pareja Raúl Bravo (54) y su nieta Alama Monino (5) todavía conmociona a la ciudad. Los agentes trabajan en varias líneas de investigación para determinar qué fue lo que ocurrió en esa sangrienta noche de Año Nuevo, pero dos de ellas destacan de entre todas las pistas existentes.

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Los investigadores, con el fiscal del caso Marcelo Martini a la cabeza, trabajan en dos grandes hipótesis: se trata, por un lado, de la mala relación que mantenían Bravo y Exequiel Sanso, el hijo de 17 años de Holsbak, quien vivía en la casa y tenía serios problemas de convivencia con la pareja de su mamá; y, por otro, analizan la posibilidad de una salvaje venganza perpetrada por la expareja de una de las hijas de la mujer.

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La desaparición del adolescente que vivía junto a dos de las víctimas en la casa de 523 entre 164 y 165, donde ocurrió la brutal matanza, es uno de los hechos que más sospechas genera. Nadie puede explicar por qué desapareció y aunque no está acusado formalmente de los crímenes, la Policía lo busca con intensidad para tomarle declaración e intentar echar luz sobre lo ocurrido durante la madrugada del 1 de enero.

El resultado de las autopsias, sin embargo, podría exonerarlo. Es que, de acuerdo con algunos de los expertos, la contextura física del joven no cuadra en relación a la brutalidad de los ataques perpetrados. Tal y como sostuvo Martini, los investigadores "no descartan ninguna hipótesis", pero sí parecen inclinarse hacia la posibilidad de que la ausencia de Sanso tenga alguna relación directa con lo ocurrido en Melchor Romero.

Mientras tanto, los pesquisas también avanzan en una segunda posibilidad. La segunda línea de investigación en curso abona la teoría de una venganza. Los signos de furia y salvajismo primitivo desplegado por el atacante llamaron la atención de investigadores y hasta se evalúa la posibilidad de que no haya actuado solo.

Según pudieron reconstruir hasta el momento, el 31 de diciembre Bravo y Holsbak cenaron con una de sus hijas, su nieta Alma, otra nieta adolescente y una amiga de ésta. Al terminar, la pareja regresó a su casa y Alma quiso quedarse a dormir con su abuela. El triple crimen ocurrió horas después y se cree que el o los agresores atacaron a sus víctimas cuando estaban a punto de irse a dormir. Según la autopsia, el homicida utilizó una cuchilla de carnicero, con una hoja de cuatro centímetros de alto y mucho filo, la cual no fue encontrada en la escena del crimen.

Los cuerpos que muestran mayor ensañamiento son el de la menor y el de su abuela, familiares directos de una de las hijas de Holsbak que había sido amenazada por su exmarido. "La mecánica del agresor para perpetrar su ataque se dio con mayoría de cortes y no con lesiones punzantes, usando el arma blanca como si fuese un látigo", aseguró una fuente judicial, en base al resultado preliminar de la autopsia.

Los detalles sobre el brutal triple homicidio todavía son un misterio, pero los investigadores avanzan a paso firme mientras continúan realizando pericias e intentan desentrañar qué fue lo que ocurrió. Por el momento no se descarta nada, aunque encontrar al adolescente de 17 años perdido desde la madrugada de la masacre es, por ahora, la principal prioridad.

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